Esto es imposible | TERMINADA

" Conociendo a la familia " Parte II

POV LOREN

¿Qué hace? ¿Quiere matarme de un infarto? Su tacón seguí sobre mi rodilla.  La mire, pero su cara estaba seria, comía como si nada pasara. ¿De verdad iba a ser así? Ya me costó mucho no arrancarle el vestido hace un rato.

- Vamos a necesitar ayuda- dijo Nora.

- Lo sé- respondí.

Agarre la cuchara tan fuerte que creo que la doble.

- Y bueno, Loren- hablo su abuelo- Cuéntanos de ti, de tu especie- se metió un pedazo de carne en la boca, sin despegar su mirada de mi.

¿Y qué se supone que le tengo que decir? ¿Que su nieta me esta provocando debajo de la mesa?

- Pues...- dije nerviosa, mire a Hayley en busca de ayuda, pero ella alzó los hombros.

Esta me las va a pagar.

- ¿Qué es lo que quieres saber exactamente?- quizá si me decía cosas concretas podía responderle.

- Costumbres, tradiciones, cosas de lobos- dijo.

Note como si tacones se iba colando hasta llegar a mi muslo. Baje mi mano y agarre su tobillo.

- Bueno, la tradición más divertida se hace cada tres lunas llenas- intenté bajar su pierna disimuladamente, pero la volvió a subir- Nos reuníamos toda la manada a festejar nuevos miembros, ascensos, casamientos o cosas asi- tome un poco del whisky.

- ¿Es verdad que hacéis orgias?- la bebida se me atragantó, ante la pregunta de Lucrecia, una de las primas de Hayley.

- Dicen que varios lobos aprovechan para procrear- añadió su hermana Carol.

- A mi me encantaría ir a una en la que estuvieras tu- agregó la última de las hermanas, Perla.

- ¿Cuándo es la siguiente?- pregunto Cleo.

- Creo que dentro de dos semanas- respondí.

- ¿Podemos ir?- se inclino hacia mi.

Su pierna se adentro más a mi entrepierna. ¿Queria jugar a esto? Pues juguemos.

- ¿Sabes qué? Puede que si- la mire con una sonrisa.

- Perfecto entonces- sonrió, pasando su lengua por sus dientes.

Baje una de mis manos hasta la pierna de Hayley y comencé a darle leves caricias. Ella me miró de golpe, pues no se esperaba eso. Frunció su ceño sin comprender que estaba pasando.
Los mayordomos vinieron, agarraron los platos vacíos y se los llevaron.

- Mi hijo me comentó lo que te pasó hace unas semanas- pregunto- ¿Como escapaste de ellos?-

- Pues me use de cebo durante bastante tiempo, después cargué un collar con la luz de la luna y salimos, casi muero, pero es lo de menos- le sonreí, intentado ser simpática.

Tire un poco más de su tobillo hacia mi. Su silla se movió, haciendo un poco de ruido.

- Perdón- dijo nerviosa.

- Entonces eres fuerte- dijo con un tono de orgullo.

- Si, lo soy- con mi mano libre agarre mi vaso y bebí.

Los mayordomos comenzaron a venir con nuevos platos. Esta vez pusieron una especie de gelatina que contenía burbujas rojas dentro, sangre fue lo que olí de aquello. Por alguna extraña razón, la sangre se me hizo reconocible, pero no sabía de quien. Olía a licantropo.

- No nos vamos a comer esto- me advirtió.

- Desde luego que no- le dije 

Mi estómago comenzó a doler cuando empezaron a comer, el olor que desprendían los otros veintinueve platos era demasiado.