JENNIE KIM.
Observé con detenimiento a mis amigas, quienes terminaban de llamar a los demás invitados de la fiesta, aunque ellas aún no tenían exactamente el lugar, estaban invitando personas, se trataba de nada y nada menos que Jisoo y Rosé.
Estaban comprometidas, querían llevar un paso más allá sus vidas y unirlas, para ellas el matrimonio era algo serio, así que no podía juzgarlas por haber tardado tres años, si para mí era algo hermoso, para ellas era un momento increíble.
Así que yo estaba igual de emocionada, compartiendo su emoción.
Lisa, por otro lado, estaba centrada en conseguir las mismas agencias que estuvieron para mi boda, para que sea algo tranquilo, pero al mismo tiempo lindo. Yo me conformaba solo con ver, ya que era momento de ellas disfrutar eso.
Y creo que habían pensado más rápido que yo en la idea de tener bebés, lo han hablado, pero Lisa y yo no hemos tenido esa conversación.
No porque yo la evada, sino porque las dos al momento de tenerlas siempre quedamos en lo mismo, que no es momento o que no es de nuestro interés principal. Por lo tanto, seguimos con eso en la cabeza.
Por lo menos de mi parte no es una prioridad, y por lo que he podido ver y escuchar, desde el lado de Lisa tampoco. Hemos viajado, incluso hemos ido a tantas partes del mundo que ya perdí la cuenta.
Ella sigue escribiendo y yo sigo en lo mío, cada quien en lo que le interesa, pero al momento de llegar la noche, nuestros trabajos quedan a un lado y volvemos a ser nosotras. Dos personas que se aman y comparten su día como si fuera algo nuevo.
Y eso era lo que hacía que nuestro matrimonio no fuera aburrido, a excepción de algo, así como llevábamos esos años de matrimonio, también podíamos durar días sin compartir un gramo de intimidad. Que no me molestaba por completo, pero si era algo extraño.
Por momentos quería compartir esos momentos con ella, y sé que por el trabajo, incluso por el mío llegábamos tan agotadas que era un problema, pero estaba en esos momentos donde quería ser tocada por ella.
No obstante, no iba a poner presión, solo iba a permitir que sucediera. Las horas siguieron avanzando, y cuando terminamos me quedé solo mirando mi televisión, esperando a que Lisa llegara, cosa que no tardó, ya que cuando lo hizo me sonrió y se dirigió hacia mí.
—Estás tan linda que soy capaz de enamorarme una vez más de ti. Hola, mi amor —depositó un casto beso en mis labios—. ¿Todo bien?
—Sí, todo excelente —sonreí mostrándole mi felicidad—. Te extrañé, el no trabajar me hace pensar el doble en ti.
—Que bueno que me extrañaste. Alquilé dos películas, no sé si te interese, me dijeron que eran de las mejores —se quitó la bufanda y la lanzó a un lado.
Me reacomodé, notando que incluso eso me parecía sexy de ella en estos momentos. Carraspee y volví a sonreír.
—Me encantaría, ¿quieres que haga palomitas o algo?
—No, no, no, tú quédate aquí, me doy una ducha y bajo para ayudarte. Déjame hacerlo contigo, Nini —dijo besándome otra vez y yendo de camino a la habitación.
Entonces como si fuera cuestión de mi desesperación, sentí esos minutos los más eternos. Era como si una parte de mí deseara con tanta locura estar cerca de ella que esos minutos se me hicieron eternos. Cuando volvió a bajar, esta vez en pijama y más sonriente, el corazón se me aceleró.
—Ahora sí, hagamos palomitas y seamos felices esta noche, mi amor —expresó con emoción.
Agarró mi mano y me guio hasta la cocina, empezando por sacar un bowl para meter las palomitas. Me quedé mirándola, ella me miró devuelta, como si se preguntara el porqué no despego mi mirada de ella.

ESTÁS LEYENDO
La Suerte De Los Pobres. (Jenlisa)
RomanceJennie Kim es una ex-millonaria, todo porque su padre cae en la quiebra luego de un mal negocio, cosa que los obliga a ella y a su familia a mudarse a un barrio algo anticuado para Jennie, donde la universidad no es la misma, ni mucho su habitación...