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Si Enid hubiera sabido que aquellas palabras iban a doler más que las que su madre le decía, hubiera tratado de controlar más a su omega interior para evitar que pasará todo lo que paso.

Se sentía una total estúpida, recordando esas hirientes palabras de su madre.

“¿Quién podría amarte? eres una simple escoria, un error que nadie amaría ni en tus mejores sueños.”

Vaya que tenía razón...

Suspiro una vez más, mirándose en el espejo de aquel baño mientras sujetaba un pedazo pequeño de algodón en su mano, y en la otra, sujetaba una botella de alcohol.

Según todos y lo que le habían enseñado; si lograba desinfectar la marca de un alfa, podría romper el vínculo que se creó con ella, pero claro, debía ser antes de que cicatrice, porque sino, ya no habría vuelta atrás.

O tal vez si, pero la única opción era borrarla y romperla con un láser.

¡Agh! ¿tan malditamente difícil es borrar la marca?

Ese fue su pensamiento, mientras suspiraba de manera frustrada y fruncía su ceño, le molestaba no tener las agallas suficientes y por fin borrar la marca. Pero, justo cuando lo iba a hacer, escucho como alguien tocaba la puerta.

—¿Quién? —pregunto, dejando el alcohol sobre el lavamanos junto con el algodón, pero no recibió respuesta— ¿Quién es?

Otra vez no recibió respuesta.

De ser alguien más, lo abría ignorado, pero otro toque más en la puerta la hizo fruncir su ceño totalmente molesta. Y harta de no recibir respuesta, abrió la puerta. Aunque ni tiempo tuvo para reaccionar cuando la pelinegra entro inmediatamente y cerro la puerta tras de sí.

Sintiendo el sabor a menta de los fríos labios de la alfa contra los suyos, era un beso duro y apasionado.

Y claro, luego de unos segundos que salió de su trance correspondió el beso mientras rodeaba el cuello de la pelinegra con sus brazos. Su omega se encontraba totalmente feliz de estar con su alfa, igual que el alfa interior de la Addams estaba aullando de la felicidad.

—Te amo, te amo, te amo...—la alfa se separó de los labios de la rubia, uniendo sus frentes y dándole leves caricias en sus mejillas— Perdóname por ser tan idiota, Enid...

La Sinclair no menciono palabra alguno, aún estaba analizando toda la situación mientras sentía las caricias que le otorgaba la alfa. Pero de repente, algo hizo click en su mente y de manera instintiva empujó a la pelinegra con algo de brusquedad.

—No Addams... n-no puedo —negó con su cabeza, agachando su mirada—... ¿primero lo tomas como un error, y ahora me 'amas'?

—Se lo que dije, Enid... pero te juro que no estoy jugando ni nada de eso —dijo con firmeza, esa que demostraba que era una Addams— Pero créeme, si el problema es 'el que dirá mi familia' te puedo asegurar que soy de una familia con alta influencia.

—¿De qué hablas? —Enid miro con confusión a la alfa, arqueando su ceja.—

—Oh vamos, preciosa. Cualquiera en esta ciudad conoce el 'legado impecable' de los Sinclair —dijo con simpleza— Un legado de mierda la verdad, sin ofenderte. Pero realmente, es odioso, cuando apenas y le llegan a los talones a mi familia.

—¿¡Y ahora vamos a hablar de estatus y legados!? —Sinclair miro furiosa a la alfa, la cual dio un pequeño sobresalto debido a su tono de voz.—

—¡No es eso! simplemente te digo lo que pienso y creo. Tu madre es la peor de toda tu familia, después de todo, tu padre es un alfa sumiso —se encogió de hombros, restándole importancia a la expresión de la omega— Además, si mis padres se enteran que al fin tengo a una omega, se alegrarían mucho, y ni siquiera les importaría que fueras de barrios bajos. Somos modestos en cuanto a eso, no importan los estatus económicos cuando se trata de amor. Porque es todo lo que necesitamos, amor.

Tenías que ser tú | Wenclair & LightcannonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora