En el suave abrazo del atardecer, se encontraron inmersos en un momento de profunda intimidad. El brillo ambiental de una pequeña lámpara de mesa cubría la habitación proyectando un aura cálida y etérea, acentuando la delicada danza de su conexión. Sus miradas se encontraron, creando un diálogo silencioso que decía mucho sobre el entendimiento tácito que compartían. Con sus dedos trazaron líneas de familiaridad en la piel del otro, navegando por los intrincados caminos de la confianza y la vulnerabilidad. La habitación resonaba con la suave sinfonía de sus respiraciones, creando un armonioso telón de fondo para su silencio compartido. El tiempo pareció suspenderse en reverencia a la intensidad de su cercanía, y cada palabra susurrada llevaba el peso de sueños compartidos y promesas no dichas. En este espacio sagrado, el mundo exterior dejó de existir, dejando sólo el tierno intercambio de emociones y la profunda belleza que se encontraba en la quietud de su íntima conexión.
Era la primera vez que Wooyoung experimentaba un celo de este tipo. A lo largo de su vida desde que se desarrolló como un Omega, su celo nunca había sido un problema para él, nunca supo por qué no le afectaba como se "suponía", pero cuando su celo llegaba generalmente solo sentía una serie de síntomas un poco incómodos, pero ésta vez con San a su lado, sentía la urgencia con la que su cuerpo y su mente lo exigía.
El aroma de Wooyoung se volvía cada vez más fuerte, más fascinante y embriagador, haciendo que San, por mucho que intentara actuar con la razón, terminaba actuando por instinto. Empujaba su erección contra la ajena en movimientos lentos y rítmicos, uniéndose al menor en una armonía de placenteros gemidos. Ágilmente lo despojó de la única prenda que traía, dejando bajo su cuerpo a un expuesto y vulnerable Wooyoung que lo miraba con ojos llenos de lascivia.
— Desvístete. — Le pidió el menor en un jadeo.
San solo sonrió con picardía, rápidamente deshaciéndose de sus prendas y compartiendo la desnudez del menor. Continuaba con esos hipnóticos movimientos de cadera contra Wooyoung, quien se aferraba con fuerza a las sábanas de la cama completamente perdido en el intenso aroma que el mayor desprendía y que se mezclaba con el propio, produciendo una irresistible fragancia que nublaba la mente de ambos.
Comenzó a moverse en sincronía con San, empujándose contra él con tal intensidad que el mayor no lograba contener uno que otro grave gemido. Aumentaron la velocidad en simultaneidad, sin besos, sin caricias, solo sus ya húmedos miembros estimulándose mutuamente con cada roce, creando una erótica fricción que estaba por hacerlos perder la cabeza. No tomó mucho más tiempo para que, en un unísono gemido, ambos finalmente se corrieran, hilos e hilos de su blanco y espeso líquido mezclándose en el aire y empapando el pecho y el abdomen de Wooyoung.
Se dejó caer sobre sobre el menor, ambos tratando de recuperar el aliento. Wooyoung sentía su cuerpo temblar y contraerse bajo San, incrédulo del enorme placer que acababa de experimentar.
— M-Mierda... Imposible que solo eso...se haya sentido tan bien... — Dijo entre jadeos.
San rio en un suspiro, empujándose de sus manos para levantarse y poder verle de frente. — Hoy todo va a sentirse muy diferente a las otras veces. — Respondió sonriendo con confianza.
Wooyoung le respondió con una sonrisa juguetona, entrelazando sus dedos detrás de su cuello y atrayéndolo un poco hacia si. — Muéstrame. —
Lentamente acercó su rostro al del menor, dejando un corto beso sobre sus labios para luego descender por su mandíbula, pasando por su pecho hasta llegar a su abdomen. Se detuvo un momento para lanzarle una mirada lujuriosa, sintiendo el cuerpo ajeno contraerse bajo él cuando su lengua entró en contacto con su cálida piel, recorriendo su desnudo torso con lentas lamidas asegurándose de limpiar cualquier rastro que hubiera de sus esencias mezcladas que lo habían cubierto previamente, deleitándose con cada tímido gemido que se escapaba de los labios del menor.
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𝑨𝒈𝒂𝒑ē
FanfictionLa sociedad está estructurada por una intrincada jerarquía. Los alfa, con su presencia imponente, gobiernan los niveles superiores, mientras que los beta son generalmente ignorados por la sociedad. Los omegas, la clase protectora pero marginada, enf...