Capítulo 10.

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Oscar despertó sobre su cama, se le hacia extraño por qué no recordaba como había llegado ahí. Se levantó de la cama y fue en dirección al baño y se tomó una ducha.

El elefante salió de su recamara limpio y cambiado, se sentía bien. Fue hacía el cuarto de la gata y tocó su puerta.

No hubo respuesta, giró su cuerpo en direccion a un reloj que colgaba de la pared y observó que era algo tarde, la caminata de ayer sumado a lo tarde que era hizo que se levantara a una hora a la que él no estaba acostumbrado.

Supuso que Susie estaba con Amelie, así que fue a buscarlas por la casa.


Oscar encontró a ambas chicas en el comedor hablando sobre algo.

 —Hola Oscar, veo que ya has despertado. Lo sentimos por comer sin ti pero no despertaste cuando te fui a hablar.— La chica peliblanca comentó.

 —Esta bien, no te preocupes.— Oscar se sentó con ellas a comer. —Y bueno, ¿de que hablaban?—

 —Le comentaba a Amelie sobre la magia y quien es exactamente Mildred, le pedí que si nos ayudaba a encontrarla. Verás Oscar, parece que ella todavía no ha salido de la isla.— Susie respondió.

 —Ya veo... Pero ¿Cómo sabes que sigue aquí?— Oscar volvió a cuestionar.

Susie le mostró el reloj el cual se movía de un lado a otro erráticamente, haciéndolo imposible de seguir.

 —Hmmm, y supongo que necesitas a Amelie porque conoce la isla mejor que nosotros— Oscar comentó.

 —Correcto.— Susie asintió.

 —Entonces, ¿cuál es el plan?— Oscar se comió una galleta que había en la mesa. 

 —Pues ahí el problema, no hay uno.— Amelie respondió.

 —Lo único que queda por hacer es buscarla por toda la isla.— La gata agregó.

 —Entonces... ¿Por dónde empezamos?— Oscar continuaba comiendo lo que encontraba en la mesa.

 —Estaba pensando que empecemos por la playa, es un lugar muy abierto y no es tan grande.— Amelie se levantó de la silla. —Vamos, entre más pronto busquemos mejor.— Fue lo último que dijo para después salir del comedor.

Oscar, el cual justo se estaba sirviendo un vaso de leche tuvo que bebérsela con prisa, cuando terminó el joven elefante notó que Susie estaba algo nerviosa.

 —No te preocupes, cuando la encontremos podrás decirle lo tanto que la has extrañado.— Oscar se acercó a Susie y le ofreció su mano.

La gata sujetó la mano del elefante y este en un movimiento rápido la jaló para después salir corriendo de ahí en direccion hacia la playa.



Los tres chicos se encontraban en medio de la playa, Susie les explicó que buscaran por ranas ya que era la única cosa que pudiera revelar su escondite.

Las horas pasaban y ninguno daba con algo que les llevara a Mildred, Susie sabía que no iba a ser fácil. Ya estaba algo agotada así que decidió sentarse a descansar sobre la arena. 

Oscar al observar como es que Susie se tumbaba en la arena se acercó a la chica y se sentó junto a ella.

 —Oye Susie, ¿no hay un hechizo o algo que nos ayude a encontrarla?— El chico preguntó.

La gata solo le mostró el reloj. —Esto es todo lo que hay Oscar, si hubiera algo más ya lo hubiera usado.— Comentó sin quitarle la vista al atardecer.

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