Simplemente Pau

Capítulo 16: Sombras y revelaciones.

Era casi medianoche, el reloj marcaba un tempo lento y yo estaba sentada en el suelo de mi habitación, el corazón latiendo al ritmo de las velas que parpadeaban como pequeñas estrellas terrestres. La fotografía yacía frente a mí, esa ventana a un pasado que se negaba a revelar sus secretos tan fácilmente.

Esta vez, al cerrar los ojos y reabrirlos dentro de la foto, el escenario había cambiado drásticamente. La playa 🏖️ y su cálido sol ☀️ eran ahora un recuerdo distante. Me encontraba en una calle empedrada, antigua, las luces de las farolas creando un camino de sombras que se alargaban como dedos acusadores. Mi cuerpo era el mío esta vez, pero el aire llevaba un eco del pasado, o tal vez un susurro del futuro.

Daniel estaba allí, apoyado contra la pared de piedra, su figura era una silueta recortada contra la luz mortecina. Su expresión era grave, y esa gravedad me heló el alma. Me acerqué con cautela, las palabras jugando en la punta de mi lengua. "¿Quién eres, Daniel? ¿Y por qué siento que te conozco desde siempre?"

Él sonrió, un gesto triste 😔 que no llegaba a sus ojos. "Quizás porque en algún lugar fuera de esta realidad, lo haces", dijo. Su voz era un susurro...

Entonces, su mano encontró la mía, y el contacto fue como un choque de realidades, un cruce de líneas de vida que no deberían haberse tocado jamás. "Tienes que entender", me dijo mientras se acercaba, "que lo que ves aquí es solo una sombra, una posibilidad entre miles."

Pero antes de que pudiera preguntar más, antes de que en nuestras bocas se mezclaran preguntas y respuestas dentro de un beso que prometía más que pasión, un grito rompió la noche. Miré hacia el origen del sonido y vi a la chica misteriosa, su rostro deformado por el terror, corriendo hacia nosotros.

Corrimos hacia ella, pero justo cuando estábamos a punto de alcanzarla, una sombra se alzó detrás, grande y amenazante. Y mientras sus brazos se cerraban alrededor de ella, desperté. De vuelta en mi habitación, el olor de la cera caliente me recordó que la seguridad es a menudo una ilusión.

Me quedé allí, sentada, con la sensación de un beso no dado aun palpitando en mis labios y la certeza de que algo trágico estaba por descubrirse. ¿Qué significaba todo esto? ¿Y cómo podría cambiar el final de esta historia, si es que acaso tenía el poder de hacerlo?