La Suerte De Los Pobres. (Jenlisa)

𝄞𓂃 ࣪˖ ִֶָ Capítulo 11⭒♬ ﾟ.

‧₊˚❀༉‧₊˚.
Sweet and Sour.
〰
JENNIE KIM.

Tenía minutos encerrada en aquel cuarto de conserje con Lisa, ninguna de las dos habló más en lo que restó del tiempo, pero las cosas parecían haberse calmado. No me sorprendió la estampida de personas, sino más bien, el hecho de que haya sido real.

De que Somi en estos momentos me esté buscando sólo por el hecho de que cree, que me quiero robar a Lisa, o estoy perdidamente enamorada de ella.

Es una chica capaz de lo que sean con tal de defender lo que ella considera suyo.

—No puedo creer que tengo que estar encerrada contigo porque una loca cree que me gusta —rechisté— Mejor que te mee para marcar territorio.

Lisa lanzó una risa sarcástica, —Admitir que estas celosa es el primer paso para la victoria.

—¿Celosa de ti, Manobal?, lo que estoy es furiosa, ¡por tu culpa me quieren matar!, yo estoy preparada para la cuarta guerra mundial, sobreviví a chinches, a gallinas, a lodo, hasta a mosquitos y ahora a una loca.

Lisa lucía perdida. Apoyada de un estante, algo pensativa, como si mis palabras ahora no fuera de lo que más la atormenta. En cambio, yo me sentía diminuta en este lugar con ella, no podía mantener su mirada por mucho tiempo.

Mi estómago se revolvía y mis manos empezaban a sudar, quería rechazar la idea de que Lisa tenía más poder sobre mí del que yo quisiera darle a cualquier persona. Estar entre sus brazos ya se había convertido en un lugar de paz, en vez de odiarla por eso, en mí producía una serie de sentimientos. Tanto nuevos como adictivos.

Como una droga la cual no puedes dejar de consumir. Mirarla a los ojos y analizarla, querer saber lo que estaba pensando, ver más allá de su sonrisa. Como ahora.

No estaba fingiendo ni mucho menos buscaba ocultar lo que le ocurría, Lisa no estaba bien. No hablaba, simplemente se mantenía en silencio a menos de que yo dijese algo. La preocupación era notable, suspiraba y chasqueaba la lengua, buscando soluciones en su cabeza de algo a lo que yo no tenía ni idea.

Quería pregunarle, estaba preocupada por ella, algo raro en mí; yo no era de preocuparme por nadie, ni siquiera en su tiempo me preocupé por el cual hoy es mi ex-novio.

—¿Pasa algo? —me atreví a preguntar.

—Nada. Es mejor que salgamos de aquí, seguro ya todo se calmó, hablaré con Somi, te prometo que nada te ocurrirá —aseguró—. Ven, salgamos.

Cuando su mano se encontró en la manija, yo utilicé la mano y la coloqué sobre la suya, para detenerla. Lisa me miró confundida, y le echó un vistazo a nuestras manos, estaba fría. Lisa era cálida, pero hoy estaba helada. Como si su cuerpo hubiese recibido una mala noticia; y no supiera como enfrentarla. No sé si era muy buena leyendo a las personas.

O estaba siendo una perfecta imbécil.

—¿Tienes miedo?, te dije que nada te pasará —afianzó.

—No... Lisa, necesito que me digas que te ocurre —insistí.

—¿Tú queriendo saber el como estoy? —se mofó—. No puedo creerlo.