🔥CAPITULO 2🔥

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SIN EDITAR

❤️‍🩹<<{Emma}>>❤️‍🩹

El señor Ricci mira de un lado a otro entre la recepcionista y el guardia antes de hablar.

Massimiliano: ¿Qué sucede aquí?

Guardia: Esta pordiosera vino a pedir dinero para drogas.

Emma: Eso es mentira.

Los ojos del señor Ricci se conectan con los míos y es como si el oxígeno se escapara de mis pulmones, sus ojos son todavía más preciosos cuando están mirándote tan intensamente, siento que puede ver hasta mis más oscuros secretos y no me gusta, levanto mis murallas detrás de mis ojos, una mirada vacía e indiferente cubre mis ojos, protegiendo todo lo que nunca le dije o le diré a nadie.

Emma: Yo no consumo drogas.

No se por que lo dije, pero algo en su mirada me imploraba que dijera si lo hacía o no.

Massimiliano: Suéltala.

Gruñe en dirección al guardia y este suelta mi brazo el cual es tomado delicadamente por las manos del señor Ricci, que lo escanea enfurecido.

No entiendo nada de lo que le está pasando, pero quizá si me quedo callada no me gruñe.

Massimiliano: Marcaste su piel.

Miro la zona del brazo donde le señala al guardia, está enrojecida por el fuerte agarre por el que me tomó, pero no me molesta ni me duele, son pocas las cosas que me causan algún tipo de dolor minúsculo.

Guardia: Lo siento señor no era mi intención, pensé que quería pedirle dinero para drogas al señor Volkov, llegó sucia y descalza, mire manchó la recepción de sangre.

El señor Ricci mira el suelo de la recepción y luego mira mis pies descalzos, se que no debería avergonzarme de mi desgracia, pero lo hago, esto no era parte del plan.

No debía estar aquí sola, no debería estar hambrienta, sedienta, sucia y lastimada, mi cuerpo no debería estar temblando y mis labios no deberían estar sangrando por los cortes de resequedad.

Soy alzada por los fuertes brazos del señor Ricci, podría decirse que no soy la única asombrada por la acción, la recepcionista lo mira como si le hubiera salido otra cabeza y el guardia no sabe exactamente dónde mirar cuando el hombre que me sostiene lo mira.

Massimiliano: Estás despedido, junta tus cosas y vete.

Empieza a caminar hacia el interior de la enorme empresa, no miro muchas cosas a mi alrededor porque estoy estúpida y vergonzosamente acurrucada contra el fuerte pecho del señor Ricci, el ascensor sube lentamente hasta el último piso en un silencio desesperante, no nos conocemos de nada y estoy dejando que me lleve a upa y me estoy acurrucando contra él como si estuviera anhelante de afecto.

Así es.

Seguimos en silencio cuando nos hace salir del ascensor, nos guía por un pasillo donde hay un enorme escritorio y seguido de este cuatro puertas que supongo son oficinas, ¿Un solo secretario para cuatro personas? no es muy sano para la persona responsable de atender los llamados y todo lo que estos hombres le digan, deben pagarle muy bien.

Secretario: Señor Ricci, tiene...

Massimiliano: Posponga todas mis reuniones y llamadas del día.

Secretario: Por supuesto señor, ¿Necesita que le lleve algo a su oficina?

Intento mirar al hombre que habla, pero me es imposible, el señor Ricci se gira cada vez que levanto un poco la cabeza para hacerlo.

Massimiliano: No, dile a Lucien que estaré en la oficina de Aleksei, que lo espero allí en cinco minutos.

Secretario: Señor, el señor Volkov está con un invitado en una reunión.

Eso no parece importarle porque sigue su camino hasta una de las oficinas y abre la puerta con una mano, soy chiquita, lo suficiente como para que pueda sostenerme con un solo brazo, entramos y vemos a un hombre de cabello negro sentado detrás de su escritorio, sus ojos grises están en el documento que se sostiene delante de los enormes pechos de una mujer rubia muy guapa.

El señor Ricci carraspeó para llamar la atención hacia nosotros, el documento baja para que el hombre detrás del escritorio pueda vernos y frunce el ceño cuando lo primero que se presenta frente a el don dos enormes pechos.

Aleksei: Vete y llévate tu mierda, si vas a andar mostrando el pecho asegúrate de que no sean plásticos, no me gustan.

Le tira los documentos al pecho y lleva su mirada a nosotros de pie a un lado de la puerta, una mano golpea el hombro del señor Ricci sin notarme y avanza hasta uno de los sofás.

Lucien: Mierda —sus ojos azules están sobre nosotros, su mano apretando su pecho como si mi presencia lo hubiera asustado y sus cabellos castaños caen sobre su frente al moverse tan rápido hacia adelante— joder avisa, me lleve un susto de muerte.

Emma: No doy miedo.

Si lo doy.

Los papeles de la mujer caen al suelo al escucharme, otra persona que no me nota.

¿Es que soy invisible?

Massimiliano: Eres muy pequeña.

Gruñe para sí mismo, aunque parece justo la respuesta a mi pregunta, no soy invisible, soy demasiado pequeña para los ojos suspicaces y eso siempre es una ventaja.

Aleksei: ¿Qué haces todavía aquí? ¡Vete!

La mujer sale corriendo no sin antes darme una segunda mirada, no seria la primera vez que me pasa, posiblemente no sea la ultima, mis ojos azul grisaceos combinados con mi cabello negro siempre llaman la atención.

Hubo un tiempo en que desee ser rubia platino, fue en aquellos momentos en la que mi apariencia era un cruel infortunio.

Lucien: ¿Seguiremos callados o dirás de donde te robaste a esa niña?

Ruedo los ojos, pero no digo nada.

Massimiliano: No hagas eso pequeña es de mala educación —ruedo otra vez los ojos— ¿Qué te dije?

Emma: Poco y mucho a la vez, no eres mi padre para decirme que hacer.

O si quien sabe, es posible.

Aleksei: ¿De donde te robaste a la pequeña maleducada?

Ruedo otra vez los ojos, si sigo así se quedarán hacia atrás, pero me es imposible no hacerlo, porque quiero responder con sarcasmo.

Quizás con un... "debo ser maleducada por la educación que me diste papi".

El dedo pulgar e indicé del señor Ricci aprieta la punta de mi nariz mientras me mira severamente.

Massimiliano: El guardia la estaba sacando a la fuerza, quería hablar contigo.

Aleksei: ¿Enserio? ¿De que me querías hablar pequeña?

Massimiliano: Di lo que tenias que decir antes de que te lleve a una clínica para que puedan revisarte, estas lastimada y deshidratada ¿sabes donde están tus padres?

¿Alguien te prepara para decir algo así? imposible.

Emma: Soy Emma Wagner, mi mama es Magda Wagner y alguno de ustedes es mi padre.

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