Capítulo 16.

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Susie y Oscar aparecieron entre varias nubes de confeti en las orillas de una isla pequeña y desierta.

 —Oye, Susie. ¿Por qué no solo nos llevas directamente a la isla?— Preguntó el chico mientras agitaba su mano quitando el humo de su vista.

Cuando el elefante recuperó la visión notó que llevaba un ropaje distinto al que tenía hace nada. Se trataba del dichoso traje de marinero.

 —Supongo que esta es la respuesta, ¿no?— Oscar al levantar su mirada vio que Susie se encontraba sobre un pequeño barco de vela hecho de madera.

 —¡¿Qué esperas?! Sube bebé.— Susie le invitaba a subir a su bote.

Oscar solo suspiró. Sabía que ya no había vuelta atrás y solo acepto que tendría que llevar ese atuendo hasta llegar a la isla.

 —Será un largo viaje...— Pensó el chico mientras buscaba una manera de subir.



Pasaron un par de horas y la noche había llegado, Susie navegaba el bote mientras que Oscar estaba atento por si algo pasaba.

El aburrimiento estaba matando a Oscar así que decidió ir a hablar con Susie.

 —Hola, Oscar. ¿Estás cómodo en ese lindo traje?— Susie reía burlonamente.

El elefante había estado notando como la antigua Susie regresaba a la gata, pero no una tan agresiva como al inicio del verano. Los días que estuvieron en Miracle Island fueron una tortura y ver como Susie pasó de una chica muy precavida y algo triste a la característica chica de siempre le aliviaba un poco.

 —Jeje, sí. No es tan vergonzoso sí tu eres la única que me mira.— Oscar respondió tranquilo.

Aunque Oscar no lo dijera con ese propósito, las palabras del chico causaron que el rostro de la gata se enrojeciera. Intentando que el elefante no la viera, Susie miró en la direccion opuesta.

 —E-ehm... ¿Q-qué te parece el barco?— Susie intento que Oscar no la viera en ese estado.

 —Es lindo, se parece al que se encuentra en la Isla. Lo sé por el detalle que está al frente del bote.— Oscar respondió ajeno a la situación.

Susie se alivió un poco, logro recuperarse y ambos tuvieron una bonita charla por un tiempo...

llegó el momento en que se quedaron sin tema de conversación y a pesar de saber el resultado, Oscar decidió preguntar en que términos quedaron ella y Mildred.

 —Oye, ¿y al final que va a pasar con Mildred?— El joven elefante preguntó.

 —Mientras tú te despedías de Amelie, Mildred decidió quedarse en la isla para arreglar su errores. Y cuando te mandé a que recogieras las cosas del campamento le di un pequeño mapa para llegar a la isla, ella prometió ir a visitarme.— Respondió la gata contenta.

 —¡Hum!, lo sabía— Oscar expresó sonriente.

 —¿Saber qué?— Susie preguntó intrigada.

 —Que tu hermana no era tan mala como la pintaban. O bueno, para mí no lo era.— Respondió el chico. —Solo espero que no tarde demasiado en ir a visitarte, sé lo importante que es para ti.— Agregó.

Susie sonrió por el comentario de Oscar. Se acercó al mismo y le plantó un beso en su mejilla. —No es la única persona importante.—

El elefante quedó sorprendido por el repentino beso que recibió, se quedó atontado un par de segundos, no sabía que decir o que pensar. —¡L-lo mismo digo!— El joven exclamo con algo de nerviosismos al reaccionar. 

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