El sonido de la alarma fue lo que finalmente logró sacarlo de su cómodo sueño. De hecho, era la tercera vez que sonaba, pues había decidido ignorarla las dos primeras veces, negándose a abandonar su cama. Reaciamente miró la hora que marcaba su reloj, 6:15 AM. Despertar tan temprano no era algo que le agradaba, pero Wooyoung tenía una razón para ello, y esta era no tener que cruzarse con su familia. Algo que odiaba más que despertar temprano, era tener que soportar las constantes críticas y miradas de desaprobación de su familia.
Jung Wooyoung provenía de una familia de Alfas. En su árbol genealógico todos los varones siempre habían sido Alfas, y así había sido hasta ahora. Pero cuando Wooyoung llegó a su edad de madurez, para su sorpresa y la de toda su familia, él era el primer varón que no se desarrolló como un Alfa. Desde entonces, se enfrentó al rechazo de su familia, en especial de su padre, quien incluso lo desconoció como su hijo cuando se enteró de la noticia. Su madre trataba de mediar entre ambos, pero era inútil, pues para su padre, Wooyoung era ahora invisible. Solo su hermano mayor, Yunho, fue quien siempre lo apoyó a pesar de su nuevo estatus, y por eso, Wooyoung estaba enormemente agradecido, pues no solo debía lidiar con la desaprobación de su padre, si no de la sociedad, y para él, su hermano era lo más preciado.
La familia Jung era muy respetada en la sociedad por su linaje puro de Alfas, por lo que la noticia de el estatus de el hijo menor de la familia, no demoró en esparcirse, y Wooyoung se vio obligado a enfrentarse a su nueva realidad.
Cuando se alcanzaba la edad de madurez, siempre se realizaba un tipo de ritual para revelar el nuevo estatus de cada persona. Este consistía en que el individuo debía consumir una píldora especial, ésta revelaría los genes dominantes de quien la consumía, haciendo que sus ojos se tornaran de diferente color al natural, lo cual finalmente daba por establecido el nuevo estatus. Era rojo para los Alfas, Azul para los Omegas, y un sutil plateado para los Betas. Solo habían pocas ocasiones en las que los ojos cambiaban de color; Además del día del ritual, cuando el individuo se veía afectado por las feromonas de su contra parte, sus ojos tomarían el color de su respectivo estatus. También, cuando se encontraran en celo o excitados por algún otro estímulo, sus ojos revelarían su estatus.
Al ver la hora en el reloj, Wooyoung rápidamente se incorporó, levantándose casi de un salto de su cama. Hoy era el día en el que partiría de su hogar para ahora vivir en el campus de su nueva universidad. El muchacho no estaba realmente deseoso de empezar su vida universitaria. De hecho, la principal razón por la que decidió hacerlo, fue para no tener que seguir viviendo bajo la mirada llena de desprecio y desaprobación que su padre le daba cada día.
Corrió hacia el baño tratando de ser lo más silencioso posible para no despertar a nadie. Ágilmente se despojó de su ropa de dormir y tomó la que el creía, la ducha más rápida de su vida. Con el mismo sigilo, cruzó hasta su cuarto para rápidamente vestirse. Tomando lo primero que tuvo a mano, ahora llevaba puesto un pantalón de cuero negro ajustado, acompañado de un hoodie overzised del mismo color que solo cerró hasta la mitad, este cayendo ligeramente de sus hombros y dejando a la vista sus prominentes clavículas; Finalmente se colocó unas botas tipo militar. Deslizó sus dedos a través de su aún húmedo cabello en un intento por estilizarlo un poco, tomó su maleta, y siendo lo más cauteloso posible, salió de su casa.
Cerrando la puerta principal de su casa tras de él, Wooyoung tomo una gran bocanada de aire que luego dejó salir en un suspiro, aliviado de haber logrado su cometido a tiempo. O eso creyó el menor, pues unos cuantos segundos después se abrió nuevamente la puerta a sus espaldas. Wooyoung se giró rápidamente casi perdiendo el equilibrio, temeroso de encontrarse a su padre, pero para su suerte, era Yunho quien se encontraba ahí, apoyado contra la puerta.
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𝑨𝒈𝒂𝒑ē
FanfictionLa sociedad está estructurada por una intrincada jerarquía. Los alfa, con su presencia imponente, gobiernan los niveles superiores, mientras que los beta son generalmente ignorados por la sociedad. Los omegas, la clase protectora pero marginada, enf...