Capítulo 11

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Capitulo 11: Desesperado Escape.

« No todos los que andan sin rumbo fijo se pierden»
—J.R.R. Tolkien—

El ambiente había estado insoportablemente tenso desde que Ada no estaba con ellos. Leon parecía estar perpetuamente serio y dolido, mientras que ni Ben ni Mika se atrevían a interrumpir el pesar del hombre.

En conclusión, avanzaban en un silencio incomodo en toda regla.

El único sonido entre ellos era el de las balas y el metal de la palanca matando a los pocos zombies que encontraban.

Al menos, hasta que…

«Cinco minutos para la detonación»

—¡Demonios!—exclamo Ben, al escuchar la voz mecanizada —

—Hay que activar el ascensor —dijo Leon, hablando por primera vez desde hacía un tiempo —

—Ya voy —

Contesto Mika, corriendo por la habitación hasta llegar al otro extremo, en donde había una caja de metal con botones. Aliviada de que ya todo estaba por terminar, presiono el típico botón rojo.

Y entonces un fuerte ruido metálico se oyó y polvo cayó encima de la morocha, haciéndola toser y protegerse la cabeza con un brazo a la par que retrocedía justo a tiempo antes de que una pesada chapa del techo cayera en donde antes estaba parada.

—¿Qué…? —

—¡Mikaela! ¡Sal de ahí! —

Para su total sorpresa, aunque fue Leon el que grito, fue Ben el que avanzo hasta su lugar y la arrastro de la cintura mientras la obligaba a retroceder junto con él lo más lejos posible del ascensor.

Y como si fuera invocado, en ese momento un William asquerosamente mutado de cuatro brazos (que al parecer no había muerto), decidió hacer su aparición triunfante desde el hueco en el techo.

—¡Quédense atrás! ¡Yo lo parare! —

Ordeno Leon, cargando hacia el monstruo con lo poco que quedaba de su lanzallamas y una pistola que hasta ahora se había negado a usar, la pistola Magnum.

Fue un desastre de pelea. Apenas tenían tiempo y el ascensor no llegaba, y las ansias de Leon por esto se notaban. De todos modos, se las arreglo para obtener la atención del monstruo para sí mismo mientras sus acompañantes se escondían en el rincón cercano al ascensor. Mientras miraba la pelea desde lejos, a la morena le sorprendió que fuera tan fácil derribarlo con unos pocos tiros de la Magnum…al menos hasta que vio como se levantaba y volvía a transformarse asquerosamente, su cara abriéndose de manera grotesca para dar paso a una enorme cosa llena de dientes de hueso que llegaba hasta su pecho. Sus piernas se acomodaron detrás de él, dándole una apariencia de extraña rana.

Ahí fue donde las cosas se pusieron más difíciles.

Ben y Mika corrieron descuidadamente por la estrecha habitación en forma de H, tratando de evitar a la rana humanoide que ahora podía saltar arriba de las estanterías y que ahora no solo se enfocaba en Leon. Cuando iba por ellos, los dos apenas lograban dispersarse lo suficiente para que Leon fuera hacia ellos y le vaciara un cargador de Magnum encima, cosa que no parecía hacer efecto. Incluso Ben le había dado unos palancazos por pura desesperación cuando estuvo muy cerca de él, solo para que el bicho se enfadara aun más y se pusiera en modo "atacar-todo-lo-que-se-mueva".

No otra historia de zombies ¿O si?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora