Morgan quién había empezado más que motivado se dio cuenta que realmente es un mal jugador, no sabe jugar bien y tampoco entiende mucho sobre esto... Quería rendirse porque ya estaba sumamente estresado pero aún así siguió intentando hasta que su mente por fin pudo comprender las reglas de algunos juegos, al principio no le interesaba pero al final le pareció entretenido. Morgan quién creía que aún era temprano, se sorprendió porque la hora de su teléfono daban las 7 de la noche. Estuvo jugando toda la tarde... Sus ojos eventualmente le arden por mantenerse mucho tiempo jugando.
Por lo que solamente apagó la consola y fue directo a buscar a su pequeño gatito quién ya permanecía en la cocina esperando que su dueño le diera de comer, Conall quién ya había visto a su dueño empezó a maullar mirando su plato de comida vacío. Era un gatito pequeño pero muy inteligente y glotón, de verdad le gustaría conseguir un nuevo gatito para hacerle compañía ya que la mayor parte del tiempo se quedaba solo en este departamento solitario.
– Tú también te sientes solo a veces, ¿No? Mi pequeño Conall...
Morgan acarició al gatito mientras que este solo le mordió la mano que le acariciaba, se alejó un poco de él y nuevamente empezó a maullar.
– Jajaja entiendo, tú solo quieres comer.
Morgan quién se reía por las acciones de su gatito, se dirigió a la nevera y rápidamente sacó los ingredientes para la comida que tendría su pequeño felino. Morgan al tener a Conall se informó sobre la comida que le daría por lo que normalmente le da pechuga de pollo mezclado con pequeñas raciones de zanahoria y al final le agrega suplemento de hierro, claramente esto no se lo hace siempre. Trata de variar las comidas para que Conall no se aburra de comer lo mismo siempre.
Al terminar de cocinar, esperó que se enfriara un poco la comida y luego la sirvió en el plato de Conall y este por fin feliz empezó a comer con satisfacción. Gracias a que le gusta su comida, Morgan tiene la oportunidad de acariciarlo sin que lo ataque. Enseguida de terminar de darle comida a Conall se fue directamente a la cama. Lo único malo aquí era que Morgan a veces se salta las comidas y eso hace que su peso sea cada vez más leve, Morgan lo pensó mucho pero al final se decidió por no comer porque simplemente no tenía hambre.
Sus ojos que realmente le pesaban, al cerrarse rápidamente perdió la conciencia, haciendo que este entre en un sueño profundo.
Mañana sería un nuevo día con nuevos desafíos, tendría la oportunidad de conocer mejor a Milán y Benjamín y en el peor de los casos tendría que soportar a la loca mujer llamada Sayan. Pero no podía hacer mucho sobre eso, solo esperaría que su caprichoso comportamiento fuera disminuyendo hasta que por fin lo dejara en paz... Una cosa sí era clara, si ella intentara tocarlo no se dejaría por nada en el mundo.
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Como si la mañana de ayer se repitiera, Morgan se levantó por los sonidos fuertes de la alarma y se exaltó cuando miró que ya era un poco tarde por lo que nuevamente se bañó con rapidez, se cepillo los dientes y luego escogió ropa bonita para vestirse, era una camiseta verde oscura holgada y un pantalon celeste igual de holgado con unas zapatillas blancas con verde, no quería lucir elegante pero al menos quería ir cómodo y combinado.
Si bien a la hora de ir a eventos debe vestirse con prendas más ajustadas, cuando se trata de elegir su propia ropa siempre le gusta vestirse de forma cómoda, relajada y bonita, sin exageraciones. Después de terminarse de echar una loción dulce para oler bien, agarró su mochila negra que ya estaba lista porque ayer había metido todo lo que necesitaría, se despidió de Conall y salió del departamento directo al ascensor que lo llevaría hasta abajo.
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Una mirada diferente
RomanceMorgan es una persona tímida y cobarde, incapaz de socializar sin tener miedo. Sin embargo, cuando bailaba se desenvolvía como nunca. Tenía una personalidad totalmente diferente a la habitual, la música era como un instructor y una seducción grande...