Uno de nosotros {AziraCrow}

Capítulo 11

Escrito en colaboración con EdenFell5
Capítulo 11《Rumor has it - Adele》

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Adele dice: Sé valiente y no tengas miedo de saber que incluso si tomas una decisión equivocada lo estás haciendo por una buena razón.

O al menos eso es lo que leyó en la revista Vanity fair.

—¿Hay regla de etiqueta?— Aziraphale hizo su quinta pregunta en sus veinte minutos de vuelo.

Gabriel sólo quería dormir un rato antes de llegar. Puso los ojos en blanco y encogió los hombros.

—La verdad no lo sé. Lo investigaremos al llegar

—¿Crees que deba usar corbata o será demasiado formal? ¿Cómo van las personas?

—¿Dónde está Muriel? ¿Por qué no la molestas a ella?

—Está en el baño, tenía vomito, me imagino por el mareo del avión. Tal vez use mi corbata roja

Gabriel dejó escapar un suspiro mientras echaba la cabeza hacia atrás golpeándose con el respaldo de su asiento. Sería un largo viaje.

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Fin de semana. Maravilloso, glorioso y fantástico fin de semana...

Luke pasaría por los gemelos, Hera, Venus, Libby, Riley y Arte para llevarlos a acampar todo el fin de semana, algo para conectar y para dejar que los adultos se relajen un poco.

Crowley estaba con Beelz en casa esperando a que Luke pasara por los niños los cuales jugaban en el jardín trasero mientras que Venus daba sus rondines de costumbre. Al día solía correr dos kilómetros, aveces más, ¿qué la motivaba?

"Esos jeans ya no te quedan"

"Tienes la cara como muy redóndita, ¿no?"

"Las jovencitas de tu edad solían tener un cuerpo bastante bonito"

O comentarios como:

"Venus, cuida a Libby"

"¿Otra vez un siete de calificación final? No soy exigente, pero debes pensar qué quieres para tu futuro"

Y a veces conversaciones que ni siquiera la incluyen a ella como:

"Sí bueno, eso debiste pensarlo antes de divorciarnos"

"Oh, entonces yo decidí dividir a nuestra familia"

Es cierto que Aziraphale y Crowley luchaban por no discutir frente a ellas, pero no eran de piedra, podían oír muy bien así solo fueran murmullos, y cada palabra la hería, Libby tal vez ni siquiera se daba cuenta, pero ella sí, cada palabra la oía y la sentía.

—Vi, deberías ducharte, tu abuelo viene en camino— sugirió Crowley una vez la vio entrar a casa.

—Sí, ya voy— dijo ella casi sin aliento.

—¿Corriste mucho hoy?

—Sí, cuatro kilómetros. Las pruebas son en unas semanas y quiero estar bien preparada

—Linda, tal vez te estás exigiendo demasiado. Eres lo suficientemente buena, no necesitas entrenar. Toma un descanso

—No. Tranquilo, estoy bien. Iré a alistarme