¿Que somos? III

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Era víspera de año nuevo, la noche estaba helada y un leve sonrojo se asomaba de oreja a oreja en el rostro de Harry, dentro en la madriguera era cálido y acogedor, los Wesley siempre lo recibían cálidamente, pero por ahora Harry se sentía asfixiado por su compañía.

Quería estar solo, necesitaba aire, quería olvidarse de su dolor de pecho, quería por un instante sentir paz.

Traía puesto el suéter tejido que le regaló la señora Wesley ese año, su gran H en dorado resaltaba en la oscuridad, camino por el lago viendo la luna y las estrellas reflejarse en el agua, sabía que era peligroso pero por esa noche quiso alejarse más, adentrarse más al bosque.

Talvez Harry estaba haciendo una locura, lo sabía pero ¿Cuándo no? Después de lo que ha vivido este último año, Harry no creía que algo peor sucediera.

Hoy era una de esas noches dónde no podía dormir, mejor dicho NO debía dormir, Harry tenía semanas desde que estaba probando pociones para dormir sin soñar, y aunque le ayudaban a dormir sin pensar en "tu sabes quién" todo tenía un límite, Harry tenía que abstenerse de tomar la poción por su salud, Harry odiaba esos días, pues en esos días Harry no dormía.

Habían pasado meses desde el último encuentro con Voldemort, meses desde su último sueño, y dos semanas desde que Harry se canso de llorar.

Durante ese lapso Harry estuvo sufriendo demasiado, solo Hermione sabía de su dolor, creía que ron momentáneamente se enteró por su amiga y con el la familia Wesley, o al menos eso quería pensar pues de otro modo no entendía porque le daban tanto espacio.

Pese a su distancia de su ahora ¿ex? Harry había seguido sus pasos políticos y se rindió a la guerra, Harry ya no iba a pelear para vengar a sus padres, no iba a pelear por la orden, Harry  decidió que ya no pelearía, ni por si mismo, Harry decidió que ya no iba a pelear por nada.

Él solo esperaba escapar, escapar lejos con Sirius y tener a la única familia que le quedaba consigo.

¿Era acaso tan difícil? Querer ser feliz.

Harry se detuvo en medio del bosque cuando despertó de sus pensamientos , volteo a todos lados, exclamó una grosería en voz alta y se tendió en el suelo, estaba perdido, le dolían sus pies  y no tenía fuerzas de averiguar dónde estaba.

"Bueno" pensó Harry , talvez así tendría su amada soledad, si se quedaba ahí asta el amanecer tarde o temprano alguien iría por el ¿No?

Resignado suspiro, miro al cielo y Harry pensó en sus acciones estos últimos meses, las noches llorando, sus búsquedas e intentos fallidos de comunicarse con Voldemort, Harry había tratado de usar su extraña conexión, pero solo veía a su serpiente andando en su lujosa mansión, trato de hablarle cada noche en sueños, pero el nunca aparecía , incluso trato de enviarle cartas, tanto a Voldemort como a Tom Gaunt, pero estás siempre regresaban sin responder, Harry sufrió en todo ese tiempo, los castigos de Snape eran un alivio de su tormento, lo distraían después de todo, pero su mejor consuelo fue Hermione, su amiga incondicional.

Harry tenía que admitir que no fue sencillo explicarle a la chica, pero lo entendió y con su ayuda tomo el primer paso; dejar de insistir.
Harry sabía que tardaría mucho en superar a Tom, almenos se mantenía optimista al pensar que lo haría, ya que una parte dentro de el sabía que nunca lo haría, que estaba destinado a amar a alguien que no lo puede amar.

Harry ya se había cansado de sufrir, así que le pidió a su mente que por favor le tuviese piedad y solo le mostrará esos momentos felices que tanto añoraba.

Cerro los ojos, y muchas imágenes vinieron a su mente, su primer partido de Quidicht, su carta a Hogwarts, la voz de su madre, cada uno venía con diferente grado de intensidad y conforme avanzaba lo sentía más intenso, y entonces lo vio.

AfrodisiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora