Capítulo 16

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Capitulo 3 :

—…podríamos usarla, mi señor…—

—¿…tú crees, Méndez? —

—….desconocida, ella podría ayudar a propagar…—

—…tienes razón….las Plagas…asegúrate que todo salga bien —

—Sí, Lord Saddler —

[...]

Mikaela despertó de golpe cuando alguien, sin cuidado alguno, la arrojó dentro de un cuarto débilmente iluminado. Aterrizó bruscamente en el húmedo y frío suelo, desorientada y dolorida.

¿Qué…que había pasado?

Su último recuerdo era el enorme hombre calvo capturándola, y luego una total negrura. También, podía recordar unas personas hablando, pero apenas podía resolver de que. Estaba demasiado atontada para darse cuenta de lo que decían.

El sonido de la puerta cerrándose fue lo que la trajo a la realidad.

En completo modo de supervivencia, se incorporó lo más rápido que pudo (y se arrepintió cuando todo su cuerpo protestó y puntos negros le llenaron la visión) y corrió hacía la puerta.

—Hey! —grito, agarrando el pomo y tirando de el con saña —¡Abre! —

—¿Q-que…quien eres tú? —

Mika casi saltó del susto, cuando en una parte detrás de ella alguien hablo. Alarmada, se volvió hacía el lugar de donde provenía la voz sólo para encontrarse a una joven que parecía tan asustada como ella misma. Una joven que incluso con la poca luz y la suciedad en sus ropas, pudo reconocer de inmediato: era Ashley Graham, la hija del presidente de USA.

¿Qué diablos estaba haciendo allí?

—Y-ya te lo he preguntado —tartamudeo la chica, sacando un palo de quien sabe donde y amenazándola patéticamente con el — ¿Q-quien eres tú? ¿E-eres uno de ellos? —

…Si realmente esperaba que alguien se la tomará en serio con ese palo, la niña podía esperar sentada. Mika la miro por un instante, viendo como temblaba cada vez más bajo el peso de su mirada. Pero entonces, decidiendo terminar con la desdicha de la joven, negó con la cabeza (más por su intento de intimidarla que otra cosa) y le respondió:

—No, no estoy con ellos — trato de tranquilizarla —Soy Mikaela ¿Asumo que eres Ashley Graham? —

La rapidez con que la joven pasó de intento de amenaza a aliviada fue sorprendente. Ella soltó el palo y camino unos pocos pasos hacía la morena.

¡Si! — contesto — ¡Gracias a Dios, al fin alguien normal! ¿Estás aquí para rescatarme?—

Mikaela parpadeo ante esto ¿Se veía como una rescatista o semejante?

—No, lo siento. Estoy tan atrapada como tu —

—Oh — fue lo único que dijo Ashley, decepcionada —

La morena suspiro.

Esta iba a ser una larga estancia en la habitación.

Largos minutos pasaron, horas y las dos chicas aun seguían allí atrapadas. Ambas tenían frio y estaban a punto de desarrollar claustrofobia después de estar ahí adentro encerradas como canarios en una jaula. De hecho, Ashley había recurrido a llorar en varias ocasiones, mientas Mika rompía barriles.

Barriles en donde encontró dinero, curiosamente.

Pero dejando de lado eso, ambas chicas habían forjado una pequeña amistad; de esas que solo surgen en casos desesperados como esos. Ashley le conto varias cosas sobre sí misma, tales como que iba de camino a su casa cuando fue secuestrada o cosas tontas como que le gustaba la música pop y Mika hizo lo mismo. Le conto de sus vacaciones truncadas y las dos encontraron algo de diversión morbosa en el hecho de que hubiera sido mejor que se quedara en su casa mirando tele en vez de viajar.

No otra historia de zombies ¿O si?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora