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Maratón 5/5

Como era de esperarse, la pizzeria estaba toda sucia y oscura como la noche anterior. Abby se soltó de mi mano y camino rápido hacia el telón donde se escondían los animatronicos.

Aquellos animatronicos estaban ya en vida, observaron a Abby y ella empezó a hablarles.

Ver a Vanessa entrar luego de algunos minutos a la pizzeria hizo que mi buen humor cambiará a uno decaído. Pude observar de reojo a Mike acercándose a ella, gire un poco los ojos y avancé hacía Abby.

Todos los animatronicos me miraron fijamente, sin embargo, solo me senté senté el piso e hice que Abby se sentra en mis piernas.

—Deberíamos de divertirnos un poco. — oí la voz arrogante con el lindo acento de Vanessa.

Dios, ¿por qué su voz era tan atractiva? Odiaba ese hecho.

Pasamos la noche jugando con ellos, ellos cantaban, Abby bailaba feliz y mientras estaba feliz yo lo estaba. En algún punto Abby dijo que quería hacer una casita, nos miramos entre todos los adultos y Vanessa decidió hablar, —Hay manteles en la parte trasera de la pizzeria...

—Yo voy por ellos. — dije, al ver la emoción de Abby. Mike me acompañó y mientras caminábamos hacia aquella habitación con manteles, mi humor era fatal con Mike.

—¿Tienes algo de lo que tengo qur enterarme?

—No sé, ¿por qué no se lo preguntas a Vanessa? — dije, mientras entraba en aquel cuarto.

Mike rió por lo bajo, —¿Estás celosa de Vane?

Vane. Giré los ojos y me quedé en silencio miebtras tomaba algunos manteles que creen que serían más que suficientes.

Mike me abrazo por la parte trasera, posando sus manos en mi estómago y acunando su cara en mi cuello, mientras me lo besaba y algunos suspiros salían de mi.

—No estés celosa, linda. Nadie se compara contigo. — sonreí para mi misma ya que él no me veía.

Me dio vuelta y me pego a una estantería de metal, besándome y mordiendo mis labios en algunos momentos. Bajo sus besos a mis pechos y se concentro en ellos. Pequeños gemidos salieron de mi. No lo pensó mucho, buscó un mueble y me subió ahí, dejándome sentada y empezando a besarme meintras desabrochar mi pantalón.

Logro bajarlo junto con mis bragas, lo que hizo luego fue bajar poco a poco su cara, dejando su nariz en mi zona, luego dio una pequeña lamida y por instinto, intenté cerrar las piernas. No me lo permitió, las abrió algo brusco y empezó a juguetear con su lengua dentro de mi. Empezó un mete y saca de su lengua, mientras con su mano jugueteaba también mi zona.

Por mi parte solo me dediqué a gemir, mientras disfrutaba de lo que Mike me estaba brindando. Dios, era tan bueno para esto.

Luego de algunos minutos en los que me estímulo y jugueteo con su lengua, llegué a mi clímax. Algo de ellos quedó en las comisura de su labio. Lo limpié y le di un pequeño beso mientras me subía mi ropa y mi pantalón.

Unos ruidos junto a la estantería me austaron mucho, pude observar un poco unas pequeñas luces. Tomé mi teléfono y iluminé con la linterna. Pudimos observar al oso, al conejo, y al pollo. Algo confusa los mire.

—Bien... ¿ustedes vinieron a ayudar o...? — algo nerviosa pude observar como asentía con la cabeza.

Intente recordar sus nombres, solo recordé uno. —Bonnie, ¿puedes ayudarme con los manteles?

Bonnie observó un poco al oso y el asintió luego, llego a mi lado y le entregué unos cinco manteles que había recogido. Los demás no hicieron más cosa que seguir al animatronico azul mientras seguían en línea, hacia donde estaba Abby y Vanessa.

Si ellos estaban aquí, ¿el zorro se quedó con ellas? Ese pensamiento hizo que me adelantara un poco a ellos, ese animatronico era el que menos me daba una buena espina.

Llegue a aquel gran salón lleno de mesas, vi a Abby hablar un poco con Vanessa y luego tomé a Abby y la jale a mi lado. La llevé a otra habitación y pedí un pequeño tiempo, al llegar a ella revise a Abby, —¿Estás bien?

Ella asintió, —Sí, estoy bien Mimi, así te preocupes.

Suspire un poco, ella río y algo nerviosa me miró, —Oye... nunca me has platicado acerca de tus compañeros de trabajo...

—No creo que sea buen momento para eso, linda.

Ella hizo un pequeño berrinche, —Yo solo quiero saber quién era el chico lindo de ojos café que me cuidó mientras tu trabajaste el otro díaaaaaa.

Me quedé en silencio, —¿Matt te cuidó?

Ella asintió, —Ese chico lindo se quedó conmigo la mayoría del tiempo, hasta que lo llamaron para ir a hacer un trabajo.

Sonreí de lado, —Matt es muy lindo, Abby. Me alegra mucho que te haya cuidado.

Ella asintió, —Invita a Matt a comer a casa. — dijo, como si fuera una gran idea.

Hice una pequeña mueca, —No creo que eso sea lo mejor, Abby...

Un grito de parte de Vanessa se oyó afuera del cuarto, corrí con Abby a abrir la puerta y lo que vi me dejó en shock, triste, en silencio, lo que sea.

Mike estaba tomando a Vanessa por la cintura mientras su otra mano estaba en su traseo, y sí, la estaba besando. Vanessa trató de alejarse un poco, pero luego Mike no la dejó y se siguieron besando durante algún tiempo.

Todos los animatronicos los vieron algunos segundos para luego volver sus ojos hacia mi. Podía sentir a Abby jalonear mi blusa, estaba hablándome, pero no le estaba prestando atención.

En un momento Mike dio vuelta y él quedó frente a mi, abrió sus ojos y se me quedó viendo fijamente mientras seguía besando a Vanessa.

Mi corazón latia rápido, no podía creer lo que estaba viendo. Algunas lágrimas cayeron por mis mejillas, mojandolas en el proceso. Mi pecho subía y bajaba rápidamente mientras no sabía sabía que quería hacer.

—¡Mila! — oí a mi lado.

Baje mi mirada para ver a Abby con alguna que otra lágrima en sus ojos, —Mimi... ¿Estás bien?

Limpie sus lágrimas y también las mías, —Olvide que tengo algo que hacer, ve con Mike y dile que me fui, ¿sí?

Mike había vuelto a cerrar sus ojos mientras seguía besando a Vanessa, y ella aparentemente no hacía nada en contra de ello. Abby intento detenerme, pero tomé otro camino y salí de aquella pizzeria con mucha suerte. Era como un laberinto.

Por dicha mucha más suerte, habíamos llegado en mi auto, así que tomé mis llaves y encendí mi auto para empezar a conducir hacia mi casa. Necesitaba de un abrazo, en el camino busque algún que otro contacto para poder hablarlo. Encontré uno que me dio confianza y llame, puse el celular al lado de mi oreja meintras veía que eran las dos de la mañana, —¿Aló?

Un pequeño sollozo salió de mi, —¿Puedes ir a mi casa...? Necesito hablar con alguien de algo...

No dudó mucho en responder, —Claro que sí, Mila. ¿Estás bien?

No contesté y solo colgué mientras seguía conduciendo.

Nota de la autora:

Holaaaa, ¿cómo están? Espero que estén muy biennn.

Muchas gracias por seguir leyendo esto. 💕

Bye. 💋

¿Coincidencia? || FNAF MOVIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora