Capítulo 2

1.1K 94 6
                                    




Zack

—¿Zack? –la puerta se abre y cierro los ojos con fuerza. Mierda, lo olvidé y si me llama por mi nombre es que ciertamente no lo va a dejar pasar.

—Lo lamento, Allison. Sé que dije que saldríamos a comer, pero hay nueva información en el caso y no he podido... —ella coloca su mano sobre la mía y espera hasta que la miro a los ojos para apartarla.

—No sé cómo decirte esto –dice respirando hondo.

—¿Qué ocurre? ¿Le pasó algo a tu madre?

—No, no, no es sobre mí.

—¿Entonces?     

Me mira a los ojos antes de hablar, cuidándose bien de no revelar ninguna emoción en su rostro, y eso solo logra que me ponga en guardia.

—Cuando me dijiste que la relación con tu hija era incómoda, no me imaginaba que era inexistente y que ella te odia, Zack.

Mis ojos se cierran ante ese recordatorio.

—No importa cuánto lo intente, ella no quiere... —me detengo—. Un momento, ¿cómo sabes eso?

—Ella está aquí.

—¿Cómo que aquí? –pregunto poniéndome de pie.

—Aquí como... en tu oficina en este momento.

—¿Cómo...?

—Tiene una mochila y una maleta y dice que se queda.

Siento que toda la fuerza abandona mi cuerpo, pero por sorpresa, mis rodillas no ceden ante mi peso. No puedo creer en sus palabras, no puede ser cierto. Mi hija apenas soporta hablar conmigo pocas veces al año, dos, si tengo suerte. Tiene mi número bloqueado y su madre no me permite verla. Yo sería la última persona sobre la tierra con la que se quedaría por un par de días o el tiempo que sea.

—¿Cómo es posible?

—No lo sé. La vi en la entrada de la comisaría y la llevé a tu oficina... está allí ahora, así que tal vez quieras...

—Sí. Gracias, Allison, no sé cómo agradecértelo –me paso un mano por el cabello y me aseguro de no tener migas en mi ropa y que mi uniforme esté en orden—. ¿Me veo bien?

—Sí, te ves bien.

—¿Y ella? ¿Cómo la viste? ¿Está igual que en la foto de mi escritorio o...?

Allison me da una sonrisa brillante.

—Es preciosa, Zack. Su cabeza queda casi a la misma altura que mi pecho y en el camino todos la reconocieron. Creo que ninguno podía creer que estuviera tan grande. Y Tudor la invitó a jugar ajedrez con su hija si se quedaba por aquí. Le preguntaron por sus clases de natación y lectura también... es asombroso. Creo que cuando se acostumbre todos querremos robártela.

Me paso de nuevo la mano por el cabello, sintiéndome increíblemente nervioso.

—Sí, creo que querrá estar con cualquiera menos conmigo.

—Eso es porque aún no te conoce.

Respiro hondo y me hago a un lado.

—Bueno, creo que será mejor que lo enfrente.

—Zack –me llama. Que no me llame por mi apellido me hace sentir que está aquí como mi amiga, y creo que lo sabe—. No importa lo que te diga cuando llegues allí ni lo que pase en los siguientes días. Eres un padre increíble.

Me aferro con fuerza al marco de la puerta y apenas la miro cuando digo:

—Quizá he sido tan buen padre porque no la he tenido cerca.

¿Y si papá no es tan malo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora