Capítulo 11

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Tan pronto sonó el timbre anunciando el final de la clase, Wooyoung rápidamente recogió sus pertenencias y salió del salón apresurando el paso lo más que pudo. Yeosang se mantuvo sentado, siguiéndolo con la mirada con una sonrisa burlona en su rostro. 

Sin darse cuenta ya estaba corriendo directo a su dormitorio chocando con unos cuantos a su paso pero siguiendo su camino como si nada. Cuando finalmente llegó quiso abrir la puerta lo más rápido que pudo, pero San le sorprendió abriéndola primero desde adentro.


— Mierda! Que puto susto! — Exclamó dando un brinco al encontrarse repentinamente a San, haciendo que tropezara un par de pasos hacia atrás.

San reaccionó rápidamente y lo tomó del brazo jalándolo hacia si, evitando que cayera. — Wooyoung! Iba camino al árbol como me dijiste pero... ¿Estás bien? Te ves algo pálido. — Preguntó preocupado al ver el rostro del menor.

— S-Si... Estoy bien... — Dijo aún algo desconcertado.


Pero San sabía que no estaba bien. Claramente estaba en estado de shock, y a juzgar por el sudor que corría por su rostro, asumió que tuvo que haber corrido un largo camino hasta el dormitorio. Se asomó un poco mirando para ambos lados, solo para asegurarse de que nadie lo estuviera siguiendo, que parecía ser el caso, pero no estaba seguro. Deslizó su agarre hasta su mano y lo jaló con suavidad dentro de la habitación, cerrando la puerta detrás de él.

Lo sentó con cuidado en la cama y se dirigió rápidamente al baño, tomando una pequeña toalla de manos y humedeciéndola con agua fría para luego sentarse a su lado y pasarla con delicadeza sobre su rostro, secando el sudor que escurría y tratando de refrescarlo un poco.

Logró reaccionar un poco al sentir el frío en su rostro, llevando su mirada a San quien aún le veía algo preocupado.


— San... — 

— Wooyoung, ¿Qué pasó? ¿Por qué vienes así? —

— ¿Hm? Ah, no, no es nada, en serio... — Respondió con voz temblorosa.

San lo miró levantando una ceja, claramente sabiendo que si era algo. — Vamos Woo, dime. ¿Te hicieron algo? ¿Alguien te lastimó?! — Preguntó sin poder disimular la molestia en su voz.

El aroma de ira que emanaba de San logró traerlo a sus cinco sentidos. Lo tomó de las manos apretándolas levemente y manteniendo su mirada sobre la ajena. — No, no! Cálmate, nadie me hizo nada. —

El mayor bajó la guardia al escucharle, disipando aquel aroma que comenzaba a inundar la habitación. — ¿Entonces? Obviamente algo pasó para que llegaras así. — Le cuestionó.

Wooyoung dudó un momento si mencionarle su encuentro con Yeosang, pero la preocupada mirada de San disolvió cualquier duda en su cabeza. — ¿Recuerdas el estudiante nuevo? — Comenzó, a lo que San asintió. — Pues, uhm, es alguien que conozco, aunque desearía no hacerlo... — 

— ¿Por qué? ¿Qué sucedió con él? — Le interrogó levantando un poco el tono de su voz, a lo que Wooyoung se encogió de hombros. — Ah, no, mierda, lo siento. — Se disculpó al notar que quizás lo estaba presionando mucho. — Uhm, puedes contarme cuando te sientas listo, ¿si? — Le sonrió con suavidad, acunando con su diestra el rostro del menor y dejando pequeñas caricias sobre su mejilla.

— Si, gracias... — Wooyoung le sonrió de regreso, colocando su mano sobre la ajena que sostenía su rostro e inclinándose hacia él, presionando suavemente sus labios contra los opuestos, acción que el mayor reciprocó.

𝑨𝒈𝒂𝒑ēDonde viven las historias. Descúbrelo ahora