𝗠𝘆 𝗼𝘁𝗵𝗲𝗿 𝗵𝗮𝗹𝗳| "tú eres lo que faltaba en mi vida"
Summer es una chica a la que la vida le ha dado demasiadas patadas.
Zach, en cambio, un chico afortunado.
Un accidente puede cambiarlo todo, sobre todo si tu nombre es Summer Hart y tiene...
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°𖥸°
—¿Por qué las hamburguesas se llaman hamburgers en inglés si no están hechas de jamón? —preguntó Avery en la cena.
—Aunque la hamburguesa es prácticamente americana, es originalmente de Hamburg, Alemania. Aunque, la pizza es definitivamente italiana —informó el padre de Zach, haciendo reír a su mujer.
—Esto es solo una excusa para explicarnos como se conocieron —me dejó saber Zach en un susurro.
—Estábamos los dos en el extranjero como mochileros —empezó a explicar su madre.
—Italia —continuó su marido—. El olor de Chianti, pizza y boloñesa en el aire.
—Lo sabemos, papá, nos lo has contado antes —se quejó Avery en un suspiro.
—Bueno, las chicas no lo saben —se defendió su madre.
—Yo quiero saberlo —anunció Livy emocionada.
—Acabábamos de salir de la universidad —empezó a explicar Matt, el padre de Zach.
—Bueno, yo estaba, literalmente, perdida y mi italiano me estaba fallando y nadie hablaba inglés y estaba intentando encontrar la estación de tren.
—Y nos chocamos con el otro. Ambos con nuestras cabezas enterradas en nuestro libro “Vamos a Europa”.
—Sí, ese fue nuestro encuentro de película —anunció Connie con una sonrisa antes de agarrar la mano de su marido.
—Me encanta —respondió Livy con una sonrisa de oreja a oreja.
Ella nunca pudo escuchar historias así de nuestros padres, ya que ella apenas tenía unos meses cuando murieron, así que supuse que escuchar historias así le haría mucha ilusión.
—Los dos os enamorasteis por la pizza. Supongo que esa es la razón por la que me gusta tanto —dedujo Avery divertida.
—A mí también, me gusta tanto —informó antes de mirarme—. Demasiado, probablemente. Espera, ¿lo hago? —preguntó repentinamente confuso.
—Sí, cariño. Pepperoni —le respondió su madre.
—¿Recuerdas deberme doscientos dólares? —le preguntó su hermana.
—No, no, no. Creo que realmente era que tú me debes a mí doscientos dólares —le respondió su hermano.
—Ni siquiera lo pienses —le advirtió Avery, haciendo reír a Livy.
Después de la cena, fui al sofá para revisar los mensajes de Evelyn, quien estaba cuidando nuestra casa mientras no estábamos.
—¿Quieres ver una película? —me preguntó Zach antes de tumbarse a mi lado.