20,001 HZ

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Una milésima de segundo fue suficiente para que el lugar cambiara por completo una vez más. Para ese punto, había empezado a suponer que todos los escenarios previstos eran obra de los denominados "Agnan", debido a la rapidez con que éramos trasladados.

— ¡Bienvenidos sean, postulantes! — Habló Mr. Hope desde la comodidad de su cabina. — Aún les queda mucho camino por recorrer, así que los explicaré un poco acerca de este nivel.

Escapé de mis pensamientos para finalmente prestar atención a mi entorno. Nos encontrábamos encerrados en una habitación llena de espejos que partían del suelo y llegaba hasta el techo. Tres de las cuatro paredes eran rebosantes en espejos, mientras que la sobrante se caracterizada por estar adornada por distintas obras de arte. Ubicaba en el centro de la sala, era visible una mesa redonda con distintos objetos sobre la misma, tantos que mi vista empezaba a cansarse por tan solo intentar contarlos.

— ¿De qué creen que se trate esta vez? — Susurró Namjoon a nuestras espaldas.

— No lo sé. — Respondió Taehyung. — Pero sea como sea, debemos encontrar la respuesta.

Cuando estuve a punto de hablar, las palabras de Mr. Hope opacaron las mías.

— ¡Silencio! — Exclamó con cierto disgusto en su tono de voz. — ¿Qué es lo que cuchichean? ¿Acaso nadie les enseñó que es de muy mala educación interrumpir a alguien cuando está hablando? — Por temor, nadie contestó a su duda. — Presten atención a las indicaciones, ¡luego no pregunten sobre qué deben hacer!

Las luces que alumbraban el lugar empezaron a parpadear, las paredes vibraban de hasta el punto de hacerlas temblar, a su vez, un zumbido llegó a nuestros oídos, haciendo que los presentes nos colocáramos las manos sobre nuestras orejas a causa del malestar auditivo.

¡Auch! — Pronunció Mr. Hope al escuchar a algunos gritar. — Eso debió haber dolido.

— ¡SÁCANOS DE AQUÍ, PEDAZO DE MIERDA! — Gritó una de las postulantes. — ¡NO TE TENEMOS MIEDO, MALDITO IMBÉCIL!

Mr. Hope sonrió con sorna, bastaron tres segundos y un chasquido de dedos para que el tiempo el tiempo de la chica se acortara a la mitad, haciendo que ella se desmayara por el asombro y la inquietud.

— Regla de oro: La única forma de perder la esperanza, es perdiendo la compasión de Mr. Hope. — Anunció. — A los anfitriones no se nos permite deshacernos de los tributos por cuenta propia, pero sí podemos hacer que el sacrificio se acerque a su próximo propietario. Como en este caso, acortando el tiempo a la mitad cuando los postulantes nos faltan el respeto.

Todos en la sala empezaron a gritar, atónitos ante la información recién recibida. Nuevamente, el inesperado ruido en nuestros oídos nos hizo callar.

— ¿Me dejarán hablar de una vez por todas? — Todos asentimos con apuro. — Tinnitus, también conocido como acúfeno, es la perfección de zumbidos, silbidos y pitidos sin ninguna fuente externa que los provoque. — Explicó. — Sin embargo, en esta ocasión, los ruidos vendrán de un lugar escondido en esta habitación, ustedes deberán encontrar el botón y destruirlo para poder salir. — Volvió a adentrarse en su cabina. — ¿Alguna vez han ido a un cuarto de ira? — Preguntó sin ocultar su emoción. — ¡Yo sí lo he hecho! Romper cosas es una excelente manera de sacar el estrés acumulado, los demonios suelen hacerlo con los huesos de los postulantes más débiles, ¡así que llénense de esperanza para mantenerse fuertes!

— ¿Entonces solo debemos destruirlo todo? — Preguntó un Jimin. — E incluso nos dan los materiales necesarios para hacerlo...

— Debe haber una trampa en ello. — Susurré en respuesta.

— Amo cuando la curiosidad de los postulantes brota por sus poros. — Exaltó Mr. Hope. — Pueden encaminarse hasta la mesa y escoger entre el bate y el pico, lo mismo con cualquier arma que quieran utilizar. Tendrán veinte minutos para encontrar el botón de apagado, no obstante, son seleccionadas los objetos que les pueden resultar de ayuda. — Simuló toma un palo entre sus manos y dio algunos golpes al aire. — Con respecto a los zumbidos, se harán sonar durante treinta segundos y luego tendrán un minuto de silencio. Su magnitud aumentará con el pasar del tiempo, así que les recomiendo completar el acertijo antes de que el ruido los consuma.

Jungkook y yo nos miramos aterrados, ¿a qué se refería con eso?

— Los límites absolutos del rango de audición humana, van de 20 a 20,000 Hertz. — Jimin respondió a nuestra pregunta no pronunciada. — Estas cifras son las que marcan los límites del espectro audible. — Recalcó. — Los sonidos por encima de este rango pueden dañar la capacidad auditiva.

¡Ding, ding, ding! — Gritó Mr. Hope. — ¡Nunca está de más tener a un estudiante de medicina entre los postulantes!

Sin siquiera obtener un aviso alguno, el zumbido se hizo presente en una escala de 20Hz, por lo que todos aprovecharon para escoger sus armas y empezar a destruir los espejos del lugar en busca de una salida que los llevara hacia el botón de apagado.

Para decepción de muchos, y aun siendo conocedores de la advertencia de Mr. Hope, descubrimos que era prácticamente imposible romper los cristales que nos mantenían en cautiverio. El impacto de los golpes se reflejaba en pequeñas e insignificantes roturas, las cuales no eran lo suficientemente graves como para quebrar los espejos.

— ¡Es inútil! — Exclamé en dirección a uno de los postulantes, el cual se encontraba mallugando sus propios nudillos contra el vidrio. — ¡Sólo te lastimarás más!

Como pude, intenté alejarlo del espejo lo más pronto posible, pero los treinta segundos me aturdieron por completo. Ocho minutos habían pasado y la frecuencia de los zumbidos se oscilaba entre los 12,000 y 14,000 Hz. En el hámago de mantenerse serena, coloqué mi cabeza contra el vidrio y cerré mis ojos con fuerza, cubriendo mis oídos con mis dedos para apaciguar el dolor.

Para mi desgracia y sorpresa, dicho acto me llevó a averiguar cierto detalle que nadie había descubierto.

No existía separación alguna entre mi cabeza y mi reflejo, sino que estaban pegadas una con la otra. Se trataba de espejos de doble vía, espejos falsos para espiar a los demás.

Estábamos siendo observados por algo o alguien desde el exterior, finalmente pude asimilarlo cuando unos ojos miraron fijamente a los míos. Oscuros como una noche, rebosantes de ira, sadismo y placer. Con su mano, me hizo un gesto en modo de invitación para ir hasta su lugar, a su alrededor se encontraban otros seres de su especie golpeando desde el otro lado del espejo, impacientes y emocionados por el momento en el que este se quebrantara por completo.

"Sigue así, rompe el cristal".

Susurró en mi dirección.

— ¡DETÉNGANSE! — Elevé mi voz con desespero. — ¡ELLOS ESPERAN POR NOSOTROS EN EL EXTERIOR!

Algunos copiaron mi acción y se acercaron a los cristales para ver a través de ellos, confirmando mis palabras a darse cuenta de lo que estaba pasando.

Quedaban alrededor de diez minutos para que nuestro tiempo terminara, para ese punto, la frecuencia había alcanzado los 20,000 Hz.

Esperar nuestro destino era lo único que podíamos hacer.

Agnan: La Entrevista | BTS |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora