𝄞𓂃 ࣪˖ ִֶָ Capítulo 7⭒♬ ゚.

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‧₊˚❀༉‧₊˚.
She only watches you.

LALISA MANOBAL.

En las noches oscuras no hay escapatorias si no tienes algo que te iluminé el camino, siempre me dijeron que era mejor ir on reservas, pero preferí viajar sin manos equipadas. Miré a los lados como si la oscuridad me estuviese tragando.

Bajé la mirada a mis manos, aquellas se encontraban ocupadas, pero ocupadas de nada. Me pesaban como si dentro de ellas hubiese un montó de tierra. Las sentía débiles, y pegajosas.

—¡Lisa, sálvame! gritó una voz detrás de mi.

Me giré viendo a mi hermana gritar, mientras un personaje oscuro con el rostro cubierto se encontraba sobre ella.

Minnie susurré.

—¡Sálvame, no me dejes morir! gritó entre lágrimas.

Un nudo se formó en mi garganta, y mi primer reacción fue querer correr hacia ella, pero no pude, mis pies se encontraban atadas al suelo, mis manos pegajosas y mi mundo se iba destruyendo. Sólo había una luz, una muy pequeña que me recordaba mis peores temores.

No... déjala en paz grité en un susurro—. No la lastimes.

No me dejes... no...

—Ahora necesito que Lalisa Manobal me dé explicación sobre lo que acabo de decir. ¡Ahora!

—Si —levanté la cabeza de golpe—. Yo... eso —asentí sin saber de lo que hablaba—. Le he dicho profesora que Lalisa suena muy serio.

Sonrió con notable falsedad e inconformidad.

—Y yo le he repetido un sin número de veces que en mi clase no se duerma —se apoyó de su escritorio—. Ahora, ¿me puede decir algo referente a lo mencionado con anterioridad?

Miré a los lados y mis compañeros estaban a punto de reírse. La mayoría simplemente me observaba esperando una respuesta de mi parte.

—Es super fácil —carraspeé—. Por eso es mejor que se lo pase a uno de mis compañeros, ellos estarán encantados de hablar sobre eso, ¿no?

Todos se mantuvieron en silencio.

—A ver, Manobal, esto no es un juego y espero que si escogió literatura es porque dará lo mejor en mi clase, no para estar bromeando. Hay personas que nacieron para esto, otras que sencillamente no, veo potencial pero me veré en la obligación de...

–No —la detuve—. Es que tampoco es tan grave, profesora.

—No, no es sólo grave, es gravísimo. Es la cuarta vez que le llamo la atención, si vuelve a ocurrir, se irá a detención —aseguró.

—No puede hacerme eso profesora, sabe que puedo tener problemas si pasa eso.

—Pues asegúrate de mejorar tu nota, porque créeme que no hay peor que la tuya.

La Suerte De Los Pobres. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora