Capítulo 16

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Su bungalow quedaba cerca y llegaron en dos minutos. Una vez más como la noche anterior Bill abrió la puerta y dejó pasar esa vez a Luke, quien como si nada entró del todo hasta el dormitorio y ayudó a tumbarse a Tom sobre una de las deshechas camas.

—Ve al baño, moja una toalla y tráemela—pidió a Bill mientras se sentaba a un lado de un silencioso Tom.

Bill obedeció de inmediato, entró en el baño y al momento regresó con una toalla de la mano que tendió a Luke.

—Dime que está bien, por favor—suplicó Bill sentándose en la cama también.

Pero Luke no sabía que decirle, tenía un corte profundo en el labio y ya le había echado un vistazo al pecho. Varios cardenales destacaban en su tostada piel, y sabía que su amigo se había contenido. Steven era cinturón negro en karate y si hubiera querido habría matado a Tom con sus propias manos, pero además de un gran conocimiento en artes marciales también tenía dos dedos de frente y sabía a lo que se exponía si utilizara ese conocimiento contra alguien.

Solo cabía esperar que Tom no le demandase por la injusta paliza, pero sus amigos no sabían en esos momentos cual era la verdad y solo estaban ayudando a una persona que lo estaba pasando realmente mal.

Como en esos momentos, Tom se dejaba lavar la sangre reseca de su cara sin decir nada. Estaba con los ojos cerrados, parecía que estaba durmiendo o que había vuelto a perder el conocimiento. Nadie lo sabía.

Y mientras que Luke le lavaba la cara, Bill le cogía una mano y llevándosela a su mejilla la apretaba como si de esa manera pudiera así devolverle a Tom la vida.

—Tranquilo, no es nada—dijo Luke tratando de consolarle.

—Mira en el lío que le he metido—susurró Bill entre lágrimas—Todo ha sido culpa mía, jamás debimos venir aquí. Tom quería irse de viaje solo conmigo, si le hubiera dicho que si me hubiera pasado toda la semana tomando el sol en la playa y disfrutando de su compañía, no enamorándome del primero que se me cruza y haciendo que a él le peguen una paliza por mis sucias mentiras.

Calló de golpe, le faltaba el aire y en esos momentos llamaban a la puerta. Luke se encargó de abrirla y dejó pasar al médico del hotel seguido de sus amigos. Esperaron en el salón mientras atendían al herido bajo la triste mirada de Bill.

—Por suerte no tiene nada grave—comentó el médico tras reconocerle—Unas contusiones y la herida del labio no necesita puntos.

—¿De verdad?—preguntó Bill sin podérselo creer—Sangraba mucho.

—Suele pasar, pero tranquilo que tu hermano es duro de pelar—dijo el médico sonriendo.

Sus palabras le hicieron saber a Bill que les habían reconocido. Nadie le había dicho al médico que eran hermanos, y no era la primera vez que Tom se metía en alguna pelea saliendo nada más que con unos cuántos rasguños. Como esa vez, aunque al verlo así él se había llevado un buen susto.

— ¿Quieres que le mande un informe al médico de la discográfica?—preguntó el médico en voz baja, confirmando así sus sospechas.

—No por favor—contestó Bill bajando también la voz—Se supone que estamos de vacaciones sin la vigilancia de un adulto y si saben que a Tom le han dado una paliza...

—Tal vez la policía...—empezó a decir el médico.

—Ha sido todo un malentendido, de verdad—se apresuró a decir Bill—Si avisa a la policía solo nos daría mala publicidad y en el fondo...todo ha sido culpa mía y prometo que no volverá a pasar.

Mi hermano, ... ¡qué ligue!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora