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CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO: el principio es el final
alternativo: el soldado que no pudo luchar.
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⠀⠀⠀EL SONIDO QUE LOS CASCOS DE SU CABALLO PROVOCABAN AL CHOCAR CON EL ADOQUÍN MARCABA LA MARCHA DE TODAS LAS PERSONAS QUE IBAN SUS ESPALDAS. Resoplidos y chillidos se escuchaban provenientes de los pocos equinos, en compañía de llantos descontrolados de los ciudadanos a su alrededor. Por cada respiración profunda que daba para calmar su estrés, un camino de vaho se formaba frente a su boca debido al frío clima de aquel invierno. Su cabellera, la cual había acortado hace algunos días atrás en un rapto de querer buscar un cambio, se encontraba oculta debajo de su capa.
⠀⠀⠀Nova era, por suerte, de las pocas privilegiadas en portar un abrigo que la protegiera de la nieve cayente. Su hermano a su lado, e incluso sus demás familiares en su retaguardia sufrían las consecuencias de haber sido condenados a aquella misión suicida: la Reconquista de la Muralla María.
⠀⠀⠀Meses habían pasado desde la última Junta Militar, y las bajas temperaturas ya habían tocado las puertas de las murallas. Pocos habían sido los afortunados de tener un hogar cálido donde refugiarse. Otros, los más desafortunados, debían partir a las afueras de la civilización, para adentrarse en el terreno más hostil de todos en las peores condiciones posibles.
