23

587 32 6
                                    

Narra Verónica

Las bebés tienen tres meses, Chloe es la consentida de Emily y Stormi de Edward, Heather se volvió la favorita de "mi suegro".

Y aunque las bebés siguen exigiendo mucho tiempo volvieron los problemas.

—Por favor no, no —empiezo a llorar.

Las bebés están en la sala con Rubí de niñera, obvio que ella tiene una cadena para evitar que escape.

Por otro lado "la pareja feliz" me arrastra a la habitación, se lo que pasara, no estoy lista para que pase, suplico por clemencia.

Solo recibo jalones, palabras asquerosas de deseo carnal, toques en partes íntimas para luego ser empujada a la cama donde duerme Rubí, ese colchón donde a veces huía en las noches para sentirme segura, lo único que no estaba marcado con una violáceo hasta ahora.

—Quítate la ropa —exige Emily

—Me duele todo aun —explico entre lágrimas.

—Medicamente estas bien, no lo dijo el doctor hoy. —aclara Edward.

Él se acerca a arrancar mi camisa, la única prenda que me protegía de ellos.

Mi cuerpo es tan desagradable ahora, así me siento. Se que es normal sentirse gorda, hinchada o poco sexy luego de un embarazo, pero lo mío es peor que eso, tengo la sensación de que no importa cuanto cambie mi cuerpo ellos siguen deseándolo, eso se vuelve en otro problema para mi cerebro y no sé cómo decidira solucionarlo, además de que ahora estoy atrapada en la carne y hueso que fueron forzados a tener dos hijas y una fue un simple trato.

—Por favor, no estoy lista...

A nadie le importo.

Estaba sentada sobre Edward qudandi frente a frente, siendo penetrada por ambos lados mientras Emily tomaba mi cabello para que arquee más la espalda.

Me movían como una muñeca, mis lágrimas silenciosas eran demasiadas. Ni por un segundo extrañe esta sensación.

Luego Edward empieza a ahorcarme hasta que casi pierdo la consciencia, para que cuando caiga en su torso buscando oxígeno tome mis caderas y las mueva de forma brusca.

Quiero que todo acabe, jamás debí hablarle a ninguno, solo necesito mi cuchilla de nuevo para acabar con todo.

—Ya casi —jadea Edward.

Cuando siento su semen dentro mío me preocupo más.

—No... No, no —grito desconsolada. Sin fuerza intento escapar de entre sus cuerpos.

No puede ser lo que creo, no pueden estar intentando más bebés ¿o si? Tiene que ser un chiste, acabo de tener tres hijas por su culpa ¿eso no basta?

—Sh... Cariño, deja de luchar —pide Emily.

—Necesito la pastilla, la del día después, por favor, por favor, seré buena, la necesito, haré lo que sea.

Me siento ignorada cuando Emily empieza denuevo su ritmo de penetracion mientras aún tengo a Edward dentro mio luego de correrse.

—Solo disfruta...

Jamás seré libre parece. Aunque desee escapar con Rubí será imposible estando embarazada, si solo por ser yo me buscaran sin parar, con un bebé no tengo oportunidad.

—Abre esa boquita —me pide él, mientras sale de mí y se ubica para que se la chupe

—Por favor... No quiero morir y dejar a las bebés—miento usando lo que más le importa.

Escucho un suspiro

—La tendrás si me la chupas como nunca...

No es como si tuviera otra opción en ese momento...

—Toma —me tira la caja con las píldoras

Rubí me abraza con fuerza.

Hace una hora termine mi tortura, he estado recostada en el colchón de los hechos desde entonces, al menos con la compañía de Rubí y las bebés.

Emily me pasa el agua con mala cara, ella mira con recelo a Rubí estos últimos días, pero no sé que pueda significar eso. A veces creo que es celo porque las bebés parecen querer más a Rubí.

Cuando al fin me siento en paz con la pastilla dentro mío me relajo.

—Rubí, quítate la ropa —pide Emily.

Toda la tensión vuelve en ese momento.

—¿Qué...?

Desde hace tiempo mi rulitos no era obligada a nada sexual con la pareja, parecía una simple sirvienta o niñera.

—Quiero que te quites la ropa ahora mismo.

Rubí me abrazo con más fuerza, incapaz de siquiera ver a Emily

—Las bebés...

—No se acordaran de nada.

Emily se acerca a mi compañera, de forma furiosa le baja el short y le mete un dildo sin mucha dilatación.

Rubí grita de dolor, intenta alejarse de mi y escapar de la situación pero es imposible. Ahora Edward esta a nuestro lado, nos sostienen a ambas con fuerza.

Emily se pone un arnés, vuelve a Rubí y la usa por detrás, mientras tanto nos acomoda a mi rulitos y a mi para que el diodo de ella entre en mi parte trasera. Tengo aún toda la zona sensible pero no le importa.

Edward se quita el cinturón, creo que nos va a golpear, en su lugar ata los brazos de Rubí frente a mis pecho para él tomar mis manos y hacer lo mismo pero con una corbata.

Duele... Me duele mucho la continua fricción de mis zonas no preparadas. Y se que no soy la única por el pequeño llanto en mi oído.

—Creen que no sabemos... Ustedes dos... —habla lentamente Edward.

Y Emily parece reaccionar a esas palabras porque aumenta el ritmo, esto ya es un castigo, no es por placer de nadie...

—Ustedes dos son pareja y nuestra pequeña Verónica sabe que solo puede ser tocada por nosotros.

Oh no... ¿ellos saben...?

Seguro ya se enteraron que anoche Rubí y yo tuvimos sexo por primera vez... en esta cama mientras ellos se ausentaron por temas de sus familias.

—Edward...

No puedo hablar más cuando recibo una cachetada, tras otra, y muchas más.



______________________________
Mi plan es continuar la historia hasta el final, suelo tardar pero es por temas personales

No recuerden comentar su les gusto el capitulo, cuando veo comentarios me anima a escribir ♡

Secuestrada por ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora