◆| Ruby |◆

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(+7301 palabras. Disfruten).

Hanamaru cambió mi vida. No podré sacarla jamás de mi memoria.

—¿Qué estás leyendo, Hanamaru?
—Un libro.
—¿Me estás tomando del pelo?
—Un poco.

Rió levemente y se acercó —a mí— junto al libro.

—Afrodita: Diosa griega del amor. No se llama así el cuento, pero sale en él.
—¡Qué lindo!
—Con amor me refiero a erotismo, cosas vulgares.
—Oh...

Guardé silencio.

—¿Por qué lees de ella entonces?
—Bueno... jeje, ninguna razón aparente... ¡Quedémosnos con que es Diosa del amor!... del amor bonito, claro...

Se trababa a sí misma.

—¿Qué opinas del amor, Ruby?

Sacó la vuelta al tema. Pensé la respuesta durante un buen rato.

—El amor es complicado... es irracional, impredecible e incluso te puede hacer sufrir, sin embargo, es un sentimiento indispensable en nuestra vida. ¿Cuál es tu opinión del amor, Hanamaru?

—Molesto. Por eso prefiero el término "querer".
—Sí, es mucho más sencillo de aplicar al día a día. ¡Yo quiero mucho muchísimo a mi hermana!
—Y yo te quiero a ti, Ruby.

Terminamos juntas en un tierno abrazo.

¿Hace cuánto ocurrió aquello? ¿Un año? ¿Dos acaso? Los recuerdos son difusos. Hace cuatro días me dejó y... ¡no la puedo sacar de mi cabeza! Es cansado despertar lagrimeando todas las noches, repitiendo la misma escena una y otra vez. ¡Qué gracioso es mi cerebro!

—No podemos hacer nada por ellas. Van a morir irremediablemente. Ni siquiera Chika, nunca perdonaría lo que hice.

You sostenía un arma, yo, a Yoshiko. Un día cualquiera, martes, estábamos preparándonos para una práctica cualquiera —más matutina de lo usual—, cuando de repente se oyen tres estruendos. Riko fue a investigarlos. Regresó con Yoshiko, e inmediatamente supe que algo estaba mal. Riko me la entregó y me pidió que atendiera su herida. ¡Yoshiko recibió un disparo de bala! En su momento no pensé en el contexto y traté de tapar la herido para que dejase de sangrar. De un momento a otro, You subió al techo. Comenzó a decir muchísimas incoherencias y se puso toda loca —en una de esas se apuntó al cuello con una pistola... sí, ¡Tenía una pistola!—. Kanan la confrontó con terminología que todavía desconozco: Derecha, extremismos, previamente neonazis y más. You confesó el pecado de haber acabado con la vida de 6 personas.

—¡Ruby!

Di un chillido tras ver que el arma me miraba de frente.

—¡De pie, y aléjate de Yoshiko!

Tuve mucho miedo, no quería morir, Hanamaru no me lo hubiera perdonado.

—Ven.

Me le acerqué.

—Voltéate.

Eso hice. Aterrada, por supuesto. Entonces, sentí el metal en la nuca.

—Serás tú la primera. A...

Antes de la desgracia, por milagro divino, Kanan volvió a lanzársele a You. You me quitó de un empujón y enfocó su atención en Kanan. Caí de rodillas al piso y me di un buen golpe. Ahí quedé, tendida en cuatro patas. Seguía la pelea entre ellas dos, y yo, no podía siquiera subir la mirada, sólo veía mi sombra y contadas gotas de sangre. You disparó varias veces más, pero no le bastó para matar a Kanan, quien aprovechó la oportunidad y se tiró en plan suicida junto a You. Esto en su momento lo desconocía, el estrés y confusión del momento me bloquearon por completo. Mi hermana quiso ponerme de pie, sólo que Mari se la llevó de ahí. Mientras me reponía del shock, pensé en Yoshiko, mi amiga con la que estaba peleada por meterse con mi hermana. Tal y como hice al atender su herida, no pensé en nada y fui con ella. Me acerqué por detrás suyo y toqué su hombro.

|¡¿You es Neonazi?!| [Remasterización].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora