Capítulo 12.

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Oscar se quedó junto a Susie hasta que ella sucumbió al sueño. Pasó la mayor parte acariciando el cabello de la gata para que se tranquilizara, no dijo nada desde la noche anterior.

Susie estaba hecha un desastre, sus prendas estaban quemadas cómo si hubiese estado dentro de un incendio, era obvio que tuvo un encuentro con Mildred.

El sol comenzaba a salir y Oscar tuvo que desayunar solo, era consciente de que Susie no despertaría pronto.

Mientras que el elefante desayunaba, él pensaba en que debería hacer. Sabía que estaba mal entrometerse en la compleja relación que tiene Susie y su hermana, pero era obvio que se repetiría el ciclo.

Posiblemente siempre se lastimarían mutuamente, él tenía que hacer algo. Se lavó la cara con un poco de agua y salió del pequeño campamento en dirección a la casa de Amelie.

A pocos minutos de llegar a su destino no pudo evitar sentirse algo mal por no dejar ni una nota o algo para avisarle que no se preocupara por él, así que tendría que apurarse, sabe cómo se pone la bruja cuando está así de triste.



Al llegar a la casa de Amelie decidió esconderse entre unos arbustos, no quería causarle problemas a Susie con ser descubierto por el padre de la peliblanca. Esperó al rededor de una media hora hasta que vio como su amiga salía para sacar la basura.

 —¡Psst!— Oscar intentó llamar la atención de la chica.

Amelie se giró hacía la fuente del sonido, ahí fue cuando vio al elefante escondido. Miró en diferentes direcciones y fue con Oscar.

 —¿Todo bien? Te ves algo acabado...— Amelie preguntó.

 —Pasó algo y necesito tu ayuda.— Oscar explicó.

 —Deja que me arregle y le diré a mi padre que saldré un momento. Espérame aquí.— Fue lo último que dijo la chica para después salir corriendo de ahí. 

Oscar se quedó entre la maleza esperando por Amelie. Pasados unos 15 minutos la chica estaba saliendo algo apresurada.

 —Lo siento por tardar, de la nada mi padre empezó a preguntarme a dónde iba.— Amelie explicaba a medida que se acercaba al elefante.

 —No te preocupes, entiendo perfectamente. Pero es mejor que sigamos con la conversación en el bosque, tengo miedo de que tu papá me vea. Aparte de que sería raro que te vieran hablando con un montón de arbustos.— Oscar comentó.


Ambos chicos se encontraban en lo profundo del bosque, en el camino Oscar le había explicado lo que sucedió en la madrugada.

 —Que terrible, con razón tienes ese aspecto.— La chica lamentó.

 —No te preocupes, estoy bien... La cosa es que quiero que me ayudes a encontrar a Mildred, quiero intentar acabar con este ciclo de sufrimiento que ambas tienen.— El elefante quería solucionar las cosas que tienen las hermanas, pero primero tendría que encontrar a la chica.

 —Entendido, y claro que te ayudaré. Pero ¿por dónde empezamos a buscar?— Amelie preguntó.

 —Creo que estará bien si empezamos por aquí...— Oscar comenzó a buscar por cualquier cosa que diera con Mildred.

Sin más preguntas por hacer, Amelie comenzó a ayudar al chico, se movían constantemente de lugar cuando acababan de buscar en la zona. 

Llevaban varias horas buscando por todo el bosque pero ningún resultado, Oscar comenzaba a pensar que es imposible dar con la chica...

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