Gran error

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Su corazón se agitó, llegó a su auto con la respiración entrecortada, hoy había descubierto expresiones y comportamientos que no había descubierto y tampoco quería saber de ellas, pero sin razón llegaron a su vida sin previo aviso.

Esto es tan estúpido. Debí quedarme en casa...

No fue hasta llegar a su carro que se dio cuenta que ni siquiera sabía el nombre del niño al cuál le había ofrecido su ayuda sin pedir nada a cambio, quería maltratar al irresponsable hombre que se hace llamar "Padre" Pero sus palabras no salieron en cambio de eso, lo único que sonó fue un fuerte y silencioso momento. No sabía por qué su cuerpo y corazón reaccionaba así con la mirada de este desconocido.

Lo peor de todo es que lo había visto pasando un momento caliente con otra mujer mientras su propio hijo estaba llorando en una esquina solitario sin nadie acompañándolo. Quizás quería engañarse diciendo que le molestaba que pasara su tiempo con mujeres que con su hijo, quizás lo que sentía era una decepción enorme porque era un hetero mujeriego de los más comunes.

– La próxima vez me quedaré en casa...

Un bostezo salió de su boca, toda esta situación le parecía tan cansada al punto de quererse dormir aquí mismo. No era mal idea, cerró las ventanillas colocándole el seguro, agarró una manta que se mantenía en el sillón trasero, bajó el asiento y se recostó en el. Tan pronto como cerró sus ojos el sueño cayó, los bailes le consumían gran energía de su cuerpo.

Pronto abrió los ojos, un escenario borroso se presentó ante sus ojos, no habían personas, solo estaba él en una solitaria calle desconocida caminando sin un motivo. Se sentía perdido, la luna que alumbraba su camino era fugaz. No sentía nada, ni malestar, ni dolor, ni cansancio, simplemente estaba perdido.

Miró al suelo con tristeza. ¿Qué era esa solitaria sensación? Los ojos que vagaban en una profunda soledad pronto fueron iluminados por la mirada. El hombre cuyo nombre no sabía apareció frente a él mirando tal y como lo hizo en aquél baile, se acercó en silencio hacia él poco a poco una sonrisa expresaron sus labios. Sostuvo la mano izquierda de Morgan con suavidad, Morgan miraba en silencio aquellas acciones tan inesperadas, su corazón se calentó con emoción palpitando cada vez más fuerte. ¿Qué era ésto?

– ¿Por qué sueñas conmigo?
– Eh...

Aquella pregunta hizo que Morgan regresara a la realidad, despertó con el corazón agitado y desorientado. Miró a su alrededor, suspiró al recordar que aún seguía en el estacionamiento, dejó que pasaran unos minutos por lo que cogió su celular y miró sus redes sociales. Hasta ahora no ha recibido ningún comentario malo sobre él, publicaba cosas de la vida diaria, no era tan aficionado a las redes sociales y tampoco dependía de ello por lo que casi no le importaba subir dónde estuviera y con quién estaba.

Revisó el grupo de compañeros de trabajo que tienen junto con Jade y sus otros amigos, hace días que no se hablaban ahí porque Jade se tomó un tiempo para descansar y continuar dándole duro, el año pasado había empezado con todo, tuvo varios eventos y varias presentaciones por lo que físicamente ellos se estaban agotando, tanto fue la situación que Jade terminó desmayada después del último concierto. Sus fans preocupados pidieron que se tomara con calma las cosas, había más tiempo que vida.

Por lo que Jade prometió que este año estaría descansando por unos 6 meses y después regresaría con más música y más coreografías increíbles. Por lo que ahora todos sus compañeros y Jade se tomaron un tiempo, Morgan desde el principio no estaba de acuerdo en descansar tanto tiempo, si bien se sentía mal, con unos días podía estar más que listo. Jade se negó al pensamiento de Morgan, lo cierto es que Morgan no tiene nada para hacer más que bailar, que es lo único que le gusta y por ende al dejar de hacerlo y tomarse unas vacaciones, sería como si muriera por mucho tiempo, pensó en trabajar por un tiempo pero realmente no necesitaba el dinero como tal.

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