Vie.

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Vie: to strive in competition or rivalry with another; contend for superiority.

—¡¿Cómo que empate?! —Se quejaron dos voces al unísono, provocando que de inmediato se encontraran los ojos castaños con los azules, ambos llenos de hostilidad hacia el otro. El pelirrojo profesor simplemente soltó un suspiro, cansado. Conociendo las personalidades de sus alumnos, debería haberse imaginado que pasaría esta situación.

—Justo eso —Fue la única explicación que dio, dejando igual de inconformes a ambos jóvenes. Tenía la esperanza de que la ambigüedad los distrajera lo suficiente como para que le permitieran huir del salón de clases y no tener que lidiar con sus quejas—. Felicidades a ambos.

—¡Pero mi historia fue mejor! —Se quejó Osamu Dazai, un alumno brillante siempre y cuando mostrara el interés necesario, aunque desgraciadamente casi nunca pasaba. Para suerte del profesor, su clase, la de literatura, era una digna de su atención. Tanto que constantemente peleaba por su atención y reconocimiento.

—¿De qué hablas? Cualquiera puede escribir en prosa, la poesía es más complicada —Le respondió su compañero Chuya Nakahara, otro chico brillante que a diferencia suya sí ponía empeño en todas las cosas. Su sensibilidad es lo que le hacía destacar en su clase, siempre otorgando valiosos puntos de vista sobre cualquier material que revisaran.

Oda Sakunosuke dejó escapar otro suspiro ante la pelea de los chicos. No sabía cómo eran el uno con el otro en las otras materias, pero al menos en su clase siempre había existido cierta tensión entre ellos, aunque la naturaleza de sus cátedras usualmente no daba lugar a que la misma escalara demasiado, siempre quedando todo en pequeños comentarios que a estas alturas ya sabía cómo manejar.

Todo hasta ahora, pues se le ocurrió que una buena actividad para verificar el progreso de la clase a mitad del año escolar sería encargarles un escrito. Tanto el formato como el tema serían libres, siempre que el texto fuera original, por supuesto. El propósito era estimular su creatividad y de paso ver qué habían aprendido del curso, además de conocer qué tema le generaba más comodidad a cada uno de sus alumnos, para poder aprovechar sus habilidades individuales al máximo. Aunque para los alumnos siempre tendría que existir un incentivo, por lo que ofreció ayuda en su puntuación del siguiente examen a los primeros lugares, volviendo el ejercicio una competencia.

Sin embargo, se olvidó de la rivalidad que existía entre dos de sus alumnos que también resultaban ser los más destacados. Cuando lo recordó, ya había dado la noticia al grupo y notó cómo los ojos de ambos brillaban con emoción. Creyó que cuando leyera los textos todo se aclararía, pues además de que no tenía particular favoritismo por uno sobre del otro, estaba bastante confiado en su capacidad de ser imparcial cuando de análisis literario se trataba. Para su desgracia, ambos textos eran igualmente buenos.

Osamu Dazai presentó una historia corta de no ficción sobre el día de una colegiala, desde que despierta hasta que se va a dormir. Que la obra transcurriera en un solo día era un ejercicio literario complicado hasta para escritores profesionales, y su alumno parecía haberlo logrado con tanta facilidad... No sólo eso, sino que el texto emanaba una belleza tan oscura muy propia de la extraña personalidad que conocía de su alumno, contrastando perfectamente el encanto con el que describía el mundo exterior con los retorcidos pensamientos de su protagonista.

El poema que le presentó Chuya Nakahara tampoco quedó atrás. Le sorprendió ver la longitud de este, pues usualmente la poesía es un formato que se presta para relatos más cortos debido al reto que supone el verso. Sin embargo, su alumno le presentó un poema de varias partes que retrataba perfectamente lo que era el otoño: una estación que aparenta ser tranquila, pero tiene sus características que la diferencian de su hermana, el invierno; utilizando además un interesante recurso sobre un hombre moribundo como una analogía a la naturaleza que lentamente muere durante la estación sin darse cuenta, volviéndose parte del extraño encanto del otoño.

Flair. (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora