IX- Cazador

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Una ráfaga de viento potente nos azotaba el rostro mientras controlábamos nuestro equilibrio como buenamente podíamos mientras el agua nos llevaba arroyo abajo.

一¿¡No se supone que era dejarse mecer, no dejarse caer!? 一Dijo Alex asustado, apretando su remo con fuerza.

一¡Disfruta del viento en la cara, miedica! 一Le respondió Mavis, levantando el suyo para que no chocara contra unas piedras.

Seguimos deslizándonos corriente abajo, y he de decir que era divertido. El paisaje era espectacular: árboles de un intenso verde, rocas con musgo, agua cristalina, pájaros de todos los tamaños y colores y unos leves rayos de sol que se colaban entre la vegetación. Era casi mágico, pero nos hizo menos gracia cuando el bote de Connor y Olivia, que iba delante del nuestro, chocó con las piedras bruscamente tal y como lo predijo la señora; y debido a la velocidad que habíamos alcanzado, al chocarnos con el bote de nuestros amigos salimos disparados hacia delante. Yo pude agarrarme porque iba en la parte trasera, pero Alex y Mavis cayeron encima de Connor y Olivia, partiendo el bote en dos.

一Menos mal que ya estoy viendo el cartelito del refugio, ¡porque si no,...! 一Dije, sobresaltada.

一¿Si no qué? 一Me respondió el estúpido de Cornudo.

一Cono, no me toques lo que no me tienes que tocar porque te estás ganando un puñetazo limpio en los dientes 一Le dije. Todos se callaron y me miraron con atención一. ¡Si ves piedras, pues te agarras de algo y frenas! ¡Es sentido común, cabeza hueca!

一Lo que diga la marquesa 一Respondió. Odié su indiferencia.

Nos bajamos sin más peleas de los botes (o de lo que quedaba de ellos) y los retiramos del arroyo. Seguimos la flecha que había en el cartel, que indicaba la dirección de la casa.

一¿Quién va a tocar? 一Preguntó Mavis.

一Tú, por ejemplo 一Le respondió Connor.

Todos lo miramos.

一¿En serio? 一Dijo.

一Sí 一Dijimos al unísono. Estaba claro desde el principio que el que iba a dar la cara iba a ser él.

La casa era enorme, blanca con tejas naranjas. No se mezclaba con la atmósfera del bosque, lo que me resultaba fascinante. Nos paramos en frente de la puerta, y Connor estampó sus nudillos contra esta varias veces. Nos abrió una joven.

一Buenas tardes. ¿Se les ofrece algo? 一Nos dijo.

一Hola. Venimos de parte de Amely 一Dijo Connor, desconfiado.

La chica nos miró con pena.

一Claro, pasen. Siento haber preguntado 一Dijo, apartándose de la puerta para dejarnos paso. ¿Eso qué significaba?

La chica nos acompañó adentro. Nos recibió un salón decorado muy acogedoramente, con una cocina amplia a la derecha y unas escaleras a la izquierda.

一Pasen, tomen asiento 一Nos dijo, señalando los grandes sillones beiges que había en el salón一 ¿Quién es el desterrado?

一¿Perdón? 一Dijo Olivia. No entendíamos nada.

一Dijeron que vienen de parte de Amely, ¿no? 一Asentí一 No hay de qué preocuparse. Yo no pertenezco a ningún grupo, pero...

一Debemos irnos 一Dijo Connor, poniéndose de pie. ¿Grupos? ¿Desterrados? O yo era muy lenta, o no estaba entendiendo nada.

La chica agarró a Connor del brazo con suavidad.

一No te preocupes, nadie te ha tendido una trampa. Aquí no te mandaremos de vuelta. Simplemente, quédate, recomponte y encauza tu vida 一La chica lo inspeccionó de arriba a abajo mientras Connor la miraba desafiante. Me removí en mi sitio, me sentí incómoda al verla revisarlo así一 ¿Dónde está tu sello?

Bajo la luna llenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora