VIII- Arroyo

11 5 0
                                    

Buenos días. Soy yo de nuevo 一Dijo mi tío.

No respondí, debido a que sabía que estaba durmiendo muy cerca de mis compañeros.

Creo que te debo algo. Déjame contarte un poco del resto de la historia. Cada vez te acercas más a mí, aunque eso es... bueno, da igual 一Carraspeó y prosiguió一 Llegamos, cansados como nunca, a la aldea. Stella tomó mi mano y corrió hacia casa de nuestros padres. Recuerdo tener mucho miedo. Sabía perfectamente donde me encontraba, y las miradas no se apartaban de mí ni un segundo. Entré a la casa, ya que la que no sabía que era mi hermana no dejaba de insistirme. En ese momento, cuando crucé la puerta de la cabaña donde ahora vives, los vi. Mis padres. Mis queridísimos padres. Tus abuelos. Eran ellos en carne y hueso. Se me olvidó por completo lo que me habían hecho, se me olvidó que pasé años completamente solo sin el amor de una familia, se me olvidó que me odiaban y que no era recibido en la aldea,... Se me olvidaron tantas cosas, que corrí a su encuentro para darles un abrazo. Primero, corrí a los brazos de mi madre, la cual no tenía idea de lo que estaba pasando e ignoró a mi pequeño cuerpo apretándola, como si de querer matarla se tratase. Después, cabizbajo, le di la mano a mi padre. Una vez le agarré la mano con decisión, subí la cabeza para encontrarme con sus verdes ojos. Me observó meticulosamente, y yo hice lo mismo. Él sabía que se trataba de mí. Vi malicia en sus ojos. Vi ganas de darme la más lenta muerte. Una vez nos...

一¡¡QUE TE DESPIERTES DE UNA VEZ, NIÑA ZANAHORIA!!

一¡¡¡AAAAAAAAHHHHHHHH!!!

Aquella caseta de campaña parecía un verdadero circo. Los demás, desde fuera, reían sin parar ante el movimiento de la caseta, porque sólo la veían moverse. Dentro, Connor y yo nos empujábamos, yo por el susto que me había dado el chico y él, en defensa propia.

一¡QUE ME DEJES EN PAZ, CONO!

一¡PUES LEVÁNTATE, NARANJA!

一Vale, vale, estamos haciendo el ridículo 一Dije, resoplando.

一Podrías...

一¿Pero se puede saber qué quieres ahora?

一Que te quites de encima mío, por ejemplo 一Rió Connor.

Miré la inusual risa del chico, confundida. Después, deslicé mi mirada más abajo y, en vez de ver el suelo, vi el torso cubierto por una camisa de Connor. Estaba montada encima de él, aunque hubiese sido sin querer.

Mis mejillas adquirieron el mismo color que mi pelo. Avergonzada, salí muy rápidamente de la caseta y me quedé de pie en la puerta.

一¿Todo bien, hermanita? 一Rió Alex.

一Claro, ¿por qué no iba a estar todo bien? Je, je 一Respondí, con risa nerviosa.

一Vale, ya está bien. Dejen de reírse de Blythe 一Cortó Liv, dejándome ver que el altercado de ayer había sido enterrado一. Mandamos a Connor a despertarte, pensamos que sería divertido. Vamos a recoger y a empezar a caminar, no podemos seguir aquí.

一¿Caminar? ¿Hacia dónde? 一Respondí.

一Si crees que sabemos, vas muy mal 一Respondió Connor, que acababa de salir de la caseta. Deseaba que no me mirase a los ojos nunca más, pero el chico me buscaba más que nunca.

一¿Y... y el coche? 一Seguí, nerviosa por su presencia.

一Como no lo lleves a cuestas, estirada, no podremos sacarlo de aquí 一Me respondió Connor. Estaba muy raro, como de mejor humor. Buscaba mi mirada, queriéndome intimidar, consiguiendo causar ese efecto en mí.

Técnicamente, sí que podría llevar ese coche "a cuestas"...

一Parece que alguien se ha levantado con el amiguito de buen humor 一Dijo Liv, dándole un codazo a Alex.

Bajo la luna llenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora