Antes de que siquiera pudiera despedirme como hubiese deseado, fui trasladada a la última casilla. Para mi sorpresa, se trataba del salón inicial en el que todos habíamos realizado el examen hace unas horas atrás.
Temerosa, recorrí el lugar en busca de algo que pudiera serme de utilidad, encaminándome con rapidez hacia el que había sido mi asiento durante las primeras horas de mi estadía en este lugar. Mi examen se encontraba sobre la mesa, por lo que me apresuré a sujetarlo entre mis manos para empezar a corregir mis respuestas.
¿Cuál era el verdadero acertijo de esta sala?
El tiempo parecía correr de forma diferente estando aquí, para lo que mí fueron minutos, resultaban horas al notar las marcas en mis palmas. En cuanto menos acordé, solo quedaban me treinta minutos para intentar salir de este infierno.
Fui arrastrada fuera de mis sentidos al escucharlo hablar.
— Amor, ¿cuánto tiempo has estado aquí? — Susurró una voz a mis espaldas. — Te dije que me llamaras si te sentías incómoda, ¿sabes la hora que es? ¡Estaba muy preocupado por ti!
Por un instante, tuve el impulso de lazarme a él, derramar mi llanto entre sus brazos y contarle todo lo que había ocurrido en mi día. Sin embargo, el intenso brillo en su mirada me obligó a dar a retroceder.
— Tú no eres él. — Afirmé de inmediato. — Min Yoongi está en casa, preparando mi cena favorita para hacerme sentir bien si llego triste por no haber obtenido respuestas acerca de algún empleo. — Intenté hacerme creer a mí misma.
— Dulzura, ¿realmente desconfías de mí? — Pronunció con un puchero en sus labios. — Yo nunca te haría daño, pequeña. — Aseguró al posicionarse detrás de mí y abrazarme por la espalda. — Deja esa absurda prueba de lado y dedícame tiempo. Te amo, ¿lo sabes?
— No eres él. — Volví a pronunciar. — Él ni siquiera utiliza esas expresiones. No podrás engañarme.
Hice oído sordo a sus peticiones y corrí hasta mi escritorio para terminar mis respuestas antes de que el tiempo acabase conmigo.
De repente, una nueva voz se hizo presente en la habitación, sonando justo a mi lado. Una voz que también conocía a la perfección.
— Te amo, Cheseo. — Susurró Seokjin en mi dirección. — Tú también solías hacerlo, ¿recuerdas? — Rio ante sus propias palabras. — Lo fui todo para ti antes de que el maldito de Min Yoongi llegara a tomar mi lugar.
— No eres Seokjin. — Aseguré mientras intentaba que su agarre no afectara en mi concentración. — Seokjin nunca diría eso, lo nuestro pasó hace mucho y quedamos en buenos términos.
— "Lo nuestro". — Repitió. — Pudimos haberlo sido todo juntos, pero decidiste dejar de amarme después de nuestra graduación, ¿por qué?
— No quería estar con alguien a quien mis ojos no miraban. — Confesé, usando las mismas palabras que había utilizado hace unos años para romper con nuestro intento de noviazgo. — No quería romperte el corazón al saber que tus sentimientos hacia mí crecían con el día a día.
Un chistido se escabulló de entre sus labios.
— ¿Realmente es amor lo que sientes por él? — Preguntó indiferente. — Yo sí te amo, Cheseo. Siempre ha sido así. Estoy dispuesto a volver contigo cuando te aburres de jugar a ser la chica desobediente que se rebela en contra de su familia. — Su mano izquierda apresó mi cintura, mientras que la derecha acariciaba mi cuello delicadamente. — Soy lo mejor para ti, Chasa.
— Ese nombre quedó en el pasado. — Susurré con palabras entrecortadas, era el apodo con el que solía llamarme hace unos años. — Al igual que nuestra relación.
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Agnan: La Entrevista | BTS |
FanfictionEn esta entrevista, acumularás dinero por cada pregunta que respondas correctamente. Fácil, ¿no? Se trata de una serie de acertijos que deberás completar antes de que se acaba de tu tiempo, de lo contrario, estás fuera. ¡Nunca pierdas la esperanza...