[JOHANNES]
La sensación de ir despertando de un largo y pesado sueño del cuál todavía no quería escapar.
El regusto amargo en mi boca y la pesadez de mis párpados.
Las pisadas en el pasillo y las voces extrañas que iban y venían a cada momento, ¿Cuando se detendrían por completo?
La voz de mi madre llamando mi nombre desde algún lugar lejano. Esa misma voz maldiciéndome entre dientes llena de amargura y rencor.
Su llanto aterrado y agotador que se repetía constantemente sin parar.
Las caricias suaves con manos torpes y temblorosas que se convertían poco a poco en algo monótono y sin sentido.
El sonido suave de su respiración a mi lado y su cálida presencia.
Pero yo no quería nada de eso, no quería seguir escuchándola o a cualquier otra persona, no quería.
Ya no podía soportar seguir ahí, no quería seguir, sin embargo, de alguna cruel y estúpida manera seguía ahí y seguía con vida.
•••••
No quería despertar.Quería quedarme en la oscuridad.
Quería volver al monótono silencio y no sentir dolor, no sentir el vacío que Even había dejado otra vez, otra maldita vez.
Sin embargo, mis ojos se terminaron abriendo y aquella habitación de paredes blancas de hospital me dieron la bienvenida.
Vi la alta figura junto a la ventana y el par de ojos verdes me miraban con demasiada intensidad.
No dijo nada, tampoco se movió de dónde se encontraba.
En ese momento el dolor inundó mi cuerpo y fui consciente de los vendajes alrededor de mis muñecas y que se detenían a la mitad de mi antebrazo.
Mi boca se sentía seca y mi cabeza daba vueltas, tenía náuseas, quería gritar.
Los ojos verdes siguieron puestos en mí, recorrieron mi rostro con una frialdad dolorosa, odiaba que me mirara de aquella manera, cómo si de alguna forma todavía me guardara rencor, pero quizá así era.
Deseé poder decir algo, realmente quería encontrar las palabras adecuadas para él y para mí. Sin embargo, ya no había mucho que decir, ya había dicho y hecho demasiado que ahora todo parecía reducirse a esa mirada que tenía la capacidad de decir y doler mucho más que las palabras.
Sus pasos llenaron el silencio de la habitación, caminó despacio hasta llegar a la silla junto a mi cama, se sentó y suspiró suavemente.
Observé su rostro cubierto de golpes, una parte de mí quería llorar porque de alguna manera había sido yo el causante de ellos. Pero la otra parte, la parte que no deseaba volver a despertar solo quería gritarle que se largara de ahí y que me dejara tranquilo.
Even siguió mirándome, sus ojos verdes permanecieron fijos en mi rostro, deseé que dejara de mirarme, que dijera lo que tenía que decir, que me odiara, que gritara, pero que hiciera algo.
—Todavía estoy tratando de entender por qué — dijo, su voz sonó ronca.
Respiró hondo un par de veces y se pasó las manos por el cabello oscuro.
Hasta ese momento entendí lo cansado que se veía, lo desconcertada y confusa que parecía su expresión.
—Yo… — comencé, pero mi garganta ardía, pasé mi lengua por mis labios agrietados, tenía mucha sed.
Even se puso de pie y caminó hasta una pequeña mesa de madera a su izquierda, agarró la jarra de agua que estaba sobre ella y llenó un vaso de agua hasta la mitad. Volvió a su lugar y dejó el vaso sobre mis manos.
—¿Entiendes lo estúpido que fue hacer algo como esto, Johannes? — preguntó después de unos minutos de silencio, mis manos temblaron sobre el cristal del vaso.
Por supuesto que lo sabía, por supuesto que entendía que esto solo era un intento desesperado por recuperarlo, pero quizá simplemente había sido demasiado.
—...Even… Yo…
—Lamento todo, Johannes. Lamento mucho todo lo que te hecho pasar y sentir los últimos años, sé que esto no arreglará nada, pero también quiero que pares… Quiero que dejes de lastimarte, necesito que entiendas que tienes personas que te aman y se preocupan por ti…
—Basta.
—Johannes… — susurró, su mirada se había suavizado un poco.
—¿De qué me sirve tener a las demás personas cuando ninguna eres tú? — pregunté, Even me observó una mueca de disgusto había aparecido en sus labios—. Por favor, Even, solo inténtalo… Solo dame una oportunidad de estar a tu lado — susurré, toqué su mano con la punta de mis dedos, él no se alejó.
—Johannes, aun cuando estuviéramos juntos nada de esto cambiaría, lo sabes, ¿verdad?
—Even… por favor… Solo por favor — supliqué y podría haberme puesto de rodillas si no estuviera en aquella cama.
—¿Y luego qué, Johannes? Dime, ¿qué harás con mi indiferencia? ¿Con mi falta de amor hacia ti? —preguntó, lo observé—. ¿Jugaremos a que todo esto está bien? ¿Fingiremos qué no hay otras personas detrás nuestro a quienes hacemos daño también?
—Even… Yo solo… solo te quiero a ti — susurré, una mueca extraña cruzó su rostro, luego se cubrió el rostro con ambas manos, parecía estar a punto de perder la paciencia.
Me encogí de hombros. Las lágrimas inundaron mis mejillas.
—No puedo hacer esto, Johannes. No puedo fingir amarte y estar a tu lado solo por capricho, eso va a lastimarte más y…
—¿Lo amas? — pregunté, solo eran dos palabras, pero estaban llenas de una rabia fría y cruel que subía por mi garganta y cubría mi cuerpo, mis manos temblaron contra las sábanas blancas.
—¿Qué? — fue la pregunta que hizo a su vez, sus ojos verdes volvieron a clavarse en mí—. Por favor, Johannes, no quiero hablar más de eso. Hemos hablado suficiente en los últimos días y no ha mejorado nada.
—Sí…
—Johannes…
—Solo dame la oportunidad de demostrarte que podríamos estar bien juntos, que yo podría hacerte feliz, y que…
—¿Y qué hay de ti? ¿Eres capaz de vivir así? ¿Eres capaz de ser feliz sabiendo que no te amo?
Sus palabras me golpearon con fuerza, ¿en qué momento habíamos llegado a ese punto? ¿Por qué y cómo ahora parecía que todo aquello no era más que una simple y absurda estupidez?
Hacía un par de días quería alejarlo de mí, quería que me dejara en paz, pero sin su presencia sólo estaba cayendo más y más deprisa en la oscuridad.
¿Qué importa si no me amaba?
—...Sí.
ESTÁS LEYENDO
"Us"《BL》EN PAUSA
Teen FictionJohannes es un chico tímido, con bajas notas, y que además, sufre de acoso escolar por parte de Even, el delegado de clase, a quien todos consideran perfecto y un modelo a seguir. Sin embargo, todo eso cambiará cuando un día cualquiera Even sorprend...