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La mañana ya había llegado, y con ello, las rutinas diarias que cualquiera podría llegar a tener el sábado por la mañana.

Los rayos del sol que se filtraban através de la fina tela de las cortinas, siendo algo totalmente molestó para la alfa pelinegra que empezó a removerse un poco entre las sábanas, sintiendo un pulsante dolor al costado de su cabeza donde llevo una de sus manos y soltó un leve gruñido de dolor y molestia.

Aunque, al sentir un peso a su costado abrió sus ojos casi de golpe y soltó un murmullo pensativo, mientras con un poco de dificultad giraba su cabeza y se topaba con una mata de cabellos rubios desordenados.

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Un murmullo somnoliento de aprobación salió de ella, sintiendo como unos brazos largos como un látigo rodeaban su cintura y la acercaban más al dueño de esas delgadas extremidades y la abrazaba de forma posesiva.

Por otro lado, la pelirroja enterró su nariz en el cabello de su compañera de cama, sonriendo de manera inconciente al sentir ese aroma dulce que tanto amaba y soltaba un murmullo satisfactorio. Estando pérdida en su sueño y dejándose llevar por la sensación cálida que compartía con su amante y el como, parecía que había una nueva esencia creada entre la mezcla de feromonas de alfa y omega.

—Hmm... chispitas~ —susurro, manteniendo su sonrisa boba y abrazando aún más fuerte a la chica a su lado.—

El ambiente estaba tranquilo, algo que hubiera deseado sentir siempre de no haber sido por un grito:

—¡SANTA MIERDA, PONTE ALGO DE ROPA! —ese grito la hizo fruncir su ceño con molestia, no le gustaba que su sueño fuera perturbado.—

Y claro, gruñó de manera instintiva al sentir como su amante se empezaba a remover entre sus brazos, obligándola a abrir sus ojos dorados y sentir al mismo tiempo un dolor en su cabeza que la hizo fruncir aún más su ceño.

—¿Huh?...—Lux, abrió su ojos, sujetando la sábana que cubría su cuerpo, pero más que todo, le extrañó la ausencia de su ropa. Así que, abrió sus ojos de golpe y rápidamente se sentó sobre el colchón, sintiendo un dolor pulsante en su entrepierna y caderas— ¿Pero que...?

—¿Me darías 5 minutos más para estar acostada aquí contigo? —ese murmullo atrajo la atención de la omega, mirando de inmediato a la dueña de esa voz perezosa.—

—¿¡J-Jinx!? —dijo, sonando alertada mientras se sonrojaba fuertemente y sujetaba con más fuerza las sábanas y cubría su desnudez.—

—¿Hmm? ¿Chispitas? —Jinx miro a la omega con atención, para luego, prácticamente, rodar en la cama y caer al suelo— ¿¡Lux!?

***

Un suave tarareo se escuchaba mientras se movía con agilidad y batía algo en un recipiente para luego echarlo en una sartén que estaba a fuego bajo en la estufa.

Esa era la rutina diaria para Kai'sa al despertar y levantarse; preparar el desayuno y luego, posiblemente, ir a despertar a sus compañeras y así empezar su día.

—Hmm, buenos días, Bokkie —la voz ronca de la ninja llamo la atención de la bailarina, quién sonrió leve al ver como la Maknae sacaba una bolsa de hielo del refrigerador.—

—Buenos días. ¿Bonita resaca eh? —bromeo, recibiendo un gruñido en respuesta— Pero bueno, ¿Eve ya despertó?

—¿Eh?, no. Aún sigue dormida, y creo que querrá que le llevé el desayuno a la cama —se puso la bolsa de hielo en la cabeza, para luego soltar un leve bostezo.—

Tenías que ser tú | Wenclair & LightcannonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora