— ¿Que te sucede, Arion? Me estas asustando mucho. ¿Porque te alejas?—Dice Jushur asustado mientras voltea lentamente hacia arriba—
Arion queda paralizado ante la expresión de terror de su amigo. Lentamente mira arriba mientras que ese extraño y viscoso líquido sigue cayendo. Al alzar la mirada logra ver como la latente luz de la antorcha deja ver cientos de pequeños ojos resplandecientes en la oscuridad.
Los tres jóvenes se quedan en completo silencio, aterrorizados sin saber que los está asechando desde las sombras; al callar, escuchan el crujido de pequeñas ramas rompiéndose sobre ellos, oyen el goteo incesante del líquido que cae de los árboles, mientras que el tormentoso sonido de miles de patas se acerca sobre ellos.
—Birs, apresúrate y trae la antorcha—Dice Jushur temblando del miedo mientras estira su mano a la claridad de la luz—.
Birs se levanta lentamente del suelo y lleva con cuidado la antorcha. Sus suaves pasos suenan estruendoso en el silencio de la noche, ni siquiera toda la vegetación verde es capaz de amortiguar el sonido de sus ligeros pies.
—se silencioso, Birs—Se repetía así mismo una y otra vez, totalmente aterrado de las criaturas qué los asechan en la noche.
Mientras avanza, alguna de las viscosas gotas cae sobre la antorcha, qué se opaca ante la humedad.
Jushur sostiene la antorcha y lentamente la levanta, para que la luz llegue lo más lejos posible. Apenas y logran distinguir algunas patas qué retroceden rápidamente.
— ¿Qué son esas cosas, Jushur?—Pregunta Arion, tratando de parecer valiente, pero sus manos temblorosas delatan lo asustado qué se encuentra.
Un pequeño insecto revolotea cerca de los oídos de Birs, quien lo sacude para espantarlo sin dejar de ver la oscuridad. Este se aleja fuera del refugio de la luz, mientras evade con agilidad las viscosas gotas qué caen de lo alto, al llegar allí mientras se aleja cada vez mas de la antorcha, Birs ve como una de esas cosas salta velozmente de un árbol al otro, poniéndole fin al pequeño animal. Esto aterroriza a los jóvenes, quienes empiezan a cuestionarse si sobrevivirán.
De un árbol cercano pueden escuchar como suenan los extraños pasos, asustados, giran bruscamente a la dirección del sonido, y ven como del otro lado del árbol, ese lado donde la luz no ilumina, se asoman unas largas y peludas patas oscuras como la noche.
—Tengan cuidado con eso—le dice Birs a sus amigos, mientras da unos pasos atrás—.
La criatura llega al piso ocultándose en las sombras del árbol, pero logran distinguir una enorme criatura tan grande como un caballo. Sus extrañas patas qué crecen desde los laterales se estiran, haciéndola ver dos veces más grande, mientras que dos de sus patas delanteras quedan elevadas, y abre su gigantesca mandíbula, mostrando sus enormes y afilados colmillos negros, cubiertos del extraño liquido, mientras se ampolla en las seis patas restantes.
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Las Crónicas de Arion Horrores de la Jungla
Horror3 niños se adentran a una jungla espesa con el fin de recolectar frutos medicinales para el consumo de su aldea, al llegar quedan maravillados por la belleza del lugar decidiendo explorar la zona que poco conocen ignorando las advertencias y el peli...