Capítulo 11.

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Susie y Oscar se encontraban a mitad del bosque, la gata con el uso de su magia había vuelto a usar aquella tienda de campaña con fogata incluida.

Oscar a pesar de extrañar la recamara de la casa de Amelie, no podía evitar disfrutar una noche a solas junto a Susie.

Aunque algo no estaba bien, ¿Susie armando la tienda sin usar magia? Era obvio que tenia dificultades con la tarea y el elefante intentó ayudar a la pelirroja pero se alejó al recibir una mirada asesina.

El chico retrocedió y se quedó sentado a un lado de la fogata mirando como la chica intentaba armar la dichosa tienda. Llegó un punto en que al parecer Susie tuvo demasiado y optó por usar magia, al terminar se fue junto a Oscar y se sentó a su lado.

 —Ehhhh... ¿Todo bien?— El elefante rompió el silencio.

 —Si te refieres a que estar bien significa intentar hacer algo sin magia y que no funcione. Pues sí, todo está bien.— Susie respondió.

Era obvio el malhumor de la gata, así que Oscar decidió intentar no empeorarlo.

 —Sabes, es bueno que intentes hacer las cosas sin magia. Pero como te has acostumbrado a depender de la magia es normal que falles. Además, es muy difícil armar una tienda de campaña de ese tamaño y sin usar el instructivo.— Oscar comentó.

Por la cara de la gata parecía que no estaba funcionando del todo.

 —Hmmm... Y si no recuerdo mal estabas intentando aprender a manejar un bote sin nada más que un libro y unas cuantas instrucciones de Amelie. Así que yo creo que una campaña de acampar es pan comido para ti.— Oscar agregó con una sonrisa.

Los ojos de la gata se abrieron como platos al recordar ese día, rápidamente un sonrojo se formó en su rostro y claras señales de nerviosismo comenzaron a mostrarse.

 —Ejem... B-bueno, digamos que tenía una motivación muy buena.— La gata respondió rascándose su mejilla.

Oscar arqueo su ceja. —¿A qué te refieres, Susie?—

 —P-pues... Le había pedido un ultimo favor a Amelie; ropa de marinero...— Susie respondió.

Después de un rato en silencio Oscar no pudo evitar reír. —¿Y cómo planeabas forzarme a usar la ropa sin magia?— Preguntó con dificultades por no dejar de reír.

 —Tenía planeado arrojar tu ropa al océano cuando tuviera oportunidad y darte el traje de marinero.— La gata respondió haciendo un puchero.

 —Bueno, si la próxima vez me dejas ayudarte a preparar la tienda me pensaré la propuesta de vestir de marinero, ¿trato?— Oscar extendió su mano esperando la respuesta de la chica.

Susie lo pensó un poco pero decidió aceptar la propuesta del chico, para ella el orgullo no tiene significado si se trataba de Oscar vistiendo de marinerito.

La gata estrechó la mano del elefante. —¿Qué tal si empezamos ahora?— Susie con el uso de su magia deshizo la tienda, quedando solo una bolsa en el suelo.

Oscar sonrió al ver que la chica tomó la iniciativa. —Me parece bien, pero por favor dime que aún tienes el ins...— Su parloteo fue interrumpido al ver como Susie le mostraba el susodicho instructivo. —Bien, ¡Empecemos!—

A pesar de que ambos contaban con el instructivo y la experiencia de Oscar al ir de camping con su padre, llevaban poco menos de una hora armando la tienda de campaña. Cosa que Oscar desconocía era que Susie saboteaba a propósito la tienda, disfrutaba ver cómo el elefante se frustraba al no saber que estaba mal.

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