VIII

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Luego de media hora de llantos Junmyeon se había logrado calmar, Chanyeol en todo ese tiempo nunca le soltó e incluso le acariciaba con sumo amor su espalda y cabellos mientras le susurraba un continuo “estoy aquí, mi amor”. El corazón de Kyungsoo no dejaba de latir enamorado al ver como su alfa, el hombre que había conocido por casualidad en un lugar nada apropiado para alguien de su edad y quien le dijo en los primeros cinco minutos mil “te amo” era realmente todo lo que siempre soñó.

Park Chanyeol, ese alfa mayor que tenía callos en las manos debido a los trabajos manuales en construcción, piel acaramelada por el sol debido a su trabajo de medio tiempo limpiando vidrios en los rascacielos y arrugas ligeras alrededor de los ojos por todas esas horas de sueño perdidas. Sí, ese mismo alfa adorable que sabiendo que su primer omega era estéril jamás tuvo intenciones de romper el enlace o buscar un nuevo omega. Ese mismo hombre valiente que decía que iba a enfrentarse contra uno de los alfa más poderosos del país al saber que seguían haciéndole daño a su familia, ese mismo encantador ser que le defendió hace cinco años de unos acosadores.

La vida daba muchas vueltas, unas graciosas, otras dolorosas, pero la que le había unido con Chanyeol era perfecta. Él como un pequeño niño sabía que era omega y no tenía problemas en decirlo a los cuatro vientos, lástima que la sociedad se encontrara tan podrida y muchos tuvieran en su cabeza el ideal de que omega es igual a prostituta, no, ellos eran considerados animales e incluso estos tenían mejores garantías de vida.

La sociedad, las leyes, el maldito gobierno. Todo parecía un inmenso complot para que luego de la epidemia los omega volvieran a ser solo incubadoras encargados de engendrar vida. Él sabía que valía más que tres o cuatro niños, pero para muchos alfa él era solo eso. Un agujero el cual follar. Chanyeol le salvó cuando era un niño para años después hacerlo su tercer omega, ¿no era perfecto? Ese hombre que fue su héroe en el pasado lo volvía a ser en el presente.

Tal vez si Junmyeon hubiera conocido a Chanyeol antes entonces ahora las cosas fueran distintas, pero no era hora de volver a tener pensamientos negativos. Era momento de afrontar uno de los temores más grandes que estaban enterrados en su pequeño corazón de omega.

—Hay algo que he estado ocultando, algo terrible que sin dudas no será del agrado del primer y segundo omega —, habló Kyungsoo suavemente llamando la atención de los presentes. Chanyeol quien sabía lo que iba a decir su pareja lo intento detener, pero el pequeño negó.

—Kyungsoo, mi vida —. El menor tembló, sonrío y estiro su mano acariciando el rostro de Chanyeol.

—No fue tu culpa, estabas borracho y con las hormonas en el techo. Mi alfa no tuvo la culpa, no todos los alfa son unos imbéciles que encajan sus colmillos en el primer omega en celo que huelan. Este hombre de aquí me protegió, y el recuerdo me mantuvo vivo hasta ahora. Yo… yo soy Do Kyungsoo, uno de los tantos hijos del alfa Do Minho. No sé con exactitud quien es mi madre, porque varias de sus omegas han sido cambiadas con el paso del tiempo. Mi padre es un degenerado, un sucio hombre de negocios que invierte en política para poder moverse a su merced dentro y fuera de corea.

» Sí, soy un omega de dinero. De la alta sociedad pero desde pequeño me preparé para ser un buen padre hogareño —, humedeció sus labios al ver la expresión de asombro de Chanyeol —. Y… no soy mayor de edad, tengo quince años —. Se pudo escuchar como Junmyeon apretó sus dientes y Jongin golpeaba su pierna como si hubiera acertado en su sospecha —. Chanyeol, nuestro alfa me mordió luego de que yo… lo interceptara y sabiendo que mi aroma era demasiado embriagante le pidiera tener sexo. Estoy enamorado hasta los huesos de nuestro alfa, amo esta familia. Si fuera otro mundo en el que cada omega tuviera su propio alfa, yo, Do Kyungsoo los apartaría de su camino porque quiero todo de él. Pero nos encontramos en esta situación, y sé que mi amor no es suficiente para llenar el inmenso corazón de Chanyeol, por eso… de manera humilde pido perdón por seducir a un alfa con dos omegas, pido perdón por mentir sobre mi edad, pido perdón por hablar de más e intentar ayudar con mi dinero… pero jamás pediré perdón por amar a Chanyeol, por hacer que me ame.

Junmyeon miró la expresión de Chanyeol, a lo largo del discurso del menor su rostro se había suavizado e incluso Jongin y él podían percibir el cambio de aroma. Era uno totalmente dulce y tranquilo, como si un peso sobre los hombros del mayor hubiese sido arrancado desde raíz. Como primer omega, Junmyeon podría expulsar de la familia a Kyungsoo pero había visto y sentido los cambios positivos que generaba en Chanyeol, era la otra rueda que faltaba en ese humilde auto que intentaban manejar los tres.

—Eres un mocoso que nos va a meter en problemas, no solo por tu edad sino por el peso que tiene tu apellido —, dijo Junmyeon firmemente —. Pero eres el mocoso que hace feliz a nuestro alfa, nuestra pareja. Eres el mocoso entrometido que me hizo dar cuenta de mi egoísmo y que callar mi dolor no haría nada más que perjudicarnos… eres un mocoso, pero eres nuestro mocoso.

Kyungsoo miró fijamente a Junmyeon, abultó los labios y se escondió de inmediato en el hombro de Chanyeol quien no dudo en besar sus cabellos negros.

—Nadie me pide opiniones a mí—, murmuró Jongin. Chanyeol río, ladeo la cabeza y le atrajo de la camiseta para besar sus labios.

—Eres el menos problemático, eres adorable.

—Y-yo no soy… — sus mejillas se tintaron de rojo de inmediato, miró a los otros dos omegas y asintió —. Quiero verte feliz, Yeol… eso es lo que más anhelo.

—Contigo, ustedes tres a mi lado ningún obstáculo me hará desfallecer —, suspiró abriendo sus brazos para proteger a los tres —. Es mi responsabilidad como alfa y como el mayor aceptar mi error al haber marcado a Kyungsoo siendo solo un niño, pero el daño ya se hizo y… si me lo preguntan no me arrepiento, tal vez al principio me encontraba temeroso, pero… ya no es así. Yo amo a Kyungsoo de la misma forma que amo a Junmyeon y a ti, Jongin. Los tres son los amores de mi vida.

—Tengo serias dudas al respecto —. Se quejó de forma infantil el moreno.

—Cuando todo esto pase, haremos lo que me dijiste —, habló Kyungsoo acariciando con su mano la de Jongin —. Los tres.

Junmyeon no sabía de qué hablaba Kyungsoo, pero si era algo propuesto por Jongin seguramente era algo un poco inmoral. Los cuatro rieron y asintieron. Decir la verdad no había sido malo, pero eso era porque estaban los cuatro.

El menor de los omega sabía que todo sería distinto teniendo a los Oh en la mira, conocía lo suficiente a Sehun para saber que era un alfa entrometido, pero su padre… él era el diablo mismo. No dudaría en buscar bajo cada piedra para averiguar todo sobre Chanyeol y ahí es cuando a él le quedaba una única opción, pedir ayuda a su horrible padre.


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Luego de un par de días y largas horas frente al computador Kyungsoo no se decidía por enviar su petición escrita al secretario de su padre para pedir una reunión, seguramente habían estado locos buscándole al no estar en la mansión… y ahora él iba a ir por voluntad propia al matadero para que le enterraran el cuchillo.

Chanyeol le abrazó por la espalda y beso la zona de su cuello en donde permanecía la marca de enlace.

—Junmyeon y Jongin se quedarán un par de días en casa de Minseok, creo que es conveniente que te tomes un descanso. Si sigues así vas a quedar calvo.

—Sé que confían en Minseok, pero no puedo sentarme y cruzarme de brazos sabiendo que los Oh son los causantes del dolor del primer omega. Me hace sentir sucio que alguien que decía ser mi mejor amigo este tras todo esto… — abultó los labios, el mayor giró la silla y le cargo con facilidad llevándolo hacia la cama.

—Enserio eres un niño.

—¡Chanyeol!

—Ese es mi nombre, uno muy lindo ¿no crees? — le arrojo en la cama y subió sobre su cuerpo mientras le besaba la clavícula —. Por cinco minutos no pienses por favor en alguien que no sea yo, estamos solos.

Kyungsoo abrió sus ojos, ladeo la cabeza dándole más espacio al alto y con un poco de timidez separó sus piernas suspirando cuando sintió el roce del pene del alto contra su trasero.

—¿T-tienes ganas de hacer algo?

—Yo no…no recuerdo como nos unimos, pero puedo sentir en mi pecho esa sensación ardiente de cómo nos hicimos uno. Quiero comprobar que eres mío, que soy tuyo.

—¿No estamos faltando a los deseos del primer y segundo omega?

—Por hoy… solo por hoy Kyungsoo, los mandaré al carajo. Soy el alfa, y tengo hambre de ti.

¿Acaso ese era un sueño? Kyungsoo sentía como el calor subía por sus mejillas a la par que las amplias manos de Chanyeol, aquellas que tanto amaba se colaban debajo de su camiseta y apretaban sus pequeñas tetillas.

—M-mmhg… alfa…

Ese aroma, ese delicioso aroma que desprendía Chanyeol le hizo humedecer de inmediato su ano. El alto levantó la cabeza y ahí fue que Kyungsoo comprendió la manera de actuar y de hablar del alfa, sus ojos brillaban en una tonalidad distinta y su boca no dejaba de salivar.

—Te deseo…

—Estas en celo —. Junmyeon no se habría ido si supiera que era el celo de Chanyeol, ¿qué lo habría provocado?

—Tú… hueles muy bien.

Chanyeol gruño, mostro sus colmillos y con violencia rompió la camiseta de Kyungsoo. Eso logro asustar al omega que chillo, pero al sentir que esa rudeza era solo con sus prendas y que en cambio su alfa le estaba tocando la piel con ternura se rindió.

—Entonces… cómeme.










Compartiendo al alfa || ChanyeolHarem [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora