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— ¡Aquí hay algo! — Minho exclamó con un genuino entusiasmo mientras sostenía el periódico con tal fuerza entre sus manos que llegó al grado de arrugarlo y dejar marcas en el papel. Sin más, se lo arrebaté y me senté a su lado, expectante.

— Déjame ver eso. — comencé a leer en voz baja, aumentando lentamente el volumen: — Se solicita niñero, sin importar la experiencia, con mucha paciencia y dedicación al trabajo. El salario mínimo será de... ¡Oh, por todos los cielos!

— ¿Qué? ¿Cuánto es? ¡Quiero leer! ¡Dame! — Minho hizo un leve puchero vociferando con su voz y me empujó. Sostuvo el periódico en lo alto para que no pudiera alcanzarlo. — ¡Wow! Santo cielo... ¿Cómo es posible que puedan pagar tal cantidad de dinero? Olvídalo. ¿Sabes qué? No pierdas el tiempo y marca ese número ahora mismo.

Se levantó de la silla de madera y corrió con prisa hacia la cocina. En pocos segundos regresó con un teléfono inalámbrico en la mano y lo aventó hacía mi, por poco golpeándome contra la cabeza. Lo tomé y marqué entusiasmado el número indicado.

— Si consigues el trabajo, reunirás el dinero suficiente como para poder acompañarme a ese concierto al que tanto quieres ir. ¿No te mueres por ver a Taylor Swift tanto como yo? Eso sería demasiado...

Lo interrumpí, golpeándolo con una almohada y después le hice una seña para que guardara silencio. Él solo me fulminó con la mirada.

— No quiero ir a ver a Taylor Swift. Prefiero ahorrar para...

Finalmente contestaron.

— ¿Hola? ¿Quién habla?

— Eeeh. — fue lo primero que salió de mi boca. Había estado tan entusiasmado hace dos segundos. ¿Por qué me estoy muriendo de nervios? Y, ¿por qué olvide que era lo que iba a decir?

— Si esto es una broma, entonces...

— ¡No cuelgue! Perdón. — sacudí la cabeza. — ¿Hablo... eh, con la señora...? ¿Hwang? — pregunté mientras rascaba mi pierna derecha y verificando todo de nuevo en el periódico.

— Enseguida le atiende.

Minho me miró y comenzó a reír a causa de mi nerviosismo. Le saqué de forma no amistosa el dedo medio y él sonrió divertido, sacándome la lengua. Me levanté del sillón y caminé directo hacia el patio delantero, sentándome sobre los escalones blanquecinos de la entrada.

— ¿Quién habla? — pregunto la señora Hwang al otro lado de la línea.

— Mi nombre es Yang Jeongin. He visto el anuncio en el periódico en el que busca niñero y uh, estoy interesado en el trabajo. — le dije con el tono más firme que podía conseguir, aunque lo último sonó más como una pregunta que una afirmación.

— Muy bien... ¿estás ocupado en estos momentos, Jeongin?

— ¿Eh? Uh, no. No realmente. — mire hacia el cielo. Extrañamente estaba tan nublado, que podría jurar que llovería toda la tarde. Estábamos a mediados de agosto en Incheon, por lo cual me parecía tan raro.

«Tal vez es una señal» me dije.

— ¿Podrías venir a mi casa? Quiero hablarte de tus horarios y las demás cosas...

— ¿Me está dando el trabajo? — pregunté incrédulo mientras una sonrisa de oreja a oreja se formaba en mi rostro. — ¿En serio?

— Sólo si aceptas. — contestó la señora Hwang.

— Oh... Por supuesto. Me... me encantaría.

— Bien. Te daré mi dirección.

Ella me dio las instrucciones para llegar a su casa y acordamos vernos en media hora. Regresé hacia la casa de Minho y le di el teléfono y millones de gracias. Le abrace fuertemente y tome mi mochila, sólo para después salir corriendo de ahí. Por fortuna, mi casa quedaba a dos manzanas de distancia, así que tardaría prácticamente nada en llegar.

Vivía con mis padres en una pequeña casa color marrón. Ellos no eran precisamente los más adinerados de la ciudad, por lo cual no podían financiar mis estudios de la Universidad de Seúl, donde quería asistir el año próximo. Había llegado a un acuerdo con ellos, prometiéndoles que trabajaría duramente los dos veranos, y todas las ganancias irían directamente hacía el banco, donde se quedarían hasta que entrara a la universidad y tuviera que utilizarlas.

Con este trabajo podría conseguir el dinero en un mes.

❦ blind heart ; hyunin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora