Hyunjin disfrutó de la mirada de sorpresa y felicidad que pasó por el rostro de Seungmin. Era sexi, pero lindo al mismo tiempo. Algo que nunca se atrevería a decir en voz alta por temor a que le diera un puñetazo. Tenía la sensación de que 'lindo' era una palabra que a Seungmin no le gustaría escuchar asociada a él. No después de la cantidad de años durante los cuales había sido despreciado por ser pequeño y débil.
—Gracias, eso significa mucho para mí —dijo Seungmin finalmente, el más débil de rubores alcanzó sus altos pómulos.
—Eres uno de los Halcones más valientes que conozco — dijo Hyunjin, queriendo decir cada palabra.
—No sé nada de eso. Por lo que sé, tu propia infancia no fue muy buena. ¿No fuiste comprado por un amo de esclavos, con la intención de convertirte en un asesino algún día?
Sólo pensar en su antiguo maestro hizo que la sangre de Hyunjin corriera fríamente. El hombre había sido de todo menos amable con su gemelo, San y con él. Aun así, todo el mundo se preguntaba por qué habían crecido siendo tan retorcidos de la cabeza. ¡Eh, hola! Habían sido criados por un hombre que habría hecho que Hannibal se cagara de miedo. No era tan descabellado por lo que a Hyunjin concernía.
—Sí, nos vendieron a una edad muy joven. Como a ti, no nos amaron o mimaron, pero por lo menos nos daban suficiente comida y no fuimos obligados a ser mano de obra esclava. Sólo teníamos que entrenar todos los días. Lo que en sí mismo fue una propia forma de tortura. He estado matando hombres desde que tenía catorce años.
En lugar de darse la vuelta por la admisión, Seungmin hizo la cosa más increíble. Fue por detrás y envolvió sus brazos alrededor del pecho de Hyunjin. —No puedo ni siquiera empezar a imaginar lo duro que fue para ti.
Hyunjin se congeló... Nadie, fuera de San, alguna vez le había ofrecido consuelo. El desprecio, el miedo, el asco, el odio, la desconfianza, la ira, el horror... seguro. Pero nunca tuvo la comprensión incondicional de la manera en la que Seungmin se la daba actualmente. Fue conmovedor y humillante al mismo tiempo.
Entonces Hyunjin se permitió fundirse de nuevo en el abrazo y maldita sea si no se sentía muy bien. Aunque Seungmin podía ser varios centímetros más pequeño y con unos buenos cincuenta kilos menos, era como si estuviera dispuesto a sostenerlo, y para ese momento, Hyunjin estaba dispuesto a permitirlo. Era agradable poder descansar finalmente después de tantos años de tener que resistir contra el mundo.
—Lo sé —susurró Seungmin.
Y Hyunjin se dio cuenta que Seungmin lo sabía porque había pasado por eso. Él también se había visto obligado a enfrentarse al mundo solo, sin un protector, con sólo otro niño a su lado. Y aunque ambos habían sobrevivido, no habían salido sin algunas cicatrices mentales y físicas. Unas que nunca se irían, no importaba cuánto tiempo pasara.
Hyunjin se volvió para enfrentarse a Seungmin y preguntó: —
¿Cómo es que puedes ver más allá de la locura? Todo el mundo da por sentado que San es el gemelo sano y para mí no hay esperanza.
Seungmin le dio su entrañable sonrisa, una de la que Hyunjin rápidamente se estaba enamorando. —Tal vez porque nunca nadie se ha detenido a mirar el tiempo suficiente.
Y así como así, Hyunjin supo que Seungmin era su único. No era porque fuera como Wooyoung, sino porque era lo opuesto a este. Claro, Seungmin podría ser pequeño y haber sufrido en el pasado, pero era algo más que un alma dañada. No, a pesar de todo era un guerrero, y eso era exactamente lo que Hyunjin quería.
—Voy a besarte otra vez. Espero que esté bien —dijo Hyunjin.
Seungmin hizo un zumbido feliz. —Eso estaría más que bien para mí.
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Serie de los CP 23 - La Salvación de Hyunjin
FanfictionSerie de los Cambiaformas Perdidos 23 - La Salvación de Hyunjin RESUMEN Desde que el gemelo de Hyunjin, San, ha encontrado a su compañero, las cosas no han sido iguales. Aunque Hyunjin está feliz por su hermano se siente solo y perdido sin su socio...