Vete, Johannes.

15 6 0
                                    

Fue sencillo y rápido. 

Fue algo que no esperaba.

Fue doloroso, sin embargo, no podía llorar y gritar como hubiese querido, como quería hacerlo. 

No pude tampoco ir detrás de él para decirle que realmente estaba equivocado, que él no era solo una noche y ya, que era todo lo que quería. 

No podía correr y decirle que estaba enamorado de la manera en que él mismo recordaba aquella primera noche juntos. 

No podía, porque la mano tibia de Isak sostenía la mía con delicadeza mientras sus labios sonrojados tenían una sonrisa tranquila para mí, solo para mí. 

Porque no tenía el valor ni el coraje para herir a Isak y hacerlo a un lado, incluso cuando eso significaba su felicidad y la mía. 

Era demasiado egoísta. Demasiado cobarde. Un idiota por gusto.

Me quedé ahí, mirando cada una de esas pinturas que correspondían a la noche de Even y mía. Esa noche que recordaba con lágrimas en los ojos, porque deseaba que algún día pudiera repetirse, pero ahora igual que todo en mi vida solo era un recuerdo más perdido entre sombras. 

—¿Podemos irnos? — pregunté, el nudo en mi garganta era demasiado notorio, bebí la copa de vino de un trago y los ojos de Isak se clavaron en mi rostro algo inquietos. 

—¿Te sientes mal? — preguntó, cuando lo que yo quería era una respuesta, negué con la cabeza y él colocó una mano sobre mi frente. 

—Creo que tienes un poco de fiebre, Johannes, ¿quieres que llame un taxi? — su mano se quedó en mi mejilla, cerré los ojos un segundo disfrutando de aquel cálido toque, imaginando que podría ser Even. 

—Está bien — dije,  me regaló una sonrisa y se inclinó un poco, besó suavemente mis labios, los suyos sabían a uvas. 

—Ya vuelvo — soltó mi mano y salió despacio, todo giraba a mi alrededor, las lágrimas aún luchaban por querer salir de mis ojos, las aparté con la manga de mi saco y esperé que eso fuera suficiente. 

Me quedé de pie esperando que Isak volviera y pudiera ir a casa para meterme debajo de las sábanas y llorar tanto como me fuera posible, sabía que toda la culpa era mía, pero aun cuando lo aceptara eso no cambiaría nada de lo que ahora estaba pensando.

Pasé la mirada por el lugar, la música sonaba suavemente envolviendo a todos y todo en una atmósfera tranquila y elegante, las corbatas, los trajes costosos, las copas de vino chocando entre sí, las pinturas de Even por todo todos lados.
Diablos, necesitaba salir de ahí antes de empezar a enloquecer. 

Isak colocó una mano en mi mejilla, sonrió cuando me volví la para verlo, su mano tomó la mía y sin decir nada me arrastró hasta la salida más cercana, un taxi amarillo esperaba aparcado fuera de la galería, Isak me ayudó a subir, luego de eso todo fue un borrón de luces y sonidos que no logré descifrar del todo. 

******

—Saldré a comprar algunas cosas, ¿está bien, Johannes? — preguntó Isak besando mi hombro desnudo, su cálido cuerpo se movió bajo las sábanas de la cama, mis ojos quisieron abrirse, pero fue imposible, asentí despacio y volví a acomodarme en mi lugar bajo aquel montón de sábanas que olían a Isak.

Lo escuché vestirse despacio y tomar sus cosas, luego salir por la puerta con un suave crujido de madera, abrí los ojos. 

Su departamento era mucho más grande que la habitación que yo tenía cerca del campus de la universidad, pocas veces pasaba tiempo en su lugar, normalmente era Isak quien iba a mi pieza.

"Us"《BL》EN PAUSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora