El día no pasó más rápido de lo que esperaba. Después de haber abierto los miles de regalos que la abuela me había comprado (totalmente innecesarios, es decir ¿para qué querría yo tenis fosforescentes y abrigos de piel viviendo en Incheon?) me reuní junto con la tía, el pequeño Felix y los vecinos: los señores Park y su hijo mayor Sunghoon, en el comedor. Se había preparado un gran buffet, que terminó más bien en desastre. El pequeño Felix hizo un pequeño berrinche y le ocasionó una crisis nerviosa a la abuela. Bien.
Al final de la noche, todos se habían marchado ya, excepto mamá y Sunghoon, que se quedó haciéndome compañía en el patio trasero.
Lo conocía prácticamente desde que cumplí los trece años, que fue la edad en la que mi abuela compró esta casa y se hizo amiga de los señores Park. Sunghoon tenía un par de años más que yo y era muy bien parecido: cabello negro, de complexión musculosa y unos hermosos ojos avellana que enloquecían a cualquier chica y chico a veinte kilómetros a la redonda. Desde el primer día en el que lo vi, caí rendidamente a sus pies. Aunque últimamente, estaba empezando a dudar si mi enamoramiento por él estaba formando parte del presente.
— Así que... — dijo él, intentando romper el incomodo silencio que se había formado entre nosotros dos. Estábamos sentados al pie de la piscina, con el agua llegando hasta nuestras rodillas. — ¿Qué ha sido de ti? Tenía casi un año sin verte.
— Lo mismo digo. — le dije, riendo un poco. Él también lo hizo. — Ya sabes, no hay muchas novedades en mi vida. Muero por entrar a la universidad y convertirme en una persona de éxito. Lo normal.
— Te entiendo. Las cosas son muy diferentes en la universidad. — dijo mientras miraba hacía la luna lleva y después fruncía el ceño. Suspiró y me miró. — ¿No te gustaría entrar a Yonsei conmigo? Mira, sé que no nos conocemos muy bien pero tú siempre me has llamado la atención y...
— Wow. Espera, ¿qué?
«¡¿Qué?!»
— Ah. Vamos Jeongin. — tomó mis manos suavemente y se acercó un poco más a mi. — No me digas que nunca lo has notado. Siempre has sido tan diferente a las demás. A ti te gustaría ser alguien en la vida. No como todos, a los que solo les gustaría desperdiciar su fortuna en cosas estúpidas sin sentido alguno. Tú eres especial para mí. Me gustaría que fueras mío.
Y entonces él me besó. Sunghoon realmente me besó.
Toda mi adolescencia la había pasado soñando con ese maldito beso. Siempre imaginé que sería como ver estrellas fugaces o fuegos artificiales. O algo incluso más grande.
Pero simplemente no hubo nada.
Hasta que me di cuenta que realmente no lo veía a él, sino a Hyunjin.
Entonces, mi corazón reaccionó y comenzó a latir desenfrenadamente. Sentí una onda de calor recorrerme el cuerpo y mis ojos se cerraron lentamente. Disfruté el beso, fundiéndome con él, con sus labios... Hyunjin era mío. Mío.
— Jeongin. — tomó mi cabeza entre sus manos y me dio un pequeño beso en la nariz. Me estremecí. — Te quiero...
— También te quiero, Hyun...
Hyunjin. Él no era Hyunjin.
Ese fue el primer día en el que realmente comencé a tener miedo por mis sentimientos hacía él.
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❦ blind heart ; hyunin.
Fanfiction🪬 ★ 𓏸⃘ 𝗛𝗬𝗨𝗡𝗝𝗜𝗡 : 𝗝𝗘𝗢𝗡𝗚𝗜𝗡 Cuando Jeongin acepta un enigmático trabajo como niñero, descubre un mundo oculto tras la fachada de la mansión Hwang. Entre cuidados y secretos, se ve atraído por Hyunjin, un...