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Todo se había convertido en lo que más odiaba JungKook: un caos. Los gritos atormentaban sus oídos, definitivamente habían mejorado mucho sus tácticas de ataque. Los sonidos fuertes lo desconcertaban y provocaban un silbido molesto en sus agudos oídos. Trataba de proteger al humano detrás de él a toda costa, pero la tarea se le estaba haciendo muy difícil. Esquivar todas las flechas que venían contra él a una velocidad impresionante se le estaba complicando.

No sabía por qué, pero sentía sus movimientos más lentos y pesados, cada vez mucho más débil mientras todos a su alrededor iban cazando su cabeza.

Tres flechas ya habían impactado contra su cuerpo, flechas que terminó arrancando de un tirón. Trataba de noquear a cualquiera que se le acercara, pero su rango de movimiento se veía bastante limitado al tener al rubio detrás como un inútil que no podía moverse.

Necesitaba escapar, un plan rápido para poder salir ambos de aquella gran locura sin morir, ni lastimar a Jimin en el proceso.



Una flecha.



El grito del rubio alertó a todos los que se encontraban cerca.

El sonido de la piel rompiéndose fue demasiado fuerte, aunque el lugar estaba lleno de griterios y murmuros.

La palma de JungKook había sido atravesada por una flecha que iba directo a la cabeza del rubio sentado en el suelo, deteniéndola.

El vampiro sonrió con sorna sin siquiera dar una pista del tortuoso dolor que le recorría de pies a cabeza. Definitivamente las flechas estaban envenenadas.

— ¿Eres tan mierda como para atacar a los de tu propia especie? — Todos habían detenido sus acciones, en total silencio, para observar hacia atrás del demonio.

Un rubio con apariencia de un joven, de no más de 20 años, se encontraba postrado en el suelo con los ojos bien abiertos y ambas manos tapando su boca de la impresión. A simple vista podía apreciarse el miedo que le provocaba aquella situación.

Y no estaban muy lejos de la realidad. Jimin temblaba al verse tan expuesto. La imagen de la mano de Jungkook siendo atravesada por una flecha que tenía el objetivo de matarlo le helaba la sangre.

Los susurros de la muchedumbre que anteriormente apuntaban al vampiro con sus armas eran bastante altos, atrayendo la atención del pelimorado que seguía apuntando, con el arco en alto, al rubio.

Hacerle daño a un humano inocente atentaba contra sus principios, y ellos no iban a ir en contra de sus reglamentos. Si el chico detrás del demonio era un humano debían rescatarlo, no lastimarlo. ¡Tenían que seguir el código!

— ¡Arcángel, es un humano el chico, no podemos lastimarlo! — advirtió alguien del gentío, haciendo una seña a todos para que bajaran sus armas y dejaran de apuntar al vampiro.

— ¡Arcángel! — habló otro humano de la multitud hacia SeokJin, quien aún mantenía su mirada fija en el rubio, cubierto por el fornido cuerpo del pelinegro.

— ¡El humano está corrompido! — gritó SeokJin y las exclamaciones de asombro no se hicieron esperar.

Ver a humanos corrompidos era muy extraño en esos días, los vampiros solo cazaban, no se dedicaban a corromper a los humanos.

— ¡Pero sigue siendo humano!

Aprovechando la revuelta ocasionada, JungKook centró toda su atención en Jimin, quien se encontraba aterrorizado detrás de él. El vampiro se hallaba cada vez más débil, sus piernas comenzaban a flaquear y su visión se tornaba borrosa. Necesitaba escapar de esa situación lo más rápido posible antes de que decidieran atacar de verdad.

Ambrosia    |JJK&PJM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora