Todos corrían por todos lados, unos murmuraban, otros inhalaban y exhalaban, otros tirados en el suelo por el impacto y otros gritando. Literalmente Gusu Lan estaba hecho un caos.
Y todo, por la llegada de Lan Yuan.
¡El rabanito de Wei Ying!
— ¡Entre en pánico, ¿bien?! — Jiang Wanyin un poco más y se sacaba la mano con sus dientes.
— ¡¿Y por eso pensaste que asustándolo con zidian iba a cagar a su bebé de golpe?!
Sí, todo era un caos.
— Estará bien, Wangji. — Lan Xichen estaba tratando de calmar a su hermano. — ¿Qué es lo peor que podría pasar?
"..."
Las peores imágenes pasaron por la mente de Lan Wangji, a quien justo habían sentado ( por no decir que lo estaban agarrando entre varios para que no vaya a interrumpir en la sala médica donde atendían el parto de su esposo).
— ¡¿Por qué le dijiste eso?! — grito Jiang Wanyin al ver como el segundo jade se estaba escapando de las manos que lo apresaban. — ¡¿Acaso no piensas correctamente o que?!
— ¡¿Y era mejor decirle que le ibas a pegar con zidian a su esposo para sacarle al bebé?! — contra atacó Lan Xichen.
Los discípulos restantes que observaban todo tuvieron que intervenir entre las miradas atacantes de aquellos dos líderes de secta, quienes por alguna extraña razón después de quien sabe que, cada vez que se veían no podían dejar de atacarse.
— ¿Pueden dejar de pelear como si fueran esposos en medio divorcio? — se quejo Wen Qing tratando de arrullar al bebé que tenía en brazos, quien ya se estaba quejando por el ruido.
— ¿Divorciados? — ambos líderes se miraron entre si. — ¡Ja, ni que me fuera a casar con-
Un golpe los interrumpió haciendo a todos voltearse asustados.
— ¡Hanguang-Jun, no puede entrar a la sala!
A este punto Yanli prefería ser espectadora y solo pedirle como favor a su esposo que tratara de calmar a todos.
Y Jin Zixuan como ejemplar líder de secta que es:
— ¡Silencio! — ordenó. — ¿Son consientes de que-
— ¿Son consientes de que me raptaron para atender como jefa en medicina sabiendo que tengo a un mocoso que cuidar? — interrumpió Wen Qing.
Ya no había respeto.
— Nadie te mando a aceptar. — reclamó Wanyin. — Quien diría que manipularte sería tan fácil.
— Jin Zixuan, sujétame al mocoso. — su sobrino tendría que esperar. — Ya sacaste boleto, Jiang Wanyin.
— ¿Así? — el Jiang se armo un moño rápido. — ¡Haber, que tan alfita eres!
Todos estaba de mal en peor.
Y tal vez, solo tal vez, Lan Xichen haría como si aquella acción de parte del Jiang (amarrarse el cabello) no hubiera sido una hermosa y perfecta imagen.
— ¿No quieres volver a la secta? — le preguntó, un exhausto Jin Zixuan, a su esposa. — No, no, no, no abras los ojos niño. — el bebé empezó a fastidiarse. — Duerme, duerme, duérmete ya... — trató de arrullarlo. — Oh si no le coco te llevará...
Mierda.
— ¡¿Qué le hiciste a mi mocoso, Jin Zixuan?!
Ahora los llantos de ese niño resonaban por todos lados.
Los discípulos se cansaron de sujetar a su Hanguang-Jun, los otros de intentar detener la pelea entre líderes de secta y los que sobraban de intentar reanimar a Lan Qiren que estaba en el suelo.
El mundo del cultivo se iría al caraj-
— ¿Oh? — Lan Wangji, se detuvo de golpe y volteo a mirar al niño que tenía ahora Jiang Yanli en brazos.
El pequeño estaba dormido nuevamente mientras los otros líderes se jalaban de los pelos.
Entonces, ¿de dónde eran esos llantos?
— Wei Ying. — un dulce aroma lo inundó.
Sin embargo, antes de que quisiera entrar, las puertas se abrieron de golpe, y salió de ellas el médico a que Wen Qing había encargado, después de que la dejaran al cuidado de su sobrino.
Que por cierto, había vuelto a tomar en sus brazos.
— ¡Hoy, se nombrará como el día de nacimiento de nuestro primer joven maestro Lan! — anunció el doctor. — Un día, que todos, conmemoraremos como uno especial y amado. — todos aplaudieron. — ¡Felicidades por el nacimiento de su primer hijo, nuestro querido Hanguan-
"..."
— Mientras decías todo eso se metió a la sala médica. — aclaró con aburrimiento, Jiang Wanyin. — ¡Un momento! — se paró firme. — ¡Yo quería entrar primero!
— ¡A mi me sacaron de mi secta, no vine aquí por las puras! — de nuevo dejo al niño en brazos de Jin Zixuan. — ¡Yo entraré!
— ¿Qué? — se quedó perplejo Lan Xichen. — ¡Yo soy el líder de esta secta, y es mi hermano, yo entro!
¿No que no se podía gritar?
— ¡Las embarazadas primero! — ni corta ni perezosa, Jiang Yanli se colocó primera en la puerta.
Y la dejaron entrar.
— ¡Oye! — se quejaron los demás.
Pero ignoremos el caos que estaba ocurriendo ahí afuera y concentrémonos en la bella imagen de aquella habitación.
Donde un muy exhausto Wei Ying cargaba entre unas mantas a su pequeño bebé, un niño, un alfa, su rabanito.
— A-Yuan. — llamó en un corto suspiro tomando de la manita de su hijo. — Mira Lan Zhan. — sonrió débilmente. — Es nuestro pequeño A-Yuan.
Sus ojos pesaban, el esfuerzo que hizo para traer al mundo a su pequeño fue grande. Jamás imagino que se sentiría tan débil después de eso (ni una cacería nocturna se comparaba con el esfuerzo de traer al mundo a un ser humano).
— Wei Ying hizo un gran trabajo. — Lan Wangji dejo pequeños besos en la frente de su esposo y perfumo un poco a su hijo recién nacido.
Estaba orgulloso.
— Es tan hermoso, A-Xian. — Jiang Yanli trato de contener sus lágrimas frotando poco a poco su vientre ya crecido.
¡Estaba tan feliz por su pequeño (ya no tan pequeño) hermano!
Y en Wei Wuxian el orgullo al mirar a su bebé fue tan grande como el orgullo de Lan Wangji al tener a sus dos amores entre sus brazos.
Sí, su bebé era hermoso.
Y ahora que su pequeño bebé había llegado al mundo...
— Bienvenido a la vida, mi rabanito.
©
Otra historia de Wei Wuxian pariendo JAJAJAJJAJAJAJAJA
¡Y primera historia del 2024!
(feliz 14 de febrero)💌
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El Rabanito de Wei Ying se está cosechando © MDZS
De TodoY ahí estaban, todos aglomerados afuera de la sala médica con las emociones floreciendo esperando cualquier noticia. ¡Wei Ying estaba dando a luz! - ¿Si le doy con Zidian creen que salga más rápido? - ¡¿Lo quieres matar?! - ¡Pero si algunas personas...