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Pase la mayoría de la mañana en mi cocina, viendo mi teléfono prenderse y apagarse al ver como Mike parecía un novio tóxico llamándome. ¿Por qué me llamaba? Mejor que se fuera a bailar con Vanessa.

Rodé mis ojos al ver sus mensajes y su nueva llamada entrante. Bien, no huire más, que pasé lo que tenga que pasar. Tomé el último bocadillo de mi pan tostado con margarina y mermelada de fresa y contesté el teléfono. —Mila, no vayas a colgar. — hice una mueca al saber que eso iba a hacer.

—¿Qué quieres, Mike? — dije ahora, mientras tomaba un trago de agua pura del vaso que tenía en la encimera.

Oí un suspiro de su parte, —¿Podrías abrime? Llevo aquí afuera como media hora.

Frunci el seño y me levanté de mi asiento para caminar a la sala dónde estaba una pantalla en donde se veían las cámaras de la casa, salte y salte algunas de ellas hasta llegar a la de afuera del portón. Como bien dije, la casa era algo antigua, así que la casa se basaba en un diseño espacioso como para una pareja casada y una hija. Tenían un gran terreno para un patio amplio y el portón estaba a varios metros de ese patio. Le habían creado una entrada algo redonda para todos los autos que utilizaban mis padres, y en medio de ese parqueadero redondo había una fuente.

—Mike... ¿Qué haces en mi casa? ¿Traes a Abby contigo? — susurré al teléfono, ¿le abría o no le abría?

Vi como Mike negó por la cámara, —No, quiero hablar contigo. ¿Me abres o tengo que saltar esta cosa para ir a hablarte?

Deje salir un suspiró, colgué la llamada y oprimi el botón que abría el portón de la casa. Pude ver a Mike por la cámara y como luego subía a su auto para conducir dentro, cerré el portón y espere. Como bien dije, mis padres eran familia de dinero, una humilde con las personas pero adineradas, así que compraron muchos terrenos, y por eso la entrada hacia acá se hacía larga, aproximadamente unos diez minutos caminando y unos cinco en auto. El camino para llegar a la casa era amplio y a los lados se podían apreciar arbustos, árboles y algunas flores como tulipanes, rosas y petunias.

Mi estómago se revolvió cuando escuché el toque en la puerta, ¿ya había llegado? No tardó ni tres minutos...

Caminé hacia la puerta que era grande y alta, era de madera. Sí, nuevamente, estilo antiguo y elegante. Abrí y vi a Mike ahí. No me dio tiempo de decirle algo de mi enojo/celos o formular alguna pregunta, ya que solo vio qu ele abrí, se abalanzó sobre mi para besarme. Avanzó su mano por mi mandíbula y me atrajo más hacia él. Dios, ¿sí me peleaba con él así seria la reconciliación?

Puse mis manos en su pecho y lo alejé, no quería, pero debía para ponerle más drama. —¿Qué haces?

Su pecho subía y bajaba frenéticamente, en unos segundos sus labios se colorearon con mi labial rojo y su boca ahora por ende, también estaba roja. —Mila, no quiero a nadie más que a ti, he sido un estúpido por mis acciones y por no entender muchas cosas. Te pido perdón por eso, perdón por ser un hombre y ser mayormente estúpido y no pensar en las consecuencias de mis actos. Te quiero, Mila, te amo y lo he hecho desde niños, quisiera tenerte a mi lado y no sólo como una amiga, ¿me dejarías tenerte a mi lado como más que una amiga? — me quedé en silencio intentando procesar todo lo que estaba pasando.

—¿Me estás diciendo sí...? — pregunté ahora, con cierta duda. ¿Era una propuesta de ser su novia?

—Mila, ¿Quieres ser mi novia, linda?

Dios mio, ¿esto en verdad estaba pasando? Me frote un poco los ojos para ver si era verdad y no estaba soñando, pero luego de hacerlo seguí viendo a Mike ahí, parado frente a mi. Sí, definitivamente era real. Tomé un suspiro y avancé unos cuantos pasos para luego tomarlo de su camiseta y acercarlo a mi para besarlo. No perdió mucho el tiempo, al segundo en que lo hice, bajó sus manos a mis glúteos y los empezó a masajear, introdujo su lengua en mi boca y entre veces mordía mis labios, cosa que solo me calentaba más. Mis manos las subí por supecho hasta su cabello, desordenandolo un poco.

—Mike... — susurré un poco antes de seguir besándolo, me separe unos segundos después para verlo bien, pasándome detrás del sofá y dejándolo a élal otro lado. Su boca estaba manchada de mi lápiz labial, su cabello estaba desordenado y su pecho subía y bajaba nuevamente. —Mike, ¿Dónde dejaste a Abby?

Él sonrió, —Me encanta que te preocupes así por Abby.

Sonreí un poco pero luego me puse sería nuevamente, —Ya, de verdad, ¿Dónde dejaste a Abby?

Él hizo una pequeña mueca que fue muy atractiva, a decir verdad. —Tranquila, la dejé con Aunt un momento, ella lo entendió.

Asentí aún más confundida, —¿Qué ella no es el enemigo?

Mike suspiró, —El único enemigo que tengo ahora es ete maldito sofá que no me deja tomarte y besarte. — dicho eso, con su pie corrió el sofá lo suficiente para tener espacio libre hacia mi. Vaya, sí que tenía fuerza.

Luego de haber alcanzado el objetivo, avanzó hacia mi y me tomó de la cintura para pegarme a él y besarme. Me besó con firmeza y posesividad, cada vez llevándome más hacia atrás hasta dejarme caer en el sofá. No perdió tiempo y se subió sobre mi, abriendo mis piernas en el proceso. Prima vez que agradezco que mis sofás sean algo grandes y anchos.

Suspiros entre cortados empezaron a salir de mi y sus besos húmedos bajaron por todo mi cuello, dejando el lugar frío por la humedad que dejaba, luego subió nuevamente y empezó a succionar la piel. Un pequeño gemido salió de mi y me tape la boca cuando me di cuebta de eso, Dios, que vergüenza.

Mike tomó mi mano y la apartó de mi boca, —No vayas a tapar tus gemidos, toda la vida he querido escucharlos y ahora que puedo hacerlo no me vas a negar ese privilegio.

Dicho eso, sus manos empezaron a subir por mis piernas, acariciandolas en el proceso y luego empezando a desabrochar mi pantalón de lona. —Mike, espera... — mi lujuria era clara, pero no permiti que eso no me dejara hablar.

—¿Quieres que espere aún más? — dijo, con algo de desesperación.

Tome su rostro entre mis manos y le di un beso, —Solo... ¿Estás seguro que quieres estar haciendo esto?

Sus besos volvieron a mi cuello y paro para seguir ahí, respirando, un tanto alejado de mi piel, —¿En serio me estás preguntando eso?

Me levanté de hombro, —Hum, uno nunca sabe, Mike.

Él suspiró, —Te pedí ser mi novia y me besaste, ese para mi fue un claro "sí", así que ya eres mía y no desperdiciare ni un solo segundo sobre eso.

Otro pequeño gemido salió de mi al sentir una de sus manos colarse por mis pantalones. Subió para besarme y entre la poca cordura que me quedaba pude sentir a sus dedos haciendo mi ropa interior a un lado, y luego eneozar a agasajar esa zona. Entre abrí mi boca para empezar a soltar aire pesadamente mientras lo sentía a él besarme la mandíbula y bajar a mi cuello, meintras acariciaba mi zona íntima.

Entre algunos besos más y mi zona más lubricar, pude sentir como uno de sus dedos entró hasta el fondo, —Mierda... — susurré un poco ya que no me dejo seguir hablando al besarme y meter otro dedo en mi interior.

Dios, ¿cómo me estaba metiendo los dedos si antes estaba enojada y celosa? Su ritmo empezó a aumentar y cada vez se enterraban más en mi. Pequeños gemidos salían de mi boca y sudor caía por los costados de mi frente. Mike paró y sacó su mano de mi pantalón, sin poder protestar me subió a horcajadas sobre él y luego se levantó para seguir besándome en el aire mientras sentía como empezaba a caminar.

Pare un momento para ver que nos llevó a mi habitación, me recosté sobre la cama y lo miré a los ojos. Sus pupilas estaban dilatas y su respiración agitada, sería un lindo día...

[...]

Nota de la autora:

Holaaaa, ¿ya vamos hormonales o quieren más?

¿Cómo están? Espero estén bien.

¡Muchas gracias por todo su apoyo al fanfic! Los amoo.

Tranquiiiiii, esto seguirá en el próximo capítulo y mucho más explicativo, no los voy a dejar así.

Bye. 💋

¿Coincidencia? || FNAF MOVIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora