Capítulo 54

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Jayden Lombardo

20 de noviembre

Me quedo estático cuando veo su redondo vientre en esa camisa blanca ajustada, mis ojos se llenan de lágrimas y se me atasca el aire mientras sigo viendo su vientre redondo, solo lleva una camisa pegada que apenas tapa la mitad de su vientre. Mis ojos regresan a ver los suyos, los cuales ya han soltado varias lágrimas y tiene sus mejillas empapadas, tapa su boca cuando suelta un sollozo.

-Estas embarazada.

-Te lo iba decir, te juro que si lo iba hacer, pero tenía miedo que también rechazarás a nuestro hijo y yo...

Tomó su rostro entre mis manos y limpió sus mejillas.

-Estás embarazada, mi dulzura estás embarazada de nuestro hijo.

Ahora el que suelta un sollozo soy yo, la hago caminar de espaldas para entrar al apartamento y cerrar la puerta.

-¿Cuántos meses tienes?

-Tre...tres meses.

Los tres jodidos meses que pase lejos de ella, la dejé sola en los primero tres meses de embarazo.

-Perdóname, te dejé sola los primeros meses del embarazo.

-Me abandonaste Jayden, me dejaste por algo de lo que yo no tenía culpa.

Ella quita mis manos de sus mejillas y se aleja de mi, intento volver acercarme pero ella mueve su cabeza en negación.

-¿A qué viniste? Porque es obvio que no sabías de mi embarazo, entonces viniste por algo más.

-Vine hablar.

Ella suelta una risa sarcástica.

-¿Hablar? Eso debimos haberlo hecho hace tiempo, pero tenías que esperar tres jodidos meses y venir a quitarme la poca tranquilidad que ya había logrado tener después de que me dejarás.

-Déjame explicarte...

-¿Explicarme que? Que no me amabas lo suficiente y por eso me dejaste.

-Stellina...

Suelta un sollozo al escuchar ese apodo.

-No me llames así, no te atrevas Jayden Lombardo, te odio, te odio tanto.

Sus ojos llenos de furia y tristeza no me ven en ningún momento al decir esas palabras que destrozan un poco más mi alma, me recuerdo de su estado.

-Cálmate mi amor, no le hace bien a nuestro bebé.

Mis palabras hacen que me vea, sus ojos me ven temorosos ahora.

-¿Nuestro bebé? ¿Eso significa que no lo rechazas?.

Le doy una sonrisa temblorosa, pero llena de ilusión mientras me voy acercando a ella a paso lento.

-Nunca rechazaría a un hijo, menos si es con la mujer que amo.

-No me mientas más, no juegues conmigo, sé que no me amas, si lo hicieras nunca me hubieras dicho todas esas palabras crueles.

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