Él y esa noche.

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[JOHANNES]

—¿Qué es lo que quieres, Johannes? — la pregunta y la seriedad de las palabras de Isak me tomaron por sorpresa, no supe qué decir o qué hacer aparte de mirarlo con manos y labios temblorosos, porque sabía que cualquier cosa que dijera ahora sería una asquerosa mentira. 

Me acerqué a él lentamente y rodeé su cuerpo con mis brazos, no porque fuera lo correcto o lo mejor, sino porque era lo único que podía hacer ahora, no podía empezar a perderlo todo tan deprisa.

Y aunque sonaba cruel y absurdo, Isak era lo mejor que podía tener después de Even, y si no tenía a Even conmigo, bastaría con él ahora. 

Me sorprendí de lo frío que fue aquello, de lo cruel y cobarde que estaba siendo en esos momentos, pero no importaba ya, al final sabía que Isak no se iría de repente, sabía que él se quedaría incluso si aquello no tenía sentido, porque no quería sentirme solo, no quería sentirme perdido y herido a la deriva del verde de los ojos de Even. No.

Los brazos de Isak me rodearon despacio, suspiró pesadamente contra mi cabello y luego dejó un ligero beso, las lágrimas cayeron de mis ojos, pero no eran lágrimas de pena o angustia, más bien de gratitud hacía él, hacía el lugar que tenía destinado para mí en su vida.

No podía amar a Isak como él quería o como debería ser, pero él me amaba a mí y eso era lo único que verdaderamente importaba ahora, su amor no era tan efímero, de eso estaba seguro.

—Está bien, Johannes, no llores. Estaba molesto, es por eso que reaccioné de esa forma — susurró, sus palabras fueron tranquilas, su tono moderado y bajo contra mi oído. 

¿Qué rayos me pasaba? 

Pero ya no era momento de lamentar aquella decisión, Even estaba mejor lejos o al menos es lo que quería creer ahora, porque aún no podía ser capaz de creer lo frío que se había vuelto de nuevo, la mirada despectiva de sus ojos y la forma en que las palabras que dijo fueron pronunciadas o cómo tocó mi cuerpo sin amor.

Mierda. 

Era un imbécil.

—Vamos te llevaré a tu habitación — murmuró Isak, asentí despacio, pero mis manos siguieron aferradas a su abrigo azul, lo escuché reír un poco y luego sus manos limpiaron las lágrimas de mis mejillas, la bonita sonrisa de hoyuelos apareció en su rostro. 

—¿Te sientes mejor? — preguntó, asentí de nuevo porque estaba seguro que si hablaba le diría toda la verdad, le diría como a mitad de la madrugada corrí lejos de él porque no era lo que yo quería, pero si un repuesto para no sentirme solo todos los días.

Si decía algo, le diría como casi lo abandono por un par de ojos verdes y un rostro hermoso.

Si seguía preguntando, respondería que amo escuchar los gemidos de Even contra mi oído y cómo su cuerpo fuerte se mueve junto al mío de forma casi maravillosa.

Si decía algo más no sería capaz de mantener mi boca cerrada y le diría lo mucho que amaba a Even, lo mucho que desearía estar a su lado, pero que era el más grande estúpido y cobarde de todos y por ello aún seguía ahí fingiendo que nosotros dos estábamos bien y que disfrutaba estar a su lado. 

Si Isak dijera algo más, si tan solo dijera algo más, podría decirle todo, todo. 

Pero Isak se quedó callado mientras caminábamos de la mano hasta la habitación que yo ocupaba. 

*****

Los labios de Isak besaron una vez más mi hombro desnudo.

Miré el marco de la ventana donde los últimos rayos de sol entraban en pequeñas cascadas iluminando las motas de polvo que se arremolinaban desde el suelo.

"Us"《BL》EN PAUSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora