Flair. (Soukoku)

Unbosoming.

Unbosoming: to disclose one's feelings to another person.

Chuya Nakahara miraba por la ventana, ansioso. Usualmente pasaría esos momentos en el escritorio de Dazai, perdiendo el tiempo con él hasta que las clases comenzaran, pero su corazón se sentía incapaz de llevar a cabo esa labor ese día. Aunque en teoría nada había sucedido entre los dos, él sentía que habían regresado al principio.

No podía negar la decepción que sintió en cuanto terminó su escrito, y el vacío en su estómago cuando Dazai ese día en la biblioteca le dijo que él también había completado el suyo. Por alguna razón, se sentía como que el final de dichos textos marcaba también el final entre ellos, como si no tuvieran permitido verse después de entregarle sus trabajos al profesor, pues ya habían completado la tarea que se les había encomendado y sería demasiado raro seguir juntos cuando no tenían razón para hacerlo.

No obstante, Chuya sí tenía una razón para querer seguir a lado de Dazai, aunque no se la diría al castaño. No sabía cómo se tomaría una persona como él una confesión de amor, y no quería presionarlo más de lo que lo hacía él consigo mismo. Pero también estaba desesperado por poder continuar a lado de Dazai como hasta ese momento.

Era egoísta, lo sabía, ¿Pero cómo podía negarse a sentir cuando era tan solo un adolescente? Además, su afición por la poesía no ayudaba. La misma lo había hecho estar en contacto con sus emociones, y tal vez fue por eso que, en cuanto vio entrar al alto joven al salón de clases, de repente se le hizo imposible contener sus sentimientos y le invadió el impulso de declarársele en ese momento.

—Oye, Dazai —Lo llamó Chuya, captando la atención del castaño, que lo miraba con interés. Dudó un momento sobre las palabras que quería decir y decidió callarse, llegando a la resolución de que no quería imponerle sus sentimientos a Dazai—. Olvídalo, mejor. No era tan importante.

El castaño asintió y siguió con su camino hacia su asiento, mientras Chuya lo dejaba atrás para llegar al propio. La próxima clase estaba a punto de comenzar, pero a Dazai no podía importarle menos. Nunca se imaginó que alguna vez pensaría en que no deseaba que llegara la clase de literatura, pero como sus deseos nunca se hacían realidad, el profesor entró al aula.

—Bue... —Comenzó a saludar el profesor, aunque fue interrumpido por un pequeño chico pelirrojo que se colocó frente a su escritorio, con un par de hojas entre sus manos. Lo miró con curiosidad, antes de saludarlo— ¿Puedo ayudarte con algo, Chuya?

—Tome —Le dijo el joven mientras le extendía el par de hojas impolutas. Oda Sakunosuke leyó por encima el contenido de estas, encontrándose con un relato desolador. Sin embargo, una línea captó su atención: "las personas eran objetos encantadores, pero nunca intenté salir con una. Era suficiente soñar con ellas". Cuando alzó la mirada para encontrarse con su alumno, el chico ya se había dado media vuelta—. Dazai también tiene algo que entregarle.

—¿En serio? —Preguntó mientras miraba al castaño, que estaba escondido con timidez en su asiento. El profesor hizo una mueca, pensando en que ya había pasado un buen tiempo desde la última vez que lo observó actuar de esa manera, antes de que comenzara a pasar el tiempo con su pelirrojo compañero.

—¿Recuerda que nos dijo a Chuya y a mí que deberíamos intentar escribir algo con el estilo del otro? —Dijo con timidez Dazai al acercarse, entregando sus hojas. Notó que a una de ellas le faltaba un pedazo, como si se lo hubiera arrancado—. Son estos.

—Lo dije para que se llevaran bien —Explicó con amabilidad el profesor, conociendo la personalidad de Dazai, que ese día en específico parecía estar a punto de romperse, esperando la más mínima interacción para caer y deshacerse—. Pero parece que algo ocurrió entre Chuya y tú.