Mission Class

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Después de largas horas de entrenamiento y prácticas sin parar el día más esperado para todas las participantes del programa había llegado.  Ese día se iba a definir los líderes de coreografía para cada clase y aunque para muchas fue un golpe saber que su coreografía no fue la escogida, igualmente estaban con todo la determinación para robarla y convertirse en la bailarina principal.

- Escuchen atentamente, no importa lo que suceda, simplemente disfruten y bailen con determinación. Si se equivocan, sigan adelante y no se rindan. Sé que estas palabras quizás no son necesarias porque ya son demasiado buenas, pero supongo que era necesario expresarlo, después de todo, soy su líder. - Binna habló con ironía, provocando risas entre las integrantes de su grupo juvenil.

- Estaba más tranquila hace 5 minutos Binna- mintió con diversión Ji-Yeon, provocando una cara graciosa de su líder y volviendo a su asiento toda indignada por el comentario.

Mientras observaba a los demás grupos hablar o repasar una y otra vez su baile, fue inevitable no posar su mirada en Bada Lee y en la forma tan única que tenía de hacer reír a su grupo. Desde ayer, recapacitó sobre todos los sentimientos que tenía hacia la mayor, e, inevitablemente, aquel odio que juró sentirle se había desvanecido. Parecía como si ese abrazo hubiera resuelto muchos problemas que, en el pasado, parecían insolubles, y eso la asustó de algún modo. ¿Tan rápido se había rendido? ¿En realidad lo tomaba como una derrota? No! No era el miedo a la derrota, sino el miedo a haber perdido la batalla equivocada. Aquel sentimiento que emergía en su interior le causaba inseguridad. ¿Cómo podía haber cambiado tan drásticamente? ¿Acaso era una derrota disfrazada de victoria? Mientras Bada continuaba con la gracia y la alegría en su grupo, Binna se encontraba inmersa en sus pensamientos, tratando de comprender el cambio que se estaba gestando en su corazón.

Sin percatarse, el tiempo siguió su curso mientras Binna no apartaba la mirada de Bada. ¿No les ha pasado alguna vez sentir las miradas penetrantes de otras personas? Pues bien, eso fue exactamente lo que le ocurrió a Bada, chocándose con aquellos ojos que tanto le gustaban.

- Mierda ..- susurró la pelinegra, desviando la mirada como si estuviera buscando a sus chicas. - Claro, ahora ya no están - susurró soltando un bufido.

Mientras tanto Bada se levantó disculpándose con su grupo por tener que dejarlas unos 10 minutos y camino derecho hasta estar los escalones del podio de su amiga.

- Pero yo ya estoy aquí - logró responderle a la menor compartiendo una sonrisa muy notable. Esa estúpida y linda sonrisa.

- ¿Eso me tendría que ayudar?- respondió con una pizca entre gracia y distanciamiento.

- Binna...- la reprochó recordándole que tenía una promesa por cumplir.

- Entiendo, entiendo, lo intento. Era una broma, ¿Está bien? Comencemos otra vez. - propuso la pelinegra, haciendo como si la conversación recién comenzara. - Hola, ¿cómo estás? - fijó su mirada en la mayor, odiando sentir cómo aquel sentimiento del pasado volvía a florecer.

- Bien, mucho mejor ahora que estás aquí - hablo más que feliz. 

Binna, emocionada, solo soltó una sonrisa y escondió su cara de la vista de la mayor. La tomó desprevenida; eso era.

Por otro lado, Bada, al ver la reacción, solo ensanchó más (si era posible) su sonrisa, queriendo creer que ese comentario había hecho surgir algo en su Binni.

Creeme Bada, si sucedió.

- ¿Preparada? - preguntó Binna intentando buscar un tema de conversación para distraer a la alta, mientras tanto iba a buscar a Kirsten con la mirada. 

A bada lee love storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora