La Garn Proposicío; Capitulo 3

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Capitulo: 3

Hermione llego a si jornada laborar como cada día, y al parecer el señor Riddle no recuerda nada de lo sucedido...

"Menos mal" piensa Hermione sacando todo el aire contenido.

Desde que Hermione observo que entro en la empresa, todos los que estaban en el departamento se mueven con rapidez.

Hermione siempre lo espera con su taza de Té en mano, para recibir sus ordenes del día.

Esa mañana cuando Hermione estaba escribiendo en un de tantos documentos que le mandan. Nota una presencia delante de ella, al levantar la cabeza ve a Malfoy con una cara seria.

––El señor Riddle quiere verte a su despacho ahora mismo.

Hermione se tensa "¿Qué pudo hacer ahora?" las palabras de Malfoy no ayudan nada a confortarla.

Toma su cuaderno y se dirige hacía el despacho. Llega a la gran puerta de roble. Aclara la garganta para no notar nervios, golpea la puerta.

"Adelante" escucha esa voz varonil. Hermione abre la puerta lentamente y entra.

Riddle como siempre impecable.

––¿El señor Malfoy dijo que quería verme? ––Dice Hermione mientras camina hacia un pequeño sillón frente a su escritorio.

Un breve silencio... Riddle la mira fijamente y eso Hermione la pone muy nerviosa.

––Así es señorita Granger, por favor siéntese.

Hermione obedece, se acomoda su cabello y se cruza de piernas mientras espera la regañina de algo.

––Bien señorita Granger ––dijo mientras se inclinaba hacia delante apoyándose en la mesa con las manos cruzadas. ––Recuerdo perfectamente aquel día del bar, gracias por acercarme a casa, pero sabe, nunca he dejado que nadie conozca donde vivo–– Vuelve a mirar unos papeles encima de la mesa.

––Ah, bueno–– la voz de Hermione tiembla un poco––pensé que no seria buena idea llamar el autobús Noctámbulo, ya sabe por el tema de chismosos y preguntas incomodas. Además, tampoco podía invocar el hechizo de levitación. Podría llamar la atención de los muggles y no tenia ganas de dar explicaciones. ––Hermione empezó hablar muy rápido y sin respirar, comenzó a sentirse cansada.

––Señorita Garnger, tranquilícese... Sólo quería hablar de algo con usted ––dice Riddle levantando la mano para que Hermione parara. ––puedo confiar en usted ¿cierto?

Hermione eso la deja desconcertada, claro que podía confiar en ella, pero ¿para qué? ¿En qué se había metido ahora?

––Señorita Granger–– pregunto Riddle mirándola a los ojos al ver que no obtenía una respuesta de ella.

––Perdone– dijo, aclarando su garganta––dígame señor Riddle ¿En qué le puedo a ayudarlo? ––no pudo evitar sentirse nerviosa.

––Sinceramente es usted una de las pocas personas en que confiaría algo–– continua el señor Riddle, mirando todos aquellos papeles que tenia al lado de la mesa. Hermione no podía negar que se veía realmente atractivo, haciendo lo que sea que fuera al mismo tiempo...

Un silencio incómodo hay en el ambiente, Riddle la mira a los ojos de una forma intensa.

Y lo que venia a continuación, cambiaria el transcurso de la vida de Hermione Jean Granger...

––¿Sería mi esposa?


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Continuara...

CASADA CON EL DIABLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora