Afrodisiaco

Juro por la eternidad

Harry se miraba en el espejo, estaba sumamente nervioso, llevaba puesto y fino traje blanco a la medida, sus zapatos bien pulidos, un pequeño ramo de flores azules en uno de sus bolsillos delanteros, su típico moño negro y los obsequios que le había dado Tom en el cortejo. Harry trato de peinar su alborotada cabellera pero no pudo hacer nada con ella, cuando finalmente se rindió sonrió tímidamente en el espejo y suspiro.

Amaba a Voldemort, no tenía dudas, pero recordar su historia y observar cómo estaba apunto de casarse le daba un aire de melancolía y nerviosismo, Harry no imaginaba como pudiese estar su pareja en este instante.

El sonido de su puerta siendo tocada lo alertó y saco de sus pensamientos, después de consentir la presencia, Sirius apareció sonriente ante su ahijado.

-Tus padres estarían felices de verte en este momento cachorro, su pequeño Harry, llendo al altar.

Harry le respondió con una cálida sonrisa a su padrino, agradecía sus palabras pero sentía que si continuaba se pondría a llorar.

-¿En verdad lo cres Sirius?

-¡Por supuesto! Solo hace falta verte para saber que eres el producto de su amor- Sirius abrazo fuertemente a Harry y después lo miro a los ojos sin soltarlo de todo- para ellos no existe mejor regalo que verte feliz.

En un intento de contener sus lágrimas Harry desvío el tema.

-¿Ya han llegado todos? ¿Cómo está Tom?

Sirius rodó los ojos y hizo un gesto amargo al escuchar como su pequeño le preguntaba por su enemigo jurado.

-Ya se encuentran la mayoría esperando en sus respectivos lugares, solo faltan algunos invitados que vienen de muy lejos, pero no te preocupes todos vendrán Harry.

-¿Y Tom? ¿Si está ahí?- a Harry le invadieron los nervios, por un momento pensó que Tom no estaría en el altar y lo dejaría plantado.

-Fue el primero en aparecer, te está esperando como alma en pena, en toda mi vida nunca crei ver al señor tenebroso tan nervioso y preocupado de que todo salga a la perfección, tuve que venir para saber cómo estabas ya que pensaba venir a verte.

Pequeñas risas salieron de los hombres, Harry se relajo un poco y se alegro de no ser el único con los nervios al mil, por un momento quiso verlo, ver cómo Tom Gaunt se alteraba o trataba de mantener su fino porte mientras era atacado por una ola de nervios. Solo por un momento quería ver cómo su amado cuidaba del más minimo detalle como si lo cuidara a él.

-Ya es hora cachorro ¿Estás listo?

-por supuesto, vamos.

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Bellatrix se mordía el labio para contener su irá, después de todo ella debía ser la señora Gaunt y no ese mocoso, ella paso toda su vida soñando como Lord Voldemort la tomaba y le daba ese lugar como su compañera que por derecho tanto había luchado.

Pero se equivocó.

Se equivocó no solo al aferrarse a su amor de toda la vida aún cuando le fue otorgada la invitación de su boda a ella y a su esposo como invitados de su señor como muestra de agradecimiento por su lealtad.

Se equivocó cuando vio a su señor abusar de ese niño aquella noche de verano y callar ante todos lo que sus ojos vieron culpando a la poción de tal infortunio.

Se equivocó al ambicionar más que solo una noche de pasión y querer vivir una historia de amor, drama y mucha pasión con su señor, un escándalo cuyo final le daría el lugar de reina junto a su rey.