El caballo de Troya

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Por la noche mientras dormía vino Príamo a la tienda de campaña de Aquiles.

-Aquiles

-Priamo?

-Necesito hablar contigo...

-Que quieres.

-Veras, la peor cosa que puede sufrir un padre es perder a su hijo, y tu... Me has echo pasar ese sufrimiento, yo conocí a tu padre, murió antes de tiempo y tuvo la suerte de morir antes poder ver a su hijo morir, yo vi al mio ser apuñalado por la espalda por la que considero mi hija, no se qué relación tenía Nora con Patroclo pero si metar a Héctor para ella mereció la pena, supongo que será muy fuerte, vi a mi hijo morir y ser arrastrado, mi corazón está partido Aquiles, lo único que te pido es que me devuelvas a mi hijo, merece un funeral decente.

-Mató a mi primo....

-Y a cuántos padres, abuelos, Tíos, primos, hermanos, hijos mataste tu? Porfavor Aquiles, devuélveme a mi hijo.

Me levanté y camine hacia Aquiles.

-Devuelveselo.

En cuanto Príamo me vio lágrimas saltaron de sus ojos, fui a abrazarlo y mi corazón se partió mientras que se me hacía un nudo en mi garganta.

-Lo siento padre... Lo siento mucho, siento mucho haber matado a Héctor, me dejé llevar por la furia y acabé con la vida de el que era como mi hermano mayor, acabe con la vida de tu hijo, lo siento mucho.- dije llorando.

-No te preocupes hija mía, todo es decisión de los Dioses, te perdono, porfavor vuelve a Troya, te lo ruego porfavor nadie te guarda rencor, todos te echamos de menos.

Miré a Aquiles el cual me hizo una seña para que me fuera y obedecí, salí de su tienda de campaña y antes de ir a Troya con Príamo, fui a donde estaba Aquiles.

-Te quiero Aquiles...

-Y yo a tí Nora... Si me pasa algo...

-No,  no te pasará nada- dije llorando y el me limpió mis lagrimas con sus grandes y calidas manos.

-Si me pasa algo, jurame que no me olvidarás.

Lo miré por unos momentos.

-Lo juro.

Lo besé con pasión y lentamente mientras sentí como desde sus ojos caían lagrimas.

-Nunca antes he querido a alguien como te quiero a tí Aquiles, te buscaré hasta el infinito para estar contigo, no dejaré que nadie te haga daño, lo juro...

Me volvió a besar y me fundí en un cálido abrazo con el antes de irme con Príamo en el caballo, mientras me alejaba lo miraba llorando, él entró en su tienda de campaña y yo llegué al palacio, fui a dormir y a la mañana siguiente salí fuera, ahí estaba París, Príamo y otros hombres debatiendo acerca de que harían con el regalo de Esparta... El caballo

No dije nada, y vi como todos empezaron a a bailar felices cuando vieron el caballo mientras que yo me temía lo peor.

Me fui a sobrepensar las cosas a mi cuarto hasta el anochecer, cené y fui a mi habitación, no me dio sueño y cuando todos ya se habían dormido, me asome por un ruido que escuchaba y vi lo que nunca quise ver.

El caballo se rompio y empezaron a salir hombres Espartanos pegandoy matando a todos, vi a Aquiles y mi corazón dio un vuelco y pude oír como le decía a sus hombres que no tocaran a Andromaca, Astianax, a Príamo ni a mí, sus hombres asintieron y el fue por los pasillos y yo bajé con la esperanza de encontrarme con él, todos corrían mataban, quemaban, eso era un desastre, baje buscando por todos lados llamando como una loca a Aquiles por todos lados, y vi algo que me partió el alma.

Cogieron a Astianax de los brazos de Andromaca y la tiraron al fuego, fui corriendo y golpee con una antorcha a ese soldado, luego abrace a Andromaca y la llevé al túnel.

-Corre, huye con Helena, iros, corred porfavor iros ya.

-Y tu? Que harás aquí sola?

-Yo se que hacer ahora vete Andromaca, vete y no mires atrás.

La si un abrazo y me fui a buscar a Aquiles, y llegué a un patio y lo vi ahí, me junte a él y lo besé como si nuestra vida dependiera de eso.

-Estas bien?

-Aquiles, han matado al bebé de Andromaca.

-Pero tú estás bien?

-Si, lo estoy.

Empecé a besarlo mientras lloraba hasta que soltó un grito, lo miré y vi que tenía una flecha atravesándole el talón, miré hacia arriba y vi a Paris.

-¡PARIS NO! PARA PORFAVOR PARA.

No paro y siguió tirando fechas a Aquiles el cual se las sacaba y se intentaba poner de pie pero no podía, estaba tambaleándose, yo estalle en llanto y entre sillozos y lamentos lo agarré de la cara y lo besé.

-Aquiles no te mueras porfavor, te necesito, porfavor te lo ruego.

-No me olvides Nora, tu me diste paz, en un momento de guerra, te quiero como nunca he querido a nadie, te quiero mucho, no lo olvides.

Me besó los labios y con sus grandes manos me acariciaba la cara pero yo mientras intentaba besarlo lloraba y me lamentaba entre nuestro beso.

Paris me cogió y me alejó de Aquiles y a lo lejos vi como cayó al suelo muerto, en ese momento grité como nunca antes grité, un grito desgarrador y fuerte salió de mi garganta y mil lágrimas salieron de mis ojos, el hombre al que quise como si de eso dependiera mi vida, muriendo frente a mí, lloré hasta que Paris me llevo a lo alto de la torre.

Me quiso meter por un pasadizo pero en cuanto me soltó...

No lo pensé, fui corriendo y me lancé al fuego, y ahí, entre gritos de dolor y gritos desgarradores, morí, di fin a mi vida por el hombre que me la mantenía.

Por Aquiles, mi guerrero y mi hombre soñado.

Mi corazón derretido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora